La diabetes gestacional o la preeclampsia, entre otros, aumentan el riesgo de cardiopatía isquémica

Los trastornos relacionados con la presión arterial elevada durante el embarazo pueden duplicar el riesgo de cardiopatía isquémica.

Una embarazada sujeta una ecografía. (Foto. Freepik)
Una embarazada sujeta una ecografía. (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
12 febrero 2023 | 00:00 h

¿Pueden algunas de las complicaciones que surgen durante el embarazo erigirse como factores de riesgo de por vida para la cardiopatía isquémica? Esta es la pregunta de la que parte un reciente estudio cuyos resultados han sido publicados en la revista British Journal Medicine. La cardiopatía isquémica o enfermedad coronaria se produce cuando las arterias encargadas de suministrar sangre al corazón se obstruyen, de forma parcial o completa, lo que hace que no llegue el flujo sanguíneo.

Los responsables de este trabajo analizaron los cinco principales factores de riesgo asociados al embarazo (parto prematuro, bajo peso al nacer en relación a la edad gestacional, preeclampsia, trastornos hipertensivos y diabetes gestacional) en 2.195.266 mujeres (sin antecedentes de enfermedad cardíaca) durante su primer embarazo en Suecia entre los años 1973 y 2015. Profundizando en los resultados de este análisis vemos que la diabetes gestacional (se produce cuando el cuerpo no puede producir suficiente insulina durante el embarazo) y la preeclampsia (una de las formas en las que la hipertensión arterial puede presentarse durante el embarazo), aumentaron el riesgo de cardiopatía isquémica en un 54 y un 30% respectivamente.

Los trastornos relacionados con la presión arterial elevada durante el embarazo pueden duplicar el riesgo de cardiopatía isquémica. El parto prematuro (antes de la semana 37 de gestación) o dar a luz a bebés con bajo peso al nacer se asoció con un aumento del riesgo del 72 y del 10%, respectivamente.

Aproximadamente el 30% de las mujeres participantes en el estudio tuvieron al menos un resultado adverso durante el embarazo

Aproximadamente el 30% de las mujeres participantes en el estudio tuvieron al menos un resultado adverso durante el embarazo. Aquellas que tuvieron múltiples, ya sea durante un embarazo o en diferentes, reportaron un mayor riesgo de padecer cardiopatía isquémica.

La mayoría de los índices de riesgo fueron más elevados en los primeros 10 años después del parto para después ir disminuyendo. Los investigadores indican que las diferencias en las tasas de incidencia asociadas con los resultados adversos durante el embarazo aumentaron con el tiempo de seguimiento adicional. “Por ejemplo, el cociente de riesgos instantáneos ajustado para cardiopatía isquémica en los primeros 10 años asociado con parto prematuro fue de 1,72 con preeclampsia fue de 1,54 y con otros trastornos hipertensivos del embarazo fue de 2,09”.

“Sin embargo, el bajo peso al nacer en relación a la edad gestacional se asoció con el riesgo más alto de cardiopatía isquémica a los 10-19 años después del parto, y la diabetes gestacional con el riesgo más elevado a los 20-29 años después del parto”, añaden. “Las diferencias en las tasas de incidencia (es decir, el exceso de cardiopatía isquémica) asociadas con cada resultado adverso del embarazo aumentaron con el seguimiento adicional a edades más avanzadas”.

“Los hallazgos del presente estudio tienen importantes implicaciones clínicas. Todos los principales resultados adversos del embarazo ahora deben reconocerse como factores de riesgo independientes de por vida para la cardiopatía isquémica”, exponen los autores criticando que, sin embargo, los resultados adversos durante el embarazo todavía no se reconocen como posibles riesgos cardiovasculares, especialmente en la Atención Primaria.

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