Defensa reforzará la sanidad militar a raíz de la pandemia de la Covid-19

En la nueva Directiva de Defensa Nacional, el Gobierno se compromete a consolidar y reforzar el modelo de sanidad militar, integrando su actividad con las autoridades civiles “en la gestión de crisis y emergencias”.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, durante el acto de firma de la Directiva de Defensa Nacional 2020 (Foto: La Moncloa)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, durante el acto de firma de la Directiva de Defensa Nacional 2020 (Foto: La Moncloa)

La crisis ocasionada por la Covid-19 ha supuesto un punto de inflexión tanto a nivel nacional como en el ámbito internacional. Y no sólo en lo que respecta a la gestión de la atención sanitaria y la mejora de los sistemas de salud, sino también en lo relativo a la defensa. Así queda reflejado en la  Directiva de Política de Defensa 2020, impulsada por el Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles.

El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconoce en las directrices sobre la Directiva de Defensa Nacional que la pandemia del coronavirus “ha dado un giro a las percepciones sobre la seguridad en Europa y la manera de gestionarla”. Por este, y por otros problemas de vital importancia como pueden ser las consecuencias del cambio climático, desde el Ejecutivo se han propuesto revisar la política de Defensa “iniciando así un nuevo ciclo de planeamiento”.

Sánchez incide en que en momentos como el actual “cobra vital importancia la capacidad de apoyo y colaboración con las autoridades civiles en la gestión de crisis y emergencias”

Entre los objetivos que se marca Robles se sitúa como pieza destacada el reforzamiento de la sanidad militar y la sanidad operativa. En primer lugar, consolidando su modelo y poniendo en marcha “un plan de respuesta temprana para el control de la Covid-19”. Y es que, entienden que en momentos como el actual “cobra vital importancia la capacidad de apoyo y colaboración con las autoridades civiles en la gestión de crisis y emergencias”.

En este punto, las directrices de Sánchez inciden en que “en casos como el cambio climático o las pandemias, los desafíos no son la consecuencia de un acto hostil ni deliberado, aunque supongan un reto de enorme envergadura”. No obstante, sí que apuntan que “los ciudadanos exigen que se protejan sus valores, intereses y modo de vida”. Por ello, expone la necesidad de dotar a la seguridad de “recursos apropiados, tanto humanos y materiales como económicos”.

PREPARACIÓN E INTEGRACIÓN FRENTE A PANDEMIAS

Para aprender a gestionar las consecuencias del cambio climático o situaciones como la pandemia, desde el Gobierno se comprometen entre otras acciones a integrar las capacidades y esfuerzos militares, como los de la Unidad Militar de Emergencias (UME), y civiles “de forma creciente”.

Además, aseguran que “se impulsará la preparación del personal de las Fuerzas Armadas y la adquisición de capacidades que permitan la colaboración y apoyo a autoridades civiles especialmente en situaciones de crisis y/o emergencias”.

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