Brasil investiga 200 muertes en un estudio de un tratamiento experimental contra la Covid-19

El médico coordinador asegura que “el medicamento en prueba no produjo eventos adversos graves”, y alude a que la Comisión Nacional de Ética intentó invalidar el estudio únicamente por motivaciones políticas.

Ángel Luis Jiménez
15 octubre 2021 | 13:40 h
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La Comisión Nacional de Ética en la Investigación de Brasil (CONEP, por sus siglas en portugués) ha iniciado la investigación de la muerte de unas 200 personas ingresadas en diferentes hospitales que participaban en un estudio irregular que probaba la proxalutamida en pacientes con Covid-19, tal y como informan desde el diario El País.

La proxalutamida es un antiandrógeno que se encuentra todavía en desarrollo. Un bloqueador de hormonas masculinas desarrollado por la compañía farmacéutica china Kintour y que fue diseñado en origen como un tratamiento para el cáncer de próstata, de acuerdo a los datos publicados por NIUS. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, popular en la pandemia por su posición negacionista del virus y antivacunas, ha sido uno de los principales defensores del uso de esta sustancia para el tratamiento de pacientes con Covid-19, como ya había hecho con anterioridad con otros medicamentos como la cloroquina o la invermectina, cuya ineficacia para el tratamiento de pacientes con Covid-19 ha sido demostrada.

“Consideramos que este podría ser uno de los episodios más graves de violación a la ética de la investigación y violación de los derechos humanos de los participantes en la historia de América Latina que involucra la muerte sospechosa de 200 personas”, ha declarado la Red de Bioética de América Latina y el Caribe, perteneciente a la UNESCO.

El País ha destapado esta historia a través del caso de Zenite Gonzaga Mota. Esta mujer de 71 años comenzó a experimentar el pasado mes de febrero síntomas asociados a la Covid-19. Su hija la llevó a un centro de urgencias en la ciudad de Itacoatiara (Estado brasileño de Amazonas). Pocos días después de su ingresó comenzó a participar sin saberlo en este estudio irregular que ha situado a Brasil el centro de la polémica.

Comenzó a tomar tres cápsulas de proxalutamida diarias. Un tratamiento que se completaba con la inhalación de dosis diarias de hidroxicloroquina y también tomaba ivermectina, dos fármacos cuya ineficacia en el tratamiento de pacientes con Covid-19 ha sido demostrada

Tras sufrir un descenso de la saturación de oxígeno, fue diagnosticada con una infección pulmonar y se recomendó su ingreso en el hospital regional José Mendes para iniciar un tratamiento con antibióticos. Fue en este momento cuando el Grupo Samel, dedicado a la atención médica y hospitalaria, anunció que Itacoatiara se convertiría en la primera ciudad brasileña en beneficiarse “de un medicamento estadounidense para el tratamiento del cáncer que funciona excepcionalmente contra la Covid-19”. Este medicamento era la proxalutamida y que no está registrado en Brasil ni se emplea para ningún tipo de tratamiento.

Según Luiz Alberto Nicolau, presidente del Grupo Samel, asegura que fue Mario Abrahim, alcalde de Itacoatiara, el que solicitó que a todos los pacientes ingresados por Covid-19 en los hospitales municipales de la ciudad se les administrase el medicamento como parte de un ensayo coordinado por el médico Flavio Cadegiani.

Retomando el testimonio de la sobrina de Zenite publicado por El País, esta comenzó a tomar tres cápsulas de proxalutamida diarias. Un tratamiento que se completaba con la inhalación de dosis diarias de hidroxicloroquina y también tomaba ivermectina, dos fármacos cuya ineficacia en el tratamiento de pacientes con Covid-19 ha sido demostrada. Alessandra, sobrina de Zenite, explica que ningún miembro del equipo médico realizó un seguimiento ni se recogían los resultados. Declara que al poco de iniciar el tratamiento, el 11 de febrero, comenzó a experimentar falta de aire, sangre en la orina, hematomas en el pie y diarrea durante varias semanas. La familia asegura que nunca fueron informados de su participación en el estudio y que únicamente firmaron un documento confiando en los médicos. Tras varios intentos fallidos de traslado a Manaos, lograron su traslado a un hospital regional donde falleció el 13 de marzo. La CONEP estima que podría haber, al menos, otras 200 muertes en similares condiciones que la de Zenite.

La CONEP es un órgano que pertenece al Ministerio de Sanidad de Brasil responsable del control de los protocolos de investigación en seres humanos. Cierto es que la Comisión autorizó el estudio con proxalutamida a principios de 2021, pero recalca que el realizado en el Estado de Amazonas superaba el número de participantes inicialmente aprobado (645 frente a 294),y se desarrolló con pacientes gravemente enfermos en cuidados intensivos, algo que tampoco había sido aprobado. Se han recibido denuncias de este experimento procedentes de Manaos, Maués y Parintins.

El médico coordinador de este estudio irregular ha asegurado que “el medicamento en prueba no produjo eventos adversos graves”, y alude a que la Comisión Nacional de Ética intentó invalidar el estudio únicamente por motivaciones políticas tras el interés mostrado por Bolsonaro en la proxalutamida.

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