Bohórquez (SEGG): “Las residencias de mayores no son ni deben ser un hospital”

El secretario general de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Alfredo Bohórquez, habla para ConSalud.es sobre la necesidad de contar con un plan global de actuación en las residencias de personas mayores.

Alfredo Bohórquez, secretario general de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (Foto: SEGG)

Durante la etapa de nueva normalidad y la apertura de la movilidad, los mayores rebrotes por coronavirus han estado asociados, por una parte a los colectivos de temporeros y, por otra, a los jóvenes y el ocio nocturno. Sin embargo, con la multiplicación continua de casos positivos han vuelto a incrementar los brotes asociados a personas mayores en residencias de ancianos, el colectivo más afectado desde el inicio de la pandemia. Alfredo Bohórquez es secretario general de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), organismo que ha publicado un decálogo sobre cómo se ha de afrontar de nuevo esta situación. En esta entrevista para ConSalud.es habla de algunas de las posibles soluciones.

Los mayores vuelven a estar en el punto de mira tras el incremento de casos en las residencias. ¿Cuál es la situación actual?

Actualmente vemos claramente un incremento de brotes en residencias de personas mayores. Y en la medida de que aumenten los contagios en la población general, aumenta el riesgo en los centros de personas mayores y de personas en situación de dependencia. El planteamiento a seguir es que debemos tener un plan global de actuación en todas las residencias. Es necesario clasificarlas según su capacidad de sectorización o no para tener personas positivas por Covid-19 ya que en la mayor parte no tienen esa función, no tienen personal sanitario durante las 24 horas o no tienen los tratamientos necesarios para personas infectadas. Esto es una realidad. Con lo cual, es muy importante tener ese mapa para saber qué tipo de actuación debe tener cada centro y en qué momento tiene que derivar a las personas. Esto estaría incorporado en los planes de contingencia. Esperamos que la situación sea mejor con respecto al ciclo previo, porque ya hay más capacidad de hacer test PCR, por lo que sabemos qué personas están infectadas en los centros, y porque la disponibilidad de equipos de protección individual (EPI) es muy superior. Hay elementos que tienen que hacer que las cosas no vayan igual.

"Hay que mantener el contacto de las personas mayores. Encerrarlas completamente en habitaciones y no permitirles visitas es algo que penaliza a su estado de salud"

Este lunes hubo una reunión entre la Vicepresidencia de Derechos Sociales y las consejerías del área. ¿No hay actualmente ningún protocolo de actuación establecido para contener la situación?

En el ciclo de pandemia anterior sí se hizo un mando único en cuanto a hospitales, a la atención sanitaria y de atención primaria de salud, pero no de residencias. Las competencias siempre las han mantenido las comunidades autónomas. Pensamos que es muy importante que el Estado plantee un plan único de actuación en todos los centros de España, que sea muy consensuado con las comunidades autónomas en el Consejo Territorial y que en él participen las organizaciones profesionales y la sociedad civil para aportar conocimiento. Desde la SEGG hemos publicado un estudio de la normativa de residencias, que indica que hay una variabilidad brutal entre las CC.AA. en lo referido al personal o a los edificios. También hemos propuesto 10 acciones para dicho plan. Hace falta determinar qué es lo que hay que hacer, categorizar muy bien los centros en su capacidad de tener o no personas con Covid-19 y tener los planes de contingencia de apoyo, con implicación de la atención sanitaria y los servicios públicos.

¿Esperan que durante el otoño se vuelva a complicar la situación? ¿Preocupa la incidencia de la gripe?

Se está planteando incluso adelantar la campaña de la gripe, lo que tendrá una doble incidencia: va a aumentar la fragilidad de las personas, porque hay que recordar que los mayores tienen más riesgo por tener más comorbilidad y enfermedades y son más frágiles ante la infecciones por virus; y que la gripe puede empeorar el escenario. De hecho hay que mantener la vacuna contra la gripe como una campaña muy importante, además de todas las actuaciones sobre el Covid-19.

Desde la SEGG defendéis que las residencias no se pueden convertir en hospitales. ¿Cómo se ha de actuar?

Las residencias son recursos sociales donde viven las personas y hacen una convivencia normal. Es el nuevo hogar de la personas que allí viven. Desde luego, no es ni deben ser un hospital. Otro tema es que el propio modelo de residencia es necesario mejorarlo. En el estudio que hicimos sobre la normativa de estos centros indicamos que había que incrementar la cobertura y los ratios de auxiliares cuidadores o que hay que incorporar en todas las normativas autonómicas los perfiles profesionales que hacen falta. Y, desde luego, hay que reforzar en situaciones de pandemia la actuación sanitaria, tanto en los servicios públicos de salud con la participación activa en las direcciones generales de salud pública como en el refuerzo y mejora de los modelos. Tenemos que hacer que los centros sean más robustos, más modulares, más sectorizados, que tengan unidades de convivencia más pequeñas y mejorar los ratios de personal, que se quedan muy cortos.

