El uso del desfibrilador automático implantable (DAI) no prohíbe necesariamente la actividad física

La Sociedad Española de Cardiología (SEC) aclara que el tipo e intensidad del ejercicio viene determinado por la enfermedad de base o la arritmia detrás de su implante

Ejercicio físico (Foto. Estetic)
Ejercicio físico (Foto. Estetic)

La Sociedad Española de Cardiología (SEC), a través de su Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte, aclara que tener un desfibrilador automático implantable (DAI), como el implantado al futbolista danés Christian Eriksen (quien sufrió un paro cardiaco durante un partido de la Eurocopa) no prohíbe ni faculta necesariamente para hacer actividad física.

“Se sabe que ha sido sometido a una intervención para implante de DAI, pero no conocemos la enfermedad de base que ha motivado su indicación; por tanto, debemos ser muy prudentes a la hora de hablar sobre si el jugador podrá seguir o no jugando al fútbol”, dice la coordinadora del Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte de la SEC, Amelia Carro.

Y es que, en las nuevas Guías de Cardiología del Deporte, “lo que condiciona la aptitud para la realización de deporte, ya sea recreacional o competitivo, en portadores de dispositivos (DAI y marcapasos) es el tipo de enfermedad de base, su gradación de riesgo en cuanto a desarrollo de arritmiaso muerte súbita, y no la presencia del dispositivo en sí”. La especialista en cardiología explica que también hay que tener en cuenta si dicha enfermedad cumple criterios de estabilidad o está bajo un tratamiento adecuado. “En enfermedades en las que la actividad de alta intensidad o competitiva contribuye a una progresión clínica, está desaconsejada la continuación, incluso con un DAI; este sería el caso de la miocardiopatía arritmogénica”.

El tipo e intensidad de actividad física a realizar de los portadores del desfibrilador viene determinado por la enfermedad de base o el riesgo de arritmias 

Los deportistas que continúan con deporte de alta intensidad tienen riesgo de descargas. El 30-40% de los que sufren descargas en ejercicio abandonan, al menos de forma temporal, su actividad, por el miedo e impacto psicológico que conlleva. “Las descargas pueden ser apropiadas (cuando acontecen ante una arritmia maligna) o inapropiadas (cuando el ritmo que las desencadena no es una arritmia maligna)”, explica la Dra. Carro. A veces, la propia taquicardia sinusal relacionada con el ejercicio es la que desencadena una descarga del DAI: “Las descargas inapropiadas pueden precisar reprogramación de los parámetros del dispositivo”, asegura la cardióloga.

Además, hay que tener en cuenta que un golpe sobre la zona del implante puede lesionar el dispositivo, por lo que hay que tener precaución en deportes con riesgo de impacto. Por otro lado, no se puede despreciar el riesgo de pérdida de conocimiento en el momento de aparición de la arritmia, hasta que el DAI la detecta y la trata. Por eso, deportes de motor, relacionados con inmersión, escalada o incluso ciclismo en carretera, se consideran de riesgo para el deportista con DAI. Teniendo en cuenta todos estos factores, “la decisión de que una persona con un DAI pueda continuar o no en el deporte de alta competición debe ser siempre consensuada entre el equipo médico y el deportista”, recuerda la doctora Carro, quien asegura, no obstante, que “el hecho de no poder competir no equivale a inactividad física”.

La especialista en cardiología remarca: “La actividad física es buena para la salud y siempre tenemos que promocionarla. Lo que tenemos que hacer es buscar el tipo de actividad que sea buena para cada persona. No es el deporte el que mata, es la enfermedad”.

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