El jueves 13 de abril de 2023 tuve el honroso privilegio de recoger el Premio a la Personalidad Digital del Año, dentro de los VII Premios Salud Digital que concede el Grupo Mediforum, con su buque insignia a la cabeza, el diario digital ConSalud.es, líder periodístico en la información sanitaria nacional. Fue entregado por el Consejero de Salud de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero ¡Ahí es nada!
Me cuesta trabajo encontrar expresiones para describir mi agradecimiento, porque un profesional consagrado con pasión a su labor desde hace más de 35 años no está acostumbrado a estos oropeles. No fue un Oscar, pues no soy del mundo del celuloide, tampoco un Grammy, porque solo canto en la ducha. Lo que sí puedo afirmarles es cierto pudor.
Para gente humilde, como el abajo firmante, estos agasajos son un honor que ruborizan y sacan los colores, máxime en alguien tímido y no habituado a otros focos que no sean los propios de un quirófano o de las aulas universitarias donde imparto docencia semanalmente y, muy de tarde en tarde, de algunas televisiones.
Pero ese jueves fue diferente, porque todos los ojos se volvieron hacia mí y las palmas jalearon tan preciado galardón al citar mi nombre como Personalidad Digital del Año. Tuve, además, la oportunidad de pronunciar un breve y emocionado 'speech', del que di cuenta en RRSS.
Fueron grandes los esfuerzos por no decolorarme al levantar ese laurel. Se sonroja uno cuando pacientes agradecidos hablan mucho y bien, y su prestigio llega a lugares que nunca hubiera imaginado, generando ilusión y esperanza en quien ha perdido ambas por el camino. Así que hacerlo al recibir el entorchado parecería lo más natural.
Repito que no soy mago ni hechicero de la tribu, ni poseo elixires de la vida contra el dolor. Voy con la verdad por delante, garantizando la asistencia, los medios, mi conocimiento y experiencia al servicio de las personas afectadas, y mi mayor premio es que marchen satisfechas, aliviadas, sabiendo que han sido escuchadas, tratadas como merecen y precisan. Sin trampa ni cartón.
Repito que no soy mago ni hechicero de la tribu, ni poseo elixires de la vida contra el dolor. Voy con la verdad por delante garantizando la asistencia, los medios, mi conocimiento y experiencia
Las sonrisas de quienes se ven aliviados tras años de sufrimientos no tienen precio. Son un premio entre emisor y receptor, nadie se hace eco de las mismas, pero reconfortan a quien las recibe porque son el mejor reconocimiento al trabajo realizado. A veces me conformaría con que el rictus de dolor desapareciese de sus rostros.
Semanalmente recibo amables cartas con diatribas dolorosas de mis pacientes, como si uno estuviera dotado de una varita asombrosa cargada de increíble poder terapéutico. Tampoco agito cubiletes de cuero con diminutos exvotos buscando respuestas en los hados del destino. Ni practico fetichismos ni sortilegios propios de hechiceros mezclando sangre animal con hojas de acanto y bellos de los afectados. Nada de eso.
Son los años de formación continuada y la experiencia contrastada los que revisten todas y cada una de las decisiones tomadas, nada se deja a la suerte, ni al azar, porque la salud no es una lotería, de ahí que laureles como este pudieran ser un reconocimiento a esa labor mantenida que uno desempeña.
Sin embargo, el premio del año lleva la apostilla “digital”, lo que inevitablemente me recuerda mi deuda permanente con tantas y tan buenas personas que lealmente atienden y comparten los contenidos que uno vuelca en redes sociales, sin los cuales nada de esto sería posible. Por tanto, mi agradecimiento a quienes comparten estos mensajes y le dan su verdadera dimensión.
Corría el año 2013 cuando empecé mi aventura en estas procelosas aguas que han ido tejiéndose y destejiéndose con los nudos de las redes sociales. Partí de cero absoluto. Poco a poco fui ganando nuevos contactos que en muchos casos me han generado gratas amistades.
Son los años de formación continuada y la experiencia contrastada los que revisten todas y cada una de las decisiones tomadas, nada se deja a la suerte
Precisaría varios megas de memoria para glosarlas, pero, aquí y ahora, deseo honrarles y agradecerles cada “RT”, cada “like”, cada comentario, pero sobre todo regalarme algo muy preciado que ya glosé en mi tribuna anterior: parte de su tiempo. Este intercambio me resulta poderosamente enriquecedor y muy didáctico.
Haber recibido este premio supone significarme junto a los que me han precedido en este honor y a los que, desde el pasado jueves 13 de abril de 2023, me sumo por obra y gracia del Jurado de ConSalud.es que ha tenido a bien honrarme con su reconocimiento. Nunca lo agradeceré suficiente.