"Falta avanzar mucho más en los planes de contingencia, en la sectorización, en impulsar servicios intermedios y en que todas las residencias tengan la habilitación de tratamientos especiales"

También llamáis a la reflexión de que un aislamiento extremo de los residentes puede tener efectos muy negativos para ellos.

Correcto. La gran clave está en que las personas que sean positivas hay que sacarlas fuera de los centros que no puedan atender este tipo de enfermedades. Y tampoco se puede hacer un cierre absoluto de las residencias de cara a las visitas. Se pueden hacer éstas mucho más controladas, con cita previa, con un periodo más corto, en lugares muy ventilados, con un cristal que separe al visitante del residente, etc. Hay que mantener el contacto de las personas mayores. Encerrarlas completamente en habitaciones y no permitirles visitas es algo que penaliza al estado de salud porque empeoran a nivel de estado de ánimo, funcionalmente porque caminan menos y aumenta el riesgo de caídas, el estado clínico en general y puede haber muchas más complicaciones de salud que beneficios. Hay que hacer ese equilibrio, primero con una muy buena identificación de los casos positivos tanto en residentes como en trabajadores, y con todas las medidas de actuación y de aislamiento que procedan.

Aunque estemos ante un nuevo incremento de casos, a su juicio ¿los centros están ahora mejor preparados que al inicio de la pandemia?

Creo que estamos mejor preparados porque sabemos el grave impacto que ha tenido y tenemos más capacidad de PCR y de EPIs. Nos hace falta avanzar mucho más en los planes de contingencia, en la sectorización, en impulsar servicios intermedios que puedan ser Covid positivos para los centros que no puedan atender dentro ni tengan los tratamientos sanitarios que se precisan. Otro elemento importante es que todas las residencias deberían tener la habilitación de tratamientos especiales. Cuando se decide que un centro tiene capacidad para atender personas con Covid, según la situación basal del residente y según el grado de gravedad de la enfermedad, hay que habilitar tratamientos específicos en el centro. Por ejemplo, con oxígeno, terapia intravenosa, para la fase final de la vida por vía subcutánea y en algunos casos medicación de uso hospitalario. Es muy necesaria una mayor colaboración de los servicios sanitarios y los servicios sociales, una atención más cohesionada y tener bien organizado el mapa de centros y los planes de contingencia.

"Es necesario que se publiquen los datos de residencias en cuanto al número de personas positivas y los fallecimientos para que haya actuaciones mucho más ágiles"

¿Cree que podrá beneficiar el sistema de recogida de datos de los centros residenciales que están elaborando el Ministerio de Sanidad y la vicepresidencia de Derechos Sociales?

Sí, es muy importante. Planteamos una mayor transparencia. Es necesario que se publiquen los datos de residencias en cuanto al número de personas positivas y los fallecimientos para que haya actuaciones mucho más ágiles. En este sentido, cualquier sistema para compartir la información entre los servicios sociales y los servicios sanitarios es muy importante hacerlo. Hay una gran capacidad, desde el punto de vista tecnológico, para hacerlo, pero tenemos dos mundo muy separados: el social y el sanitario. Se debe compartir de una manera mucho más eficiente y la actuación tiene que ser mucho más conjunta en los casos en los que se interviene. En aquellos centros de menor complejidad, que se haga un apoyo directo desde los centros de atención primaria de salud, y en los centros de mayores con más complejidad con servicios habilitados de tratamiento, una participación activa de los servicios de geriatría hospitalarios.

¿Por qué cree que no se han publicado hasta ahora los datos de fallecidos en residencias de mayores?

Hemos visto que el mando único compartía la información en lo que se refiere a los hospitales, pero también hay que hablar de incorporar en el mando único a las residencias de personas mayores y en situación de dependencia. Hay dos recursos que son los críticos en todo el sistema: los hospitales y las residencias. Según los datos que hay disponibles, los centros de mayores han supuesto el 60 % de las personas fallecidas, tanto positivas como con síntomas compatibles. Hemos tenido un gran impacto. Entonces, estos servicios deben tener un apoyo muy decidido por todos los estamentos y compartir la información. Hay que hacer un ejercicio de mayor colaboración, transparencia y trabajo interinstitucional.

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