El orgullo de ser sanidad privada

Isidro Díaz de Bustamante
Presidente de la Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada

Pienso que tal vez sea oportuno reivindicar el orgullo de formar parte de la sanidad privada. Y es que en los últimos tiempos hemos asistido a una injusta demonización de la sanidad privada por parte de algunas organizaciones y personas que, lejos de aplicar cualquier dosis de racionalidad, han hecho gala de posiciones y valoraciones ideológicas extremas. Ya he señalado, en más de una ocasión, mi profundo desacuerdo con aquellos que diseccionan el concepto de sanidad y enfrentan la provisión de servicios públicos y privados, identificando a los primeros con el bien absoluto, y a los segundos con la idea de maldad. Lo repiten y transmiten sin profundizar ni justificarlo. No debo perder el tiempo en desmontar esa falacia. La realidad es que vivimos en una sociedad desarrollada que garantiza a sus ciudadanos la asistencia sanitaria, financiada con los impuestos de todos, y sostiene a la vez la economía de mercado y la libertad.

Desde la Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid (ACHPM) sentimos la necesidad de intervenir públicamente, de dar la cara, para explicar la función social y económica que representamos. Si antiguamente resultaba válido el refrán “el buen paño, en el arca se vende”, que interpretaba que la buena reputación o excelente calidad no necesitaban propaganda, hoy por hoy, en un mundo de instantaneidad, fugaz y cada vez más digitalizado, es necesario poner en valor aquello que es positivo con el fin de resaltarlo.

Nuestro objetivo es que la sociedad conozca el trabajo de la sanidad privada, su contribución al cuidado de la salud (de los madrileños en nuestro caso), la colaboración con el sector público y el empleo y riqueza que generamos.

 "Las empresas de la sanidad privada no son las que más ganan, son las que más se esfuerzan para mantener los niveles de eficiencia que requiere la atención sanitaria objeto de nuestro trabajo"

Me gustaría señalar previamente que las empresas de la sanidad privada no son las que más ganan, son las que más se esfuerzan para mantener los niveles de eficiencia que requiere la atención sanitaria objeto de nuestro trabajo. Algo que, a su vez, vía competencia es un nítido generador de calidad.

Vamos por partes. En la Comunidad de Madrid, según el informe “Estamos Seguros”, de UNESPA, el 40% de la población (2,66 millones de ciudadanos) dispone de un seguro sanitario privado. Los ciudadanos con un seguro sanitario privado son acreedores igualmente de su derecho a la sanidad pública por la cobertura universal y, debido a esa dualidad, ahorran anualmente al sistema público entre 1.239 y 2.389 millones de euros, utilizando datos extrapolados del cálculo nacional del IDIS. Esa oscilación depende del nivel de utilización de una u otra modalidad asistencial según decidan sus protagonistas, pero en definitiva la sanidad privada constituye un sostén básico del bienestar y la salud en la Comunidad de Madrid.

"La sanidad privada en la Comunidad de Madrid, finalmente, emplea a un total de 69.203 profesionales; de los cuales un 24% (16.686) son médicos, un 26% (18.036) pertenecen al personal de enfermería, y casi el 50% (34.468) a otros profesionales sanitarios y no sanitarios"

Según datos recogidos en “El Libro Blanco de la Sanidad Privada en la Comunidad de Madrid”, realizado por la ACHPM con la colaboración de Deloitte, la sanidad privada en la Comunidad Autónoma cuenta con el 59% (48) de los hospitales y el 33% (6.867) de las camas existentes. El sector privado asume el 31% de los ingresos y de las altas realizadas, así como el 27% de las estancias y el 37% de las intervenciones quirúrgicas. Con respecto a la finalidad de esos recursos asistenciales privados el 65% (31) son hospitales generales y médico-quirúrgicos, mientras que el 31% (15) de ellos son hospitales psiquiátricos, de larga estancia, de traumatología y rehabilitación, oncológicos, materno-infantiles y monográficos. Respecto a la distribución de las camas por finalidad asistencial, el 66% (4.509) se encuentran en hospitales generales y psiquiátricos. El 96% de esas camas privadas están en funcionamiento y plenamente operativas. En este marco, asimismo, se produce un fluido nivel de cooperación con la Consejería de Sanidad que, en cada caso, optimiza recursos con la consiguiente reducción de costes y mejora de la eficiencia.

La sanidad privada en la Comunidad de Madrid, finalmente, emplea a un total de 69.203 profesionales; de los cuales un 24% (16.686) son médicos, un 26% (18.036) pertenecen al personal de enfermería, y casi el 50% (34.468) a otros profesionales sanitarios y no sanitarios. En los últimos cinco años ha sido capaz de generar 9.508 empleos más. Por otra parte, se trata de la comunidad autónoma que más sanitarios emplea en la sanidad privada: un 47% de los trabajadores del sector desarrollan sus funciones en este ámbito, seguida por Cataluña (31%) y Andalucía (25,9%), según datos recogidos en el informe “Sanidad Privada, aportando valor. Análisis de situación 2018” del IDIS, y del “Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2016” del Ministerio de Sanidad.

El  Índice de Competitividad Regional, publicado por la Comisión Europea el pasado 7 de octubre, señala que  la Comunidad de Madrid se encuentra a la cabeza de la sanidad española y es la segunda de Europa, sólo superada por Estocolmo. Este es un logro común de los servicios sanitarios públicos y privados de la región y es una razón más, junto a lo ya recogido en estas líneas, para sentir el orgullo de ser sanidad privada.

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