Un macroestudio revela que la Covid-19 afecta gravemente a la salud cardiovascular

Los pacientes con Covid-19 experimentaron un riesgo un 72% superior de insuficiencia cardíaca transcurridos 12 meses desde la infección, en comparación con el grupo de control.

Muestras de sangre de pacientes positivos en Covid-19 (Foto. Freepik)

La Covid-19,  enfermedad provocada por el SARS-CoV-2, ha sido clasificada como una patología eminentemente respiratoria. La creciente evidencia científica relativa a este coronavirus a lo largo de la pandemia ha demostrado que sus implicaciones van mucho más allá y cuenta con capacidad de afectar a multitud de órganos y sistemas. Entre ellos, el corazón y los vasos sanguíneos.

Muchos de los pacientes que han cursado la Covid-19 han padecido arritmias, desarrollado coágulos, inflamación del corazón e incluso insuficiencia cardíaca. Ahora la revista Science ha publicado los resultados de un macroestudio tras el análisis de pacientes un año después de superar la enfermedad que indica que algunos de estos daños pueden ser duraderos.

Para su desarrollo se han analizado los datos de salud de más de 11 millones de pacientes registrados en la base del Departamento de Asuntos Veteranos de Estados Unidos. La principal conclusión que se extrae de la mayor investigación realizada en este sentido hasta la fecha muestra que el riesgo de hasta 20 enfermedades cardiovasculares diferentes aumentó entre los veteranos con Covid-19, en comparación con los que no habían cursado la infección.

Los autores explican que el riesgo se incrementó con la gravedad de la enfermedad inicial y se extendió a todos los resultados analizados, incluyendo ataques cardíacos, arritmias, accidentes cerebrovasculares y paro cardíaco entre otros.

“Los gobiernos y sistemas de salud de todo el mundo deberían estar preparados para hacer frente a la probable contribución significativa de la pandemia al aumento de la carga de las enfermedades cardiovasculares”

“Los resultados son impresionantes, peores de lo que esperaba”, declara en la referida cabecera Eric Topol, cardiólogo de Scripps Research. “Todos estos trastornos son muy graves. Si alguna vez alguien pensó que la Covid-19 era como la gripe, estos resultados deberían ser uno de los conjuntos de datos más poderosos para señalar que no lo es”, añade destacando que nos encontramos ante el mayor estudio focalizado en el denominado como Covid prolongado hasta el momento.

“En la era posterior a la Covid-19 la enfermedad podría convertirse en un factor de riesgo más alto para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares”, expone Larisa Tereshchenko, cardióloga y bioestadística de la Clínica Cleveland. La experta asegura que las implicaciones de la Covid-19 en el desarrollo de problemas cardiovasculares podrían encontrarse a la altura de las derivadas del tabaquismo y la obesidad.

PODRÍA ESTAR SUCEDIENDO EN OTROS ÓRGANOS

Uno de los principales problemas es que la comunidad científica no es plenamente consciente de cómo el virus es capaz de generar este daño a largo plazo. Los expertos coinciden a la hora de señalar que el amplio abanico de los síntomas asociados con el Covid prolongado (entre los que destacan fatiga, confusión mental, debilidad y pérdida del olfato) tienen su origen en los mismos mecanismos que aumentan el riesgo de padecer problemas relacionados con la salud cardiovascular tras superar la infección.

“Esta es una clara evidencia del daño cardíaco y vascular a largo plazo. Cosas similares podrían estar sucediendo en el cerebro y otros órganos que dan como resultado los síntomas característicos del Covid prolongado, incluyendo la confusión mental”, argumenta el autor principal del estudio Ziyad Al-Aly, epidemiólogo clínico de la Universidad de Washington en St. Louis.

Entre los más de 11 millones de personas registradas en el Departamento de Asuntos de Veteranos, los responsables de la investigación han analizado los datos de casi 154.000 personas infectadas por el SARS-CoV-2 entre marzo de 2020 y enero de 2021 y que sobrevivieron al menos durante 30 días tras superar la Covid-19. Han empleado además dos grupos de control: uno compuesto por 5,6 millones de personas que buscaron atención médica en el Departamento de Asuntos de Veteranos durante la pandemia y que no fueron diagnosticadas con Covid-19, y 5,9 millones de personas que buscaron atención médica en 2017.

Sobre la muestra evaluada es conveniente resaltar que el 90% eran hombres y el 71% de raza blanca, lo que puede suponer una limitación al encontrarse significativamente poco representadas las mujeres y personas de otras razas.

“Encontramos un mayor riesgo de problemas cardiovasculares tanto en personas mayores como en jóvenes, en personas con y sin diabetes, en personas con y sin obesidad y en personas que fumaban y otras que no habían fumado nunca”

Un aspecto importante sobre estos resultados es que el periodo de inscripción en el estudio finalizó antes de que las vacunas contra la Covid-19 estuviesen ampliamente disponibles en Estados Unidos, por lo que el 99,7% de los veteranos con infección por SARS-CoV-2 cuyos datos se han analizado no estaban vacunados. Es necesario destacar este aspecto ya que la investigación que nos ocupa no aborda si el riesgo de desarrollo de estos problemas cardiovasculares podría minimizarse e incluso evitarse gracias a la vacunación.

AFECTA SIN IMPORTAR LAS CONDICIONES DE RIESGO

Retomando el estudio los investigadores tuvieron en cuenta la posibilidad de que las personas infectadas fueran más propensas al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. En un primer momento esta podría parecer la explicación más plausible, pero el resultado es preocupante: estos problemas afectaron independientemente de la existencia o no de riesgo de desarrollo de este tipo de problemas y enfermedades. “Encontramos un mayor riesgo de problemas cardiovasculares tanto en personas mayores como en jóvenes, en personas con y sin diabetes, en personas con y sin obesidad y en personas que fumaban y otras que no habían fumado nunca”, sentencia Al-Aly.

En cifras, los pacientes con Covid-19 experimentaron un riesgo un 72% superior de insuficiencia cardíaca transcurridos 12 meses desde la infección, en comparación con el grupo de control. De forma general, 45 personas infectadas por el SARS-CoV-2 más por cada 1.000 desarrollaron alguna de las 20 afecciones registradas. Entre estas destacan: ataques cardíacos, arritmias, accidentes cerebrovasculares, ataques isquémicos transitorios, insuficiencia cardíaca, enfermedad cardíaca inflamatoria, paro cardíaco, embolia pulmonar y trombosis venosa profunda.

En cuanto al origen de estos problemas y síntomas prolongados los expertos apuntan como posible a la inflamación de las células endoteliales que recubren el interior del corazón y los vasos sanguíneos. Se valoran otras múltiples causas como el daño persistente en el músculo cardíaco por la invasión viral directa, niveles elevados de citocinas que provocan cicatrización en el tejido del corazón o la persistencia del virus en partes del organismo que el sistema inmunitario no es capaz de eliminar de forma eficaz.

Las conclusiones extraídas de esta investigación son realmente preocupantes ya que sugieren que millones de personas que han logrado superar la Covid-19 podrían sufrir problemas a largo plazo relacionados con el sistema cardiovascular. Hecho que podría suponer un grave problema de salud pública en los próximos años. “Los gobiernos y sistemas de salud de todo el mundo deberían estar preparados para hacer frente a la probable contribución significativa de la pandemia al aumento de la carga de las enfermedades cardiovasculares”, concluye Al-Aly, remachando que su gran preocupación “es que algunas de estas condiciones serán crónicas, marcando de por vida a estas personas”.

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