La adherencia a anticoagulantes: “Nos encontramos pacientes que no toman ningún tratamiento”

Los tratamientos anticoagulantes exigen una alta tasa de cumplimiento terapéutico, pero lo cierto es que los pacientes suelen tener una adherencia baja, principalmente con los medicamentos tradicionales

Anticoagulantes (Foto. Freepik)
29 marzo 2023 | 00:00 h

Se estima que aproximadamente un millón de personas viven anticoaguladas en España, según datos de la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN). Cada año hay más personas anticoaguladas, con una media de edad elevada y con diferentes morbilidades. También pueden vivir en esta condición pacientes más jóvenes que, actualmente, se enfrentan a una falta de acceso a los tratamientos modernos y más efectivos, los anticoagulantes de acción directa (ACOD) y a los que, en general, les cuesta cumplir con los fármacos tradicionales, los antivitamina K, como el Sintrom.

“Nos encontramos personas que no toman ningún tratamiento porque los tradicionales no se adaptan a sus vidas y los ACOD se los tienen que pagar porque no consiguen el visado o no está financiado para su patología”, explica a Consalud.es el Dr. Juan José Gómez Doblas, vicepresidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Más de una década de experiencia en la que los anticoagulantes orales de acción directo han mostrado su eficacia y su beneficio como tratamiento para los pacientes. Tienen un perfil más seguro que los tratamientos tradiciones como los antivitamina K, es decir, hay un menor riesgo de hemorragias y un mejor control de la coagulación de la sangre.

"Los pacientes que no pueden acceder a los ACOD y se les da antivitamina K se les tiene que hacer unos seguimientos muy exhaustivos que a veces no nos permite el sistema, lo que hace que estén peor controlados"

Con todo, en nuestro país el acceso a la indicación financiada para fibrilación auricular está limitado a segunda línea terapéutica y a un visado, y las indicaciones para trombosis venosa profunda y tratamiento de la embolia pulmonar no están financiadas. Esto dificulta el acceso a los tratamientos y aumenta un problema de adherencia que se arrastra en general con todos los anticoagulantes. “Y no podemos olvidar que a estos pacientes que no pueden acceder a los ACOD y se les da antivitamina K se les tiene que hacer unos seguimientos muy exhaustivos que a veces no nos permite el sistema, lo que hace que estén peor controlados”, indica el Dr. Gómez Doblas.

ESCASO CUMPLIMIENTO

La realidad es que los tratamientos anticoagulantes exigen una alta tasa de cumplimiento terapéutico, y en general la persistencia es baja en los pacientes, aumentando los riesgos de eventos tromboembólicos y de morbimortalidad. Algo que es común para todos tratamientos crónicos, más si son largos en el tiempo o con pautas complejas, y si además se suma un desconocimiento sobre la patología.

Diferentes estudios, como el publicado en ‘Research and Practice in Thrombosis and Haemostasis’ y citado por el Dr. Alejandro Junco Vicente en el blog de la SEC, reflejan que los pacientes que toman antivitamina K tienen una falta de adherencia o de persistir en la toma del medicamento de un 7% a las 6 semanas de la prescripción, 16% a los 6 meses, 22% al año, 28% a los dos años, 33% a los 3 años y 36% a los 4 años de tratamiento.

En cuanto a los ACOD, los estudios han señalado una tasa de cumplimiento variable, a veces peor que los antivitamina K y otras veces semejante, o incluso mejor. Según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), existen investigaciones en vida real que reflejan una persistencia subóptima, con solo 1 de cada 3 pacientes adherentes al tratamiento. Sin embargo, desde la sociedad científica también señalan que otros estudios referencian que los pacientes con fibrilación auricular no toman este tratamiento 1 de cada 4 días, pero que tiene una mayor persistencia que los antivitamina K.

"Con los ACOD se ha observado un mejor efecto protector frente al ictus y otros eventos adversos”

 “A los pacientes que no toman su tratamiento les intentamos concienciar de los riesgos de ictus que pueden tener y a aquellos pacientes jóvenes con un buen nivel educativo les enseñamos a controlarse ellos mismos”, explica el Dr. Juan José Gómez Doblas. Los datos más negativos de la persistencia en los ACOD responderían, con todo y según los expertos, a unos menores controles, ya que su nivel de seguridad es mayor que los otros tratamientos y permite reducir los seguimientos exhaustivos. Una realidad que ha cambiado.

“Se pensaba en un origen que se produciría una falta de adherencia. Pero diferentes estudios han demostrado no solo una adherencia que es mejor. También se ha observado un mejor efecto protector frente al ictus y otros eventos adversos”, señala el Dr. Gómez Doblas. “Ahora sabemos que es más fácil que se tome el tratamiento con un ACOD que con el Sintrom. Pues hay pacientes que tienden a rechazar este último por los controles diarios que enfrentan su día a día, además del tema de la seguridad comentado”.

Y, sin embargo, el visado sigue presente en el acceso de estos tratamientos, una situación denunciada incluso por el Defensor del Pueblo. “Se ha pedido que se liberalice el uso porque de esta manera la población accede a una estrategia más cómoda y segura. También que se financie para el tratamiento de la trombosis venosa profunda y de la embolia pulmonar”, manifiesta el vicepresidente de la SEC. “Esperamos que con la llegada del genérico se consigan dar estos pasos tan necesarios”, concluye.

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