Despersonalización

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Según los expertos de la Clínica Mayo, “el trastorno de despersonalización-desrealización sucede cuando sientes en forma persistente o en repetidas oportunidades que te observas a ti mismo desde afuera de tu cuerpo, o sientes que las cosas que te rodean no son reales, o ambos”. Tener perspectiva externa de nosotros resulta enriquecedor si somos conscientes de ese juego voluntario.

Durante estos meses pasados todos hemos reflexionado seguro sobre lo que nos pasaba. Yo concluí que esta pandemia nos ha forzado y empujado hacia una progresiva despersonalización en todos los ámbitos: en la enseñanza, en los modos de relación y canales de comunicación con los pacientes, en las compras, hasta en nuestras relaciones personales (Skype, Microsoft Teams, etc.)

Fue tal la despersonalización que cuando empleábamos estas plataformas hasta que se conectaban los demás partícipes (pacientes, socios, colegas, alumnos, amigos…) llegamos a observarnos a nosotros mismos en la pantalla, y comimos y bebimos delante de la pantalla y… en fin, ustedes mismos.

"Todo lo destruido hasta ahora no se reconstruye de la noche a la mañana"

Recientemente Bill Gates, convertido en oráculo de la modernidad, ha declarado en una conferencia organizada por el diario The New York Times que “mi predicción es que más del 50% de los viajes de negocio y más del 30% de los días en la oficina desaparecerán” gracias a la mejora en la viabilidad del trabajo desde casa.

Naturalmente que las vacunas, que no llegarán hasta mediados del año próximo, cambiarán muchas de estas condiciones y quizá, tal vez, recuperemos ciertos grados de “nueva normalidad”, pero eso habrá que verlo, porque todo lo destruido hasta ahora no se reconstruye de la noche a la mañana.

¿No sirven las viejas piedras de la muralla como sillares de nuevos puentes o construcciones? ¿Algunos elementos de nuestros modos de relación no usados de otro modo? ¿Reconstruir lo viejo o construir algo nuevo con viejas piezas?

Lo que me lleva a reflexionar es si hasta ahora hemos hecho el canelo gastando billones en viajes, reuniones, congresos, et al… si la realidad virtual podría haberlo suplido con una simple conexión desde la butaca cómoda de nuestro hogar, en bata y zapatillas, en vez de cruzar mares y océanos cargados de maletas… porque no teníamos bien desarrollado el Skype, Microsoft Teams, u otros.

Para los nuevos intercambios no es necesaria la presencia física. Claro que extraemos dinero de cajas virtuales en otros países. Si se produce un efecto es porque la causa es contundente sea física o virtual. La nueva normalidad, la nueva construcción, esté en la nube o en Plutón, si es capaz de modificar nuestras conductas y hábitos será tan real como lo que hoy consideramos real. Ha llegado y se quedará incorporada a nuestros hábitos porque, aunque cambie el canal, podrá tener eficacia siempre que exista interacción.

Realidad virtual

Lógicamente el personal sanitario no puede trabajar desde casa, pese a que ya exista el robot quirúrgico Da Vinci pero, ni está tan extendido, ni todo el mundo lo sabe manejar, ni sirve para todas las intervenciones, ni hay formato consola, ni se puede suplir la administración de anestesia, ni la imprescindible labor del personal de enfermería. Otros profesionales liberales pueden añadir su labor al lado, debajo, encima, en vez de… etc., y concluirán tres cuartas de lo mismo.

Sin embargo, para el trabajo de oficina, y tareas administrativas se ha demostrado que la presencia física en la oficina se puede suplir trabajando desde casa, con un ordenador propio, una óptima conexión de internet, un teléfono móvil y las herramientas derivadas de los gadgets anteriores, como el almacenamiento compartido en la nube o las reuniones online por videoconferencia.

Ello produce un ahorro en desplazamientos, espacio físico, recursos empresariales, medios de locomoción, contaminación, etc., infinito, casi incalculable y es obvio que estos costes han minorado los ingresos del sector hostelero, agencias de viajes, compañías de transporte, taxis y otros.

Esta condenada pandemia nos ha traído desgracias personales irrecuperables, mucho dolor insuperable, muchos trastornos físicos y psíquicos… pero igual es el principio de un nuevo modelo de coexistencia, donde no sea imprescindible la presencia personal, y baste con la virtual, materializándose nuestra persona en una pantalla on line que supla el cara a cara tangible, por el vis a vis digital.

"Si de algún modo 'somos lo que hacemos', nuestras señas de identidad están en el alba de un cambio sustancial"

La identidad digital certificada, con todas las garantías, está haciéndose hueco en todos los sectores. Si de algún modo “somos lo que hacemos”, nuestras señas de identidad están en el alba de un cambio sustancial.

En este año, extremadamente duro, nos hemos acostumbrado a ver a nuestros semejantes de lejos, a nuestros amigos, socios, pacientes, clientes, etc., a cenar en grupos reducidos mientras charlábamos por internet, a enterrar a nuestros familiares en la distancia, a gestionar nuestros papeles por las aplicaciones… y por el camino se ha quedado mucha gente que trabajaba haciéndonos la vida más agradable, más fácil y llevadera. Víctimas colaterales les llaman.

Víctimas también del aislamiento son las personas con barreras al mundo digital, sea por edad, ausencia de medios o simplemente desidia. Las nuevas formas de interacción están teniendo cada vez un componente virtual mayor.

No sé ustedes/vosotros, pero a mí esto de la despersonalización no me gusta un pelo, porque prefiero ver a mis pacientes en vivo, a mis amigos, a mis familiares, a mis socios, a la gente en general, pero hay que ser tremendamente respetuosos con las medidas profilácticas decretadas y hasta nueva orden así seguiremos… pero tengan claro que cuando se levanten de una vez para siempre estas medidas de confinamiento y protección, brindaré a la salud de todos ustedes/vosotros ¡Ojalá ese momento llegue pronto, que así sea!

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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