El amarillo no trajo suerte a Dolors Montserrat. La “EMA imaginaria” fracasó y, como si de la obra de Molière se tratara, la candidatura de Barcelona finalmente acabó en duelo. La gran defensora de la candidatura de Barcelona señalaba sentirse “triste”, con un gesto que inicialmente no invitaba al espectador a dudar de la palabra de la ministra de Sanidad.
Pero no nos engañemos, esto se veía venir. Aunque Montserrat no ha aparcado el optimismo en ningún momento de la campaña, el sentido común alejaba la candidatura española cada día. No por méritos, Barcelona habría sido una excelente sede para albergar la EMA, sino por el contexto político que nos acercaba más a un “brexit” que a un ejemplo de unionismo europeo.
Más allá de la lectura "posresaca" sobre los motivos que nos han destronado, si hay una gran perdedora en esta batalla es Dolors Montserrat. No sé si solo por estrategia política o por ese sentimiento de catalana y española que tanto ha defendido desde su llegada a la cartera ministerial.
"Si hay una gran perdedora en esta batalla es Dolors Montserrat. No sé si solo por estrategia política o por ese sentimiento de catalana y española que tanto ha defendido desde su llegada a la cartera ministerial"
Tras este fracaso, la cuestión ahora es qué va a ser de Montserrat tras la EMA, de una Montserrat con el “corazón partío” y con no muy buena nota tras los últimos datos del CIS. La ministra, que ha recibido tantas críticas por su sobresfuerzo en este proyecto en detrimento de otros aspectos del sector sanitario, deberá centrar ahora todo su ímpetu en las exigencias del colectivo de la salud, que no se lo va a poner nada fácil, tras meses sintiéndose el segundo o tercer plato de las prioridades de la titular de Sanidad.
Para empezar, en enero tiene otra gran cita, un Consejo Interterritorial en el que volverá a verse las caras con las consejerías autonómicas. Sin saber todavía si será el amarillo el protagonista del encuentro, la ministra Dolors tendrá que hacer frente a uno de los principales problemas del SNS: la cohesión sanitaria y la falta de médicos.