Dolor e inteligencia artificial

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Dolor viene de la palabra latina “dolor, doloris” que significa "sufrimiento". Se usa para describir los sentimientos, emociones o sensaciones desagradables que una persona puede experimentar. Se emplea a menudo para detallar el dolor físico, como el de una herida o enfermedad, pero también para describir el emocional, como el de una pérdida o la tristeza de una separación. Es una experiencia común que todos experimentamos en algún momento de la vida.

El dolor crónico es una sensación de malestar persistente y suele durar más de tres meses. Puede ser causado por una lesión, una enfermedad o un trastorno, y ser leve o incapacitante. Los tratamientos para el mismo varían según la causa, pero generalmente incluyen el uso de analgésicos, ejercicio, terapia física, cambios en el estilo de vida, terapias alternativas como la acupuntura y la terapia cognitivo-conductual. Quizá resulten necesarios otros tratamientos, como la cirugía.

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una parte importante de nuestras vidas, ayudándonos a realizar tareas complicadas de manera mucho más rápida y precisa. Pero a pesar de que la IA logra hacer muchas cosas, todavía no alcanza hacer algo tan complejo como experimentar dolor. El dolor es una experiencia muy íntima, y no hay nada de lo que la IA disponga para entenderlo.

"A pesar de que la IA no siente dolor, consigue ayudarnos a comprenderlo mejor, ofreciendo una perspectiva diferente"

Sin embargo, la música puede proporcionar una forma de comprender el dolor de una manera indirecta. En la canción "Perfect" de Ed Sheeran, se habla de la dificultad que hay en amar y experimentar el dolor. La canción nos recuerda que el dolor es una parte natural de la vida y que el amor a veces duele. Esto nos recuerda que a pesar de que la IA no siente dolor, consigue ayudarnos a comprenderlo mejor, ofreciendo una perspectiva diferente.

La IA ayuda a reducir el dolor en varias formas. Por ejemplo, se está utilizando para desarrollar sistemas de diagnóstico médico avanzados que ayudan a detectar y diagnosticar enfermedades de forma más eficiente y precisa. Esto posibilita comenzar el tratamiento más rápido, lo que quizá reduzca la cantidad de dolor que se experimenta, aumentar la productividad y mejorar la atención.

También se está utilizando para desarrollar dispositivos de vigilancia que detectan signos de dolor en el cuerpo humano. Estos dispositivos miden los signos vitales y alertan a los médicos cuando detecten signos de dolor. Esto les permite actuar más rápido para tratar el dolor antes de que se agrave.

Finalmente, además se está empleando para desarrollar algoritmos de aprendizaje profundo que ayudarán a predecir con mayor precisión qué tratamiento sea más efectivo para reducir el dolor más eficientemente en un caso particular.

Una de las formas en que la IA se está utilizando en la salud es a través de la radiología. Esto incluye el uso de sistemas de aprendizaje automático para ayudar en el radiodiagnóstico a detectar los cambios significativos en las imágenes de los rayos X. Lo que ayuda a reducir el tiempo que se necesita para detectar y diagnosticar problemas.

Los sistemas de aprendizaje automático ya están analizando los resultados de pruebas médicas, registros y otros datos para ayudar a sanitarios a tomar decisiones más informadas. Esto ayuda a asegurar que los pacientes reciban el tratamiento adecuado y personalizado.

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Pta: Todo cuanto han leído desde el comienzo de este artículo hasta esta humilde posdata ha sido redactado por una IA siguiendo unas pautas que oportunamente he introducido, salvo ligeras limaduras para no reiterarse más que el ajo en una sopa casera. Espero que acepten de buen grado este guiño sin maldad y no hagan spoilers en las RRSS. Solo quiero que sean prudentes con todo cuanto se publique y conserven intacta su capacidad crítica y análisis.

El Pr. Luis Franco Vera, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Valencia y miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, tras definir con absoluta precisión al músculo como una maquinaria perfecta remata diciendo con mordacidad que es “un motor de alto rendimiento... y comestible”. Ignoro si la inteligencia artificial algún día será comestible, solo espero que el día de mañana nos dé opíparamente de comer, o al menos no nos quite el pan de la boca.

Ah, y un último apéndice de mi puño y letra: frente al dolor, además de inteligencia artificial, hace falta inteligencia emocional y ésta está mucho más lejos de los paradigmas cibernéticos actuales. Cuando las máquinas sientan amor, quizá se acerque el apocalipsis y sea el fin de la especie humana.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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