Adherencia y continuidad de los tratamientos, claves para evitar la pérdida de visión por DMAE

“La DMAE sigue siendo causa principal de ceguera en personas mayores, y esto ocurre porque muchas veces no se cumple debidamente con la pauta de tratamiento”

Paciente en consulta (Foto. Mucho por Ver)
16 septiembre 2020 | 12:00 h
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La Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) afecta a 800.000 personas en España. Esta patología, que supone la primera causa de ceguera en las personas mayores de 50 años, afecta a la mácula, una zona del centro de la retina encargada de la visión central y detalle, esencial para poder ver con nitidez. Cuando la enfermedad avanza, los pacientes pueden llegar a sufrir una pérdida total de la visión central haciendo que no puedan leer, conducir o incluso reconocer algunas caras, lo que ocasiona una importante pérdida de independencia y autonomía en las personas mayores.

El diagnóstico y la intervención temprana son esenciales para evitar que la enfermedad evolucione y que los daños en la visión sean irreversibles. El primer paso es detectarla y establecer el tipo de DMAE que padece el paciente. El 85% de los casos se corresponden con la DMAE seca, cuya progresión es más lenta que la DMAE húmeda, forma de la enfermedad menos frecuente pero que es la responsable del 90% de los casos de pérdida de visión grave. Está relacionada con un crecimiento anómalo de nuevos vasos sanguíneos en la retina y la región macular, que, por su fragilidad, pierden fluido y sangre provocando una acumulación de fluido en los tejidos.

Actualmente, la DMAE húmeda puede controlarse correctamente mediante los tratamientos anti-VEGF, un grupo de medicamentos que bloquean el factor de crecimiento vascular endotelial que es el más directamente implicado en la creación del fluido en la retina. “Este tipo de tratamiento se administra mediante inyecciones intravítreas, que deben mantenerse de forma periódica”, explica la doctora Maribel López Gálvez, jefe de la Unidad de Retina del Servicio de Oftalmología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y profesora asociada en Ciencias de la Visión de la UVA. Gracias a estos tratamientos, “hoy en día, hablar de DMAE ya no es hablar de sinónimo de ceguera, pero estamos hablando de un proceso muy importante desde el punto de vista sociosanitario en el que los resultados van a depender de que tanto los pacientes como los médicos nos atengamos debidamente a las pautas de tratamiento” apunta la especialista.

“La administración temprana y continuada en el tiempo es fundamental para que los tratamientos anti-VEGF sean efectivos y el paciente pueda conservar la función visual”

Para que el tratamiento de la DMAE húmeda sea efectivo, debe ser administrado de forma temprana y continuada en el tiempo, para evitar así que la acumulación de fluido aumente y continúe deteriorando la visión. La doctora López recuerda que “una vez el oftalmólogo comunica al paciente la frecuencia con la que debe recibir el tratamiento intravítreo, se debe cumplir estrictamente con las inyecciones pautadas porque un tratamiento tardío o irregular nos va a ofrecer unos peores resultados”.

En este sentido, la doctora López subraya que “es importante que tanto los pacientes como los familiares comprendan que la DMAE es una enfermedad crónica que no tiene cura, y que para tenerla controlada adecuadamente y mantener una buena calidad de vida van a tener que visitar frecuentemente al oftalmólogo”.

CONCIENCIAR A PACIENTES Y CUIDADORES

Con el objetivo de sensibilizar sobre la DMAE, la importancia del diagnóstico precoz y el correcto tratamiento y seguimiento médico, Novartis ha puesto en marcha #MuchoPorVer, una campaña de concienciación en colaboración con la Sociedad Española de Retina y Vítreo, la Sociedad Española de Oftalmología la asociación Acción Visión España, la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) y la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP).

A través de la página web (https://www.muchoporver.com/), los usuarios, pacientes y familiares pueden obtener información sobre el tratamiento y el diagnóstico de la DMAE, así como recursos y materiales muy útiles en la convivencia diaria con la enfermedad.

Una de las herramientas más prácticas para ayudar a los pacientes a agilizar la detección y el control de la DMAE que se difunde a través de los diferentes canales es la Rejilla de Amsler, una cuadrícula con un punto central que debe mirarse a unos 30 centímetros de distancia con cada ojo. Ante la sospecha de experimentar cualquier alteración visual durante la realización del test es recomendable realizar una revisión oftalmológica completa por parte de un especialista.

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