Cáncer infantil: la enfermedad en datos, técnicas y tratamientos

La supervivencia de los niños menores de 14 años con cáncer en España ha pasado del 55% al 80% a los cinco años en las últimas cuatro décadas.

A petición de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, el Ministerio de Sanidad acordó la declaración el 21 de diciembre como el Día Nacional del Niño con Cáncer. Una enfermedad que se erige como la causa de mayor mortalidad entre los niños con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años, y la segunda entre los jóvenes de entre 15 y 24 años por detrás de los accidentes.

De acuerdo con los datos del Registro Español de Tumores Infantiles (RETI-SEHOP) actualizados en mayo 2019, la supervivencia de los niños menores de 14 años con cáncer en España es del 80%. La supervivencia era del orden del 55% a los cinco años, lo que supone un incremento del 45% en las últimas cuatro décadas.

“Son muchos los factores que han contribuido al incremento de la supervivencia de los niños con cáncer en los últimos años”, explica a este medio la doctora Ana Fernández-Teijeiro, presidente de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas (SEHOP).

Entre estos factores destaca “el diagnóstico precoz con la enfermedad en estadios iniciales por el mejor reconocimiento de los signos y síntomas iniciales, el tratamiento en unidades especializadas en hospitales de tercer nivel con equipos multidisciplinares, el soporte y desarrollo de las especialidades pediátricas, los equipos de enfermería altamente especializada, los avances en la quimioterapia, los avances tecnológicos en el diagnóstico por imagen, cirugía, radioterapia, anatomía patológica y cuidados enfermeros, la caracterización molecular de las neoplasias, el trasplante de progenitores hematopoyéticos y de órgano sólido, el desarrollo de protocolos terapéuticos y la inclusión de los pacientes en estudios multicéntricos internacionales, la incorporación de la inmunoterapia y por último los avances en el tratamiento de soporte (terapia antiemética, nutrición, antibioterapia, hemoterapia, soporte psicológico, rehabilitación, etc.)”.

LOS TUMORES MÁS FRECUENTES

La doctora indica que los tumores malignos más frecuentes entre los niños menores de 14 años son: “leucemia (30%), tumores del sistema nervioso central (SNC, 20%), linfomas (15%) y tumores de cresta neural (10%). El tumor maligno más frecuente en este grupo de edad es la Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA)”.

Destaca que existen “muchas diferencias” entre el cáncer infantil y el cáncer en la edad adulta. “El cáncer infantil aparece en las dos primeras décadas de la vida y, generalmente, después de un corto período de latencia. A diferencia de los tumores de la edad adulta, en la que predominan los carcinomas, la mayoría de los tumores pediátricos son tumores embrionarios, con un crecimiento rápido, agresivo e invasivo. A diferencia de los tumores del adulto, excepcionalmente aparecen en relación con carcinógenos ambientales (fugas radiactivas como la de Chernóbil o Fukushima, explosiones nucleares de Hiroshima y Nagasaki)”.

"La mayoría de los tumores pediátricos son tumores embrionarios, con un crecimiento rápido, agresivo e invasivo"

La entrevista avanza y llegamos al punto de la incidencia del cáncer infantil en España. Tal y como explica la doctora, “las neoplasias malignas pediátricas constituyen una enfermedad rara, con una incidencia de 15 nuevos casos al año/100.000 niños menores de 14 años y un incremento anual estimado del 1%. El cáncer constituye la segunda causa de muerte en niños y la primera por enfermedad y apenas supone el 2% del cáncer del adulto”.

PRINCIPALES TÉCNICAS DIAGNÓSTICAS

En el ámbito de las técnicas diagnósticas más utilizadas para el tratamiento del cáncer infantil, la doctora enumera las siguientes:

  • Pruebas de imagen: radiología simple, ecografía, TC, RM, PET, SPECT, gammagrafía
  • Laboratorio: hemograma, bioquímica, marcadores tumorales
  • Citología
  • Anatomía patológica
  • Inmunohistoquímica
  • Citometría de flujo
  • Biología molecular: PCR, secuenciación, MLPS, NGS

En este sentido la entrevista pone el foco en la terapia de protones, conocida como terapia de haz de protones. “La protonterapia es un avance tecnológico de aplicación clínica desde hace más de 20 años con una especial indicación en la población pediátrica”.

“La protonterapia es una modalidad especial de radioterapia que utiliza partículas pesadas (protones)en lugar de rayos X o electrones. Estas partículas destacan por su característica distribución de dosis en los tejidos que atraviesan, siendo la deposición de la dosis muy baja tras la entrada del haz de protones, administrando el máximo de dosis antes de la detención del haz”.

Esta técnica posibilita la liberación más localizada de la radiación, “lo que comporta una mejor distribución de la dosis y una menor irradiación del tejido sano circundante”. Motivos por los que entre sus beneficios destacan “la disminución de efectos adversos tardíos en los órganos y tejidos que rodean al tumor y la reducción del riesgo de desarrollar segundos tumores. Esto adquiere especial relevancia en los largos supervivientes, especialmente en la población pediátrica”.

Esta técnica posibilita la liberación más localizada de la radiación, “lo que comporta una mejor distribución de la dosis y una menor irradiación del tejido sano circundante”

LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN

Dentro del tratamiento del cáncer infantil desempeñan un papel muy importante la comunicación y el apoyo psicológico. La doctora explica que los profesionales médicos informan de la enfermedad a cada niño en función de su edad.

“Conforme el niño tiene mayor madurez y comprende mejor la información que se le da es más capaz de plantear preguntas relativas a la gravedad de su proceso y sus posibilidades de curación. Esto es especialmente delicado en los pacientes adolescentes, en una etapa de la vida puente entre la infancia y la edad adulta. La ayuda de los equipos de psicólogos y de Salud Mental Infantil que colaboran activamente con las unidades de Onco-Hematología pediátrica es crucial para ayudar a la aceptación del diagnóstico y asumir las complicaciones derivadas del tratamiento, tanto para los pacientes como para sus familias”.

La entrevista concluye poniendo el foco en los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer en niños, como es el caso de la quimioterapia.

"No se trata solo de curar si no de curar mejor. Actualmente se estima que el 70% de los supervivientes del cáncer infantil presentan algún tipo de secuela derivada del tratamiento recibido"

“Existen complicaciones agudas derivadas del tratamiento de cada tumor específico, de su localización y de la edad de cada paciente. Y además existen efectos secundarios a largo plazo de las distintas modalidades terapéuticas. Con una supervivencia actual del 80% a los cinco años, el objetivo es continuar mejorando las probabilidades de curación, pero también disminuir estas secuelas a largo plazo derivadas del tratamiento, tanto de la quimioterapia como de la radioterapia, la cirugía,  la inmunoterapia o el trasplante de progenitores hematopoyéticos”, manifiesta.

“No se trata solo de curar si no de curar mejor. Actualmente se estima que el 70% de los supervivientes del cáncer infantil presentan algún tipo de secuela derivada del tratamiento recibido. Pueden ser secuelas orgánicas (cardíacas, pulmonares, digestivas, nefrourológicas, neurológicas y endocrinas), funcionales (sensoriales, musculoesqueléticas, neurológicas y fertilidad), estéticas (prótesis, cicatrices, alopecia…) o neurocognitivas (disminución del coeficiente intelectual, dificultades de aprendizaje y memoria), limitación del progreso académico por trastornos en el lenguaje, lectura, cálculo, habilidades motrices y visuales)”, concluye la doctora.

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