Una mutación natural del SARS-CoV-2 podría hacerlo más susceptible a las vacunas

La mutación D614G es más eficiente a la hora de infectar células, pero a su vez, crea también una vía hacia el núcleo del virus que podría hacerlo más vulnerable.

Científica analizando muestras en un microscopio (Foto. Freepik)
Científica analizando muestras en un microscopio (Foto. Freepik)
CS
25 noviembre 2020 | 00:00 h

Un reciente estudio publicado en la revista Science confirma que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha mutado de una forma que le ha permitido propagarse de forma más rápida. Pero esta ventaja podría traducirse en una mayor susceptibilidad del virus a las vacunas que se encuentran en desarrollo.

La nueva cepa del coronavirus, llamada D614G, surgió en Europa y se ha convertido en la más común a nivel global. De acuerdo a una investigación conjunta entre la Universidad de Carolina del Norte Chapel Hill y la Universidad Wisconsin-Madison, esta nueva cepa logra replicarse a mayor velocidad y aumenta la transmisibilidad del virus.

Si bien esta cepa es más rápida en términos de propagación, los hallazgos del estudio centrado en animales sugieren que no existe una asociación entre la rapidez a la que el virus se propaga y la gravedad con la que se cursa la Covid-19. Además, la cepa sería más sensible a la neutralización por anticuerpos.

“El virus D614G supera ya a la cepa ancestral en aproximadamente 10 veces y se replica de manera extremadamente eficiente en células epiteliales nasales primarias, una zona potencialmente importante en la transmisión entre personas”, explica Ralph Baric, profesor de epidemiología de la Escuela de Salud pública de la Universidad Chapel Hill.

“El virus D614G supera ya a la cepa ancestral en aproximadamente 10 veces y se replica de manera extremadamente eficiente en células epiteliales nasales primarias, una zona potencialmente importante en la transmisión entre personas”

Los investigadores creen que la cepa D614G del SARS-CoV-2 domina porque aumenta la capacidad de la proteína de pico de abrir células para que penetre el virus. Estos picos con formas de corona son los que otorgan su nombre al virus, la mutación D614G es más eficiente a la hora de infectar células, pero a su vez, crea también una vía hacia el núcleo del virus que podría hacerlo más vulnerable. A través de esta “abertura” creada por el virus para penetrar e infectar, los anticuerpos también pueden llegar a las células infectadas. Un mecanismo que también pueden emplear los candidatos a vacuna y lograr desactivar el virus.

“La proteína de pico original tenía una ‘D’ en esta posición y fue reemplazada por una ‘G’”, expresa Yoshihiro Kawaoka, virólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison. “Varios artículos ya habían descrito que esta mutación hace que la proteína sea más funcional y más eficiente a la hora de ingresar en las células”.

Sin embargo, los trabajos anteriores sobre los que se fundamentan los referidos artículos estaban centrados en un virus pseudotipado que incluía la proteína de unión al receptor, pero no era el virus verdadero. Utilizando la genética inversa el equipo de Baric ha replicado un par coincidente del SARS-CoV-2 que han codificado en “D” o “G” en la posición 614 para comparar el análisis de propiedades básicas utilizando líneas celulares, células respiratorias humanas primarias y células de ratón.

“La proteína de pico original tenía una ‘D’ en esta posición y fue reemplazada por una ‘G’”

Los investigadores inocularon ambas cepas del virus a un grupo de ratones. Al día siguiente estos fueron colocados junto a ratones sanos con divisores de pantallas para que no pudiesen tocarse, pero el aire podía pasar entre los espacios. Ambas cepas se transmitieron por aerosoles. En el caso de la cepa D614G los investigadores vieron transmisión en seis de cada ocho ratones a los dos días. Todos contagiados en el cuarto día. Con la cepa de virus original no se inició la transmisión hasta el segundo día y todos acabaron infectados al cuarto.

En base a estas investigaciones no solo han confirmado que el virus se propaga hasta 10 veces más rápido que la cepa originaria, sino que, además, es más infeccioso. “La cepa mutada se transmite mejor lo que puede explicar por qué es la predominante”, señala Kawaoka.

Una vez todos los ratones utilizados en el estudio estuvieron infectados por ambas cepas todos presentaron la prácticamente la misma carga viral y síntomas. Hecho que sugiere que, aunque la nueva cepa es más rápida a la hora de propagarse no causa una enfermedad más grave. En este sentido los investigadores destacan que es posible que estos resultados varíen si el modelo de estudio se replica en seres humanos.

“El SARS-CoV-2 es un patógeno humano completamente nuevo y su evolución en las poblaciones es difícil de predecir. Están surgiendo nuevas variantes continuamente como es el caso de la variante del clúster 5 del virus recientemente descubierta en visones en Dinamarca. Para proteger al máximo la salud pública, debemos continuar rastreando y comprendiendo las consecuencias de estas nuevas mutaciones en la gravedad con la que se cursa la enfermedad, cómo afectan a la transmisión y la vulnerabilidad a la inmunidad inducida por vacunas”, concluye Baric.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído