¿Por qué no podemos comparar la Covid-19 con la gripe?

Los recientes discursos que hablan de “gripalizar” la Covid-19 nos trasladan a los inicios de la pandemia. Un periodo en el que el desconocimiento sobre el SARS-CoV-2 era prácticamente absoluto y que llevó a expertos y gobiernos a banalizar la enfermedad.

Test Covid 19. (Foto. Freepik)
17 enero 2022 | 17:45 h

El pasado 11 de enero se conocía la intención del Gobierno de dar un nuevo paso en la gestión de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2. De acuerdo con las informaciones conocidas, el Ejecutivo central llevaría meses trabajando en el fin de la monitorización diaria de cada caso de Covid-19 para avanzar hacia un sistema como el empleado en la vigilancia de la gripe y el resto de enfermedades respiratorias. Se trataría de abandonar de forma paulatina la vigilancia universal que actualmente se viene realizando desde hace casi dos años para entrar en una nueva fase centinela.

"Todo apunta y cada vez hay más voces en este sentido, a que estamos en una nueva fase de esta pandemia y con el tiempo iremos a una endemia", expresaba la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la rueda de prensa celebrada tras el último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS). La titular de Sanidad aseveraba que “se trata de ver cómo hacemos esa compleja transición”. "Tenemos que ir de la mano de los expertos y de los que conformamos el Sistema Nacional de Salud que han pedido este nuevo modelo cuando finalice la sexta ola y se llegue a un proceso de co-gobernanza entre las comunidades autónomas", manifestaba, apostillando que “la ciudadanía requiere que nos anticipemos”.

Catherine Smallwood, una de las principales responsables de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Europa, ha mostrado su desacuerdo con el hecho de tratar la Covid-19 como endémica, tras el anuncio de algunos países como es el caso de España. "En este momento, las condiciones para la endemia no se cumplen", sentenciaba. "La endemia asume cierta estabilidad de circulación del virus a unos niveles predecibles y unas olas de transmisión epidémica conocidas y predecibles, pero, lo que vemos en este momento, entrando en 2022, no se acerca en absoluto a eso", ha zanjado Smallwood, para añadir que "sigue habiendo una gran cantidad de incertidumbre".

GRIPE Y SARS-COV-2

Los recientes discursos que hablan de “gripalizar” la Covid-19 nos trasladan a los inicios de la pandemia. Un periodo en el que el desconocimiento sobre el SARS-CoV-2 era prácticamente absoluto y que llevó a expertos y gobiernos a banalizar la enfermedad. El SARS-CoV-2 es un nuevo patógeno con el que la humanidad lleva conviviendo relativamente poco tiempo si lo comparamos con los virus que causan la gripe.

El Sistema de Vigilancia de Gripe en España (SVGE), constituido por epidemiólogos y virólogos de las comunidades autónomas, el Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y el Centro Nacional de Microbiología (CNM) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha detectado en Atención Primaria, hasta el 9 de enero, 1.298 casos de gripe por 100.000 habitantes, lo que supone un descenso con respecto a la última semana del año con 1.533 casos por 100.000 habitantes, tal y como informan desde Europa Press.

La gripe está causada por el virus de la influenza (A o B), que pertenece a la familia de los 'orthomyxovirus'. Tal y como informa el Ministerio de Sanidad, el virus se transmite con gran facilidad propagándose rápidamente, de forma mayoritaria en el otoño y el invierno

Lo primero que debemos tener en cuenta es que hablamos de dos virus diferentes. La gripe está causada por el virus de la influenza (A o B), que pertenece a la familia de los orthomyxovirus. Tal y como informa el Ministerio de Sanidad, el virus se transmite con gran facilidad propagándose rápidamente, de forma mayoritaria en el otoño y el invierno. Los virus de la gripe pueden causar enfermedad levo o grave y, en ocasiones, conducir a la muerte.

La gripe es un importante problema de salud, tanto por la mortalidad que puede provocar directa o indirectamente, como por las complicaciones que puede ocasionar y los costes económicos y sociales que origina. A nivel mundial se estima que cada año mueren hasta 650.000 personas por causas relacionadas con la gripe. En España, durante la temporada 2019-2020, 619.000 personas acudieron a las consultas de Atención Primaria por gripe, hubo 27.700 hospitalizaciones con gripe confirmada por ensayos de laboratorio, 1.800 ingresos en la UCI y 3.900 muertes asociadas a la gripe.

Las complicaciones más frecuentes tras una infección por el virus de la gripe son: neumonía, otitis, sinusitis, deshidratación o empeoramiento de una enfermedad crónica de base, como insuficiencia cardiaca congestiva, asma o diabetes. Cualquier persona puede padecer complicaciones tras una gripe, pero son más frecuentes en aquellas con enfermedades crónicas o determinadas situaciones (edad avanzada, embarazadas, menores de seis meses, sobrepeso, etc.). En la temporada 2019-2020, el 80% de los casos graves hospitalizados de gripe y el 95% de las muertes ocurrieron en personas con algún factor de riesgo de complicaciones. Por ello, se recomienda la vacunación a los grupos de riesgo.

En la temporada 2019-2020, el 80% de los casos graves hospitalizados de gripe y el 95% de las muertes ocurrieron en personas con algún factor de riesgo de complicaciones. Por ello, se recomienda la vacunación a los grupos de riesgo

La Covid-19 es la enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, perteneciente a la familia de los coronavirus. Este es el séptimo descubierto que puede afectar a los seres humanos. De acuerdo con la información recogida por la OMS, la  mayoría de las personas infectadas por el virus experimentarán una enfermedad respiratoria de leve a moderada y se recuperarán sin requerir un tratamiento especial. Sin embargo, algunas enfermarán gravemente y requerirán atención médica. Las personas mayores y las que padecen enfermedades subyacentes, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave. Cualquier persona, de cualquier edad, puede contraer la Covid-19 y enfermar gravemente