Chemsex: propuestas del Plan Nacional sobre el Sida para poner freno a este fenómeno

La Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida del Ministerio de Sanidad ha publicado un documento técnico sobre el abordaje del fenómeno del chemsex en el que se desgrana cómo ha de abordarse este problema de salud pública.

Sede del Ministerio de Sanidad (Foto: ConSalud.es)
18 diciembre 2020 | 00:00 h
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El chemsexse ha definido como un “uso intencionado de drogas para tener relaciones sexuales por un período largo de tiempo entre hombres gais, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres”.

En España, su práctica es cada vez más frecuente en ciudades grandes como Barcelona y Madrid, y en destinos de turismo gay como Maspalomas, Torremolinos y Sitges. Existe una preocupación creciente por este fenómeno, ya que la práctica intensiva y continuada de chemsex puede facilitar no solo la transmisión sexual del VIH y otras infecciones, sino también ocasionar otros problemas y complicaciones para la salud física, mental y social de las personas que lo practican.

La Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida del Ministerio de Sanidad ha publicado un documento técnico sobre el abordaje del fenómeno del chemsex en el que se desgrana cómo ha de ponérsele freno a este problema de salud pública, tanto desde el punto de vista social como de la intervención asistencial y comunitaria.

Según este informe, la atención a usuarios con prácticas de chemsex debe basarse en varias premisas, entre ellas, un enfoque basado en el usuario y atención integral centrada en la persona y no solo en el uso de drogas, teniendo en cuenta aspectos como la identidad/orientación sexual, perspectiva de género, vivencia del VIH y otros condicionantes culturales.

El Plan Nacional sobre el Sida señala planes terapéuticos personalizados, la simplificación de los circuitos asistenciales y el abordaje interdisciplinar, entre las bases necesarias para frenar el chemsex

"Así mismo la atención debe ser un espacio seguro y confidencial donde la persona no sea objeto de juicios morales, discriminación y estigmatización", señala el documento.

En este sentido, el departamento que depende de Sanidad también aboga porque hay un plan terapéutico personalizado, incluyendo tanto enfoques basados en la abstinencia, como en la reducción de riesgos y daños. "Es además necesario hacer un abordaje de la sexualidad y su vivencia, fundamental para el cambio terapéutico", indica.

Se apunta a un abordaje interdisciplinar del chemsex, con estrecha colaboración institucional y coordinación entre los diferentes profesionales y servicios implicados, tanto públicos como comunitarios y, finalmente, se apuesta por la "simplificación del circuito asistencial" para el usuario en las principales ciudades, incluyendo consultas integradas, prestadas por parte de diferentes profesionales en un mismo espacio.

ATENCIÓN EN EL SISTEMA SANITARIO

Sobre la atención a estos usuarios en el sistema sanitario público, los autores de este documento técnico del Plan Nacional sobre el Sida del Ministerio de Sanidad proponen seguir avanzando en distintos aspectos.

El primero de ellos, garantizar el derecho a una atención adecuada del chemsex en los servicios públicos. "Los usuarios que presentan usos problemáticos y/o adicciones a sustancias, o adicciones comportamentales relacionadas con el chemsex, tienen derecho a recibir una atención adecuada y de calidad por parte de los servicios públicos en igualdad de condiciones que el resto de usuarios, con independencia del tipo de sustancias o los contextos en los que las consuman", señalan en el texto publicado el pasado mes de junio.

Asimismo, se propone incluir el chemsex en los planes de formación. Para este departamento sanitario, "la formación sobre chemsex debe incluirse en la planificación anual de las administraciones públicas de una manera proporcionada, en particular en las áreas urbanas donde el fenómeno es más prevalente, y dirigida a los profesionales de los servicios cuya participación se requiere para prestar un abordaje adecuado a las necesidades de salud de estos usuarios". También se insta a que esta formación incluya necesariamente la adquisición de competencias culturales LGTBQ+, para lo cual se requiere la participación de profesionales LGTBQ+ con experiencia en este campo.

Otras cuestiones que se remarcan son la posibilidad de "considerar la oportunidad y viabilidad de facilitar atención sobre chemsex en los servicios ya utilizados por los hombres GBHSH". "Muchos hombres con prácticas de chemsex son renuentes a ser derivados a centros de atención a las adicciones y salud mental, excepto cuando la situación ya se ha agravado, lo que supone un cúmulo de oportunidades perdidas para intervenir en fases anteriores. Las evidencias disponibles y los ejemplos de buenas prácticas demuestran que resulta mucho más efectivo mantener la atención en los mismos centros y servicios a los que la población GBHSH ya suele acudir, como aquellos en los que reciben atención de salud sexual", argumentan los autores del texto.

