¿Por qué es necesario reconocer la especialidad de Onco-Hematología Pediátrica?

La presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas (Sehop), la Dra. Ana Fernández-Teijeiro, explica a ConSalud.es los motivos por los que los expertos reclaman el reconocimiento de esta especialidad

Cáncer infantil neuroblastoma. (Foto. Freepik)
Cáncer infantil neuroblastoma. (Foto. Freepik)

Reconocer la especialidad de Onco-Hematología Pediátrica. Esta es una de las principales reivindicaciones de los especialistas que tratan a los niños con cáncer en nuestro país. En el marco del Día Internacional del Cáncer Infantil, que se celebra hoy, 15 de febrero, la Dra. Ana Fernández-Teijeiro, presidenta de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas (Sehop), explica a ConSalud.es por qué se hace necesario el reconocimiento de esta especialidad.

Los avances en Medicina en los últimos años han sido notables. Todas las disciplinas han visto cómo en los últimos 20 y 30 años, la complejidad y el conocimiento en el manejo de las enfermedades, no ha hecho más que aumentar. En lo que a onco-hematología se refiere, si hace 10 o 15 años, los médicos se formaban en tumores sólidos, hematología, trasplantes, tratamientos y un largo etcétera, ahora “la Medicina ha evolucionado tanto, que necesitamos conocimientos en medicina de precisión, genética molecular, investigación, ensayos clínicos, medicina personalizada… Todo esto hace necesario el reconocimiento de la especialidad”, apunta la Dra. Fernández-Teijeiro.

Y es que tal y como asegura la responsable de la Sehop lo que ocurre en nuestra Sanidad es que “cuando se van a cubrir vacantes en alguna de las entre 40 y 42 unidades de Onco-Hematología Pediátrica de toda España, sea porque hay nueva plaza, una baja o una jubilación, la mayoría de las Comunidades Autónomas recurren a la bolsa de empleo de los servicios de salud y, como no está reconocida la subespecialidad pediátrica, pueden llamar al primer pediatra que esté en la lista sin tener el perfil. Esto no es lo más adecuado, porque cuando una persona va a un hospital de tercer nivel, como La Paz, el Niño Jesús o el Vall d’Hebron, lo que espera es que le atienda el especialista más experto en la materia”. La especialista confiesa que “algo estamos haciendo mal si no garantizamos que sean los mejores especialistas” los que cubran estas vacantes.

A día de hoy hay entre 40 y 42 Unidades de Onco-Hematología Pediátrica en 16 Comunidades Autónomas. De este total, solo 12 de estas unidades - las más importantes -, atienden al 70% de los pacientes. “Lo que estamos intentando articular es que funcionemos más en red, para que haya más comunicación entre las unidades pequeñas y las grandes, donde hay más especialistas y conocimiento. Estamos facilitando los comités de tumores virtuales, las sesiones clínicas compartidas para analizar casos de especial dificultad, facilitar que todos los niños entren en ensayos clínicos mediante esta colaboración en red para garantizar el mejor tratamiento…”. 

"No se trata de que haya más unidades de Onco-Hematología Pediátrica, sino de articular mejor las que tenemos para que todos los niños, vivan donde vivan, se beneficien del conocimiento y la experiencia de los centros que tienen más pacientes"

Por otro lado, no todos los profesionales tienen el perfil para trabajar en Onco-Hematología Pediátrica, no solo a nivel de conocimientos, sino en lo que a “aguantar el tirón” respecta. “No todo el mundo vale. Tenemos que saber comunicar malas noticias a los padres, aunque les demos esperanzas de supervivencia dependiendo del tipo de tumor, el impacto es muy grande. Y también tenemos que convivir con la frustración de saber que el 20% de nuestros niños, no se van a curar. Aunque en España tenemos una supervivencia del 81% a los cinco años, que es mucho en comparación con lo que teníamos hace 20 años, sabemos que hay un 20% de niños que no van a curarse y convivir y que no repercuta en tu vida personal es muy duro”.

En cuanto a cómo proceder al reconocimiento de la especialidad, la responsable de Sehop comenta que se buscará el modelo MIR, aunque sin olvidar que siempre tiene que haber una formación pediátrica de base: “Lo idóneo sería que hubiera un segundo paso, después de haber hecho Pediatría General vía MIR”.

Aunque todavía es un proceso “en mantillas”, ya hay expertos trabajando para reglar esta especialidad, que sería de dos años (después de haber hecho tres de Pediatría) de formación específica en Onco-Hematología: tumores sólidos, hematología, ensayos clínicos, trasplantes… Y un tercer año opcional para subespecializarse en Hematología, tumores sólidos, tumores cerebrales, trasplante de progenitores hematopoyéticos, terapias celulares…

En definitiva, concluye la Dra. Fernández-Teijeiro, “no se trata de que haya más unidades de Onco-Hematología Pediátrica, sino de articular mejor las que tenemos para que todos los niños, vivan donde vivan, se beneficien del conocimiento y la experiencia de los centros que tienen más pacientes”.

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