Una de monos

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Parecía que se estaba quedando un tiempo muy bueno, tras dos años padeciendo el mayor experimento de aniquilación bacteriológica que hemos vivido hasta la fecha, pero los hay que consideran que no ha muerto la suficiente gente para compensar la escasez de recursos, así que habrá que conjurar azar y necesidad para que surjan nuevas cepas como salidas dela pura casualidad en países del primer mundo.

Ya hemos tenido que tragarnos a muchos iluminados tratando de aleccionarnos debidamente sobre orígenes casi mágicos o accidentales de la gran pandemia de covid y no tardarán mucho en salir los alquimistas/tahúres para justificar la viruela del mono, ya existente en algunas latitudes desde tiempos remotos.

Como dicen los colegas más avezados en terrenos casi prehistóricos de la medicina como los que trabajan en misiones de las profundidades de América, África y Asia, “hasta que no enferma el hombre blanco occidental, no se habla de una nueva enfermedad”.

En verdad vivimos un centralismo y un narcisismo casi insoportable e indecoroso que nos hace mirarnos el ombligo en todo momento e ignorar cuanto sucede a nuestro alrededor, porque acaece a millares de kilómetros a seres que nada tienen que ver con nuestro ecosistema político, económico y social.

Como nos enseñaron corresponsales de la talla mundial de Ryszard Kapuściński, Arturo Pérez Reverte, et al, algunas cosas, en medio de la enorme tragedia humanitaria de algunos conflictos, no sucedían hasta que el periodista las provocaba, como hacer llorar a un niño entre los cascotes de un coche ardiendo sólo después de sobornar al padre para que le pegara, porque instantes antes jugaba entretenido como si no fuera con él la cosa.

"En verdad vivimos un centralismo y un narcisismo casi insoportable e indecoroso que nos hace mirarnos el ombligo en todo momento e ignorar cuanto sucede a nuestro alrededor"

En este tiempo ya hemos vencido ciertos tabúes y nos creemos lo justo de la opinión publicada, sin por ello perder el juicio como si de unos baratos negacionistas se tratara, porque de hecho hemos convenido y aceptado las medidas precautorias y más tarde inoculado tres dosis de la panacea que nos revestiría de presunta seguridad frente al bicho.

Como su negligencia no conoce límites ahora han tratado de embarrar al mono relacionándolo absurda y ridículamente con las vacunas contra el covid, pero la OMS y los vigilantes de fake-news ya les han parado los pies.

Pero cuando algunos gurúes del metaverso como Bill Gates vaticinan posibles guerras biológicas con viruela en los aeropuertos, quizá haya que empezar a poner las barbas a remojar y no esperar a otro comentario tan ingenioso como desacertado, en su momento, del ínclito Fernando Simón.

Decía el millonario norteamericano John Davison Rockefeller que “cuando mi limpiabotas invierte en Bolsa, yo lo vendo todo”. Pues no será si será motivo de alarma social o de alarma epidemiológica, pero cuando Simón dijo que "no es probable que la viruela del mono tenga una transmisión importante, pero no se puede descartar", te entren ganas de ir a Júpiter aunque sea en Metro.

"Ya no podemos decir 'de esta agua no beberé', porque precisamente puede ser ahí donde residan los gérmenes de la nueva pandemia venidera, porque alguien ha descubierto que son unas armas invisibles de lo más destructivas del s. XXI"

Por suerte esta vez ha rectificado mucho antes que hace dos años, y sobre esta nueva amenaza ha dicho ahora que "la transmisión ha sido más alta de lo esperado. No obstante -ha asegurado- no hay que dar una sensación de angustia excesiva", pero sugiere precaución a la ciudadanía. Se ve que tiene las nalgas peladas y no quiere más sobresaltos.

De mi época de estudiante de medicina  recuerdo las fotos de los hoy clásicos manuales, como el Piédrola Gil (de  medicina preventiva y salud pública), o los Harrison (de medicina interna), que mostraban patologías propias de zonas agrestes, selváticas, tropicales que difícilmente vería en caso de permanecer en la comodidad de mi mundo occidental, salvo ir ex profeso por trabajo o viaje de placer a dichos destinos, porque acá la sanidad y sus medidas preventivas nos aislaban de ciertas agresiones.

Ahora que hemos visto y comprobado en persona que para nada esos fenómenos son ajenos a nuestra realidad y que un avión pone en contacto personas de dos latitudes remotas y servir de foco de contagio inmediato, ya no podemos decir “de esta agua no beberé”, porque precisamente puede ser ahí donde residan los gérmenes de la nueva pandemia venidera, porque alguien ha descubierto que son unas armas invisibles de lo más destructivas del s. XXI.

"Cuando Sanidad avisa de la adquisición centralizada con la UE de vacunas para afrontar el brote de la viruela del mono tras ser diagnosticados en España 84 positivos en las pruebas PCR del Centro Nacional de Microbiología, alguna lucecita roja de aviso debe haberse encendido en los altos despachos"

Nunca les he vendido ninguna moto sobre el covid, solo les invité a extremar las precauciones y a confiar en la ciencia que, llevada al límite, pudo desarrollar en tiempo récord varias vacunas para controlar al máximo la expansión global del virus.

Y no voy a empezar a vendérselas ahora. Pero cuando Sanidad avisa de la adquisición centralizada con la UE de vacunas para afrontar el brote de la viruela del mono tras ser diagnosticados en España 84 positivos en las pruebas PCR del Centro Nacional de Microbiología, alguna lucecita roja de aviso debe haberse encendido en los altos despachos.

La adquisición de la vacuna Imvamex, la misma que contribuyó a la erradicación de la viruela tradicional en los años 80´s., se hará a través de la HERA, Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias Sanitarias de la Unión Europe, según información de Ángel Luis Jiménez en Consalud.es.

Por esto, solo me resta pedirles nuevamente prudencia y que maximicen las cautelas en higiene y sentido común, evitando cualquier posible foco y vías de propalación, siguiendo las directrices de las fuentes autorizadas. Un último consejo al respecto: cuídense mucho tanto de los males reales, como de los miedos inoculados.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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