Esto son los restantes puntos y medidas que el Plan Nacional sobre el Sida reseña:

  • Implementar abordajes integrados en un mismo espacio: Dado que los usuarios que practican chemsex pueden requerir atención por parte de profesionales de diferentes ámbitos y especialidades, Sanidad considera que "sería deseable" disponer en las principales ciudades servicios o unidades como los ya existentes en otros lugares de Europa, "que integren en un mismo espacio al menos la atención de salud sexual, drogodependencias y salud mental". "Algunos centros de ITS tienen consultas libres por las tardes, donde sería factible ofrecer también atención en materia de adicciones, salud mental y apoyo entre iguales", se recoge en este informe.
  • Definir y publicar el circuito asistencial: mientras no se disponga de recursos asistenciales que ofrezcan atención integrada en un mismo equipo, será necesario definir los circuitos asistenciales en las principales ciudades, describiendo el listado de los centros o dispositivos a los que los usuarios pueden ser remitidos para recibir la atención que requieran.
  • Reconocer o acreditar los centros cuyos equipos hayan recibido formación sobre chemsex. A efectos de evitar que los usuarios sigan siendo derivados de un lugar a otro, sin garantías de ser atendidos por profesionales con la formación adecuada, o sin la seguridad de que los centros participantes hayan establecido mecanismos para coordinarse durante el proceso, se propone que los centros o equipos que tengan un adecuado nivel de formación y de coordinación sean identificados y reconocidos.
  • Garantizar diversidad de enfoques de abordaje, incluyendo el de reducción de riesgos y daños. 
  • Mejorar la oferta de atención en el horario de tarde: Ampliar la oferta de atención de los servicios públicos de salud sexual y de adicciones para estos usuarios en horario de tarde. "Dado que la mayoría de los usuarios con prácticas de chemsex están socialmente integrados y trabajan con normalidad lo que facilitaría su asistencia, sin tener que ausentarse de su puesto de manera reiterada, de forma que no se convierta en una barrera importante para su adherencia, especialmente cuando el usuario no quiere que en su lugar de trabajo se conozca que presenta este problema de salud", sostienen los técnicos.

"El enfoque basado en el usuario debe ser un pilar de cualquier estrategia de abordaje", subraya el Plan Nacional sobre el Sida, que sostiene que el abordaje del chemsex requiere comprender la realidad de cada escenario local y su conexión con el contexto global.

"Los frentes sobre los que actuar pueden ser muy diversos (salud sexual, adicciones, salud mental, tratamiento del VIH y/o VHC, terapia psicosexual etc.) por lo que resulta necesario multiplicar los espacios de diálogo y coordinación profesional, para analizar y consensuar cómo darle la respuesta más adecuada. Algunos países como Reino Unido han liderado el desarrollo de políticas públicas para organizar la atención a los usuarios que requieren apoyo profesional por problemas derivados de sus prácticas de chemsex", se resalta en el documento.

Una de las claves para el manejo del chemsex, y sobre la que existe un consenso internacional, se resume en la necesidad de abordar conjuntamente las facetas del comportamiento sexual y de consumo. Experiencias pioneras en ciudades como Londres han demostrado que los centros de ITS y las organizaciones comunitarias LGTBQ+ son dos espacios en los que resulta fácil identificar o captar a los usuarios que requieren atención profesional por chemsex.

"Estos usuarios suelen, sin embargo, ser renuentes a demandar apoyo o ser derivados a los centros tradicionales de drogodependencias. Esto podría estar relacionado con el estigma asociado a estos centros, con la falta de referencias sobre la capacidad de los mismos para abordar la faceta sexual del chemsex, o también en el caso de una parte de los usuarios por no haber asimilado todavía el hecho de que requieren ayuda profesional. Una forma de eliminar estas barreras es el acercamiento por parte de profesionales de las adicciones a recursos que ya atienden a hombres GBHSH (por lo menos para ofertar allí las primeras visitas)", afirma el Plan Nacional.

Se apunta a los centros de ITS y las organizaciones comunitaria LGTBQ+ como recursos para atender a los usuarios de chemsex

"Es mejor atender al usuario de chemsex en un lugar donde ya acude de manera rutinaria, como es el caso de los centros de ITS, donde acuden a realizarse pruebas. Las organizaciones comunitarias LGTBQ+ son igualmente un recurso de referencia para esta población a la hora de solicitar información y apoyo. Derivar al usuario a otros centros, no siempre funciona, especialmente si se trata de servicios donde el personal no tiene las competencias culturales LGTBQ+ para abordar al usuario de manera adecuada", prosigue en el documento.

Se reconoce que fraccionar y dispersar el tratamiento en varios centros diferentes, "dificulta la coordinación y el abordaje integral, y aumenta el riesgo de que el usuario no acuda al lugar al que es derivado". Sin embargo, se apunta que algunos de los servicios que podrían tener una mejor acogida por parte de los usuarios, no tienen capacidad para abordar situaciones urgentes, como por ejemplo problemas graves de salud mental.

El Plan Nacional sobre el Sida considera una buena práctica ofrecer servicios en los que colaboren tanto profesionales de la red asistencial pública, como de entidades de base comunitaria, favoreciendo la aparición de sinergias y creando oportunidades para explorar la complementariedad entre ambos ámbitos. La colaboración entre los profesionales de estos dispositivos debe ser reforzada para eliminar barreras y establecer una coordinación fluida. 

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