Depresión, obesidad y enfermedad cardiovascular se asocian con frecuencia a la artritis reumatoide

Estas comorbilidades empeoran el diagnóstico de la AR e incluso pueden aumentar la mortalidad de los pacientes

La depresión produce una peor respuesta a ciertos tratamientos para combatir la artritis reumatoide
19 noviembre 2018 | 13:28 h

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad reumática crónica que afecta a las articulaciones produciendo dolor, hinchazón y rigidez. Pero además de dañar las articulaciones y los tejidos circundantes (tendones y músculos) puede afectar a otros órganos como el corazón, el pulmón o el riñón. “Según los últimos estudios, la depresión, la obesidad y la enfermedad cardiovascular son las comorbilidades más frecuentes en los pacientes con artritis reumatoide”, señala el Dr. Jaime Calvo Alén, reumatólogo en el Hospital Universitario de Araba, durante la tercera edición de ‘Lo Mejor del Año en AR’, actividad organizada por la Sociedad Española de Reumatología con la colaboración de Lilly, con el objetivo de repasar las publicaciones más relevantes que han aparecido en el último año en diversos aspectos de la artritis reumatoide.

La depresión, la obesidad y la enfermedad cardiovascular conllevan un peor pronóstico de la artritis, pudiendo aumentar la mortalidad del paciente

Estas tres patologías asociadas a la AR “han demostrado que conllevan un pronóstico peor de la artritis reumatoide, incluso pudiendo aumentar, en algunos casos, la mortalidad de los pacientes”, matiza el especialista al tiempo que rucuerda que “se ha demostradoque tanto la depresión como la obesidad producen una peor respuesta a ciertos tratamientos”.

En el caso de la depresión, ciertas citoquinas proinflamatorias están muy relacionadas con esta enfermedad, por lo que el tratamiento con agentes biológicos dirigidos contra estas moléculas podría tener un efecto directo sobre los distintos estados de ánimo del paciente, independientemente de su actividad para controlar la enfermedad autoinmune.

Asimismo, es conocido el papel del tejido adiposo (grasa) como un auténtico generador de inflamación, ya que los adipocitos (células del tejido adiposo) liberan continuamente proteínas que favorecen la inflamación. De hecho, esas mismas proteínas, llamadas citoquinas, son las responsables de la hinchazón de las articulaciones en las personas con artritis reumatoide, es decir, que en los pacientes con AR con sobrepeso u obesos, estas sustancias aumentan y originan más dolor.

Finalmente, también se sabe que la inflamación es un factor de riesgo para las enfermedades cardiacas. No solo contribuye al deterioro de los vasos sanguíneos, sino que se ha demostrado que los pacientes con artritis reumatoide presentan mayor mortalidad cardiovascular que la población de la misma edad y el mismo sexo.

PREVENCIÓN

Cuando obesidad, depresión y/o enfermedad cardiovascular aparecen asociadas a la artritis reumatoide “conducen en general a una mayor discapacidad y peor calidad de vida de los pacientes”, señala el Dr. Calvo Alén, que también pone el foco en la importancia de prevención de dichas comorbilidades, ya que, “su detección precoz puede permitir tanto su tratamiento, como, especialmente en el caso de la enfermedad cardio-vascular, prevenir que se produzcan eventos clínicos que pueden llegar a comprometer la vida del paciente”, enfatiza el especialista.

Existen diversas recomendaciones beneficiosas para la prevención de estas enfermedades

A pesar de que la manera de prevenir las enfermedades asociadas dependerá de cada caso particular y de cada tipo de comorbilidad, el reumatólogo ha recordado que hay algunas recomendaciones generales que son beneficiosas para la prevención, como: ejercicio adecuado a la situación del paciente, dieta equilibrada, evitar factores de riesgo vascular como puede ser el tabaco, etc. Asimismo, el Dr. Calvo señala a los propios profesionales como valedores de dicha prevención al afirmar que “los médicos tenemos que ser productivos en la detección precoz de estas comorbilidades”.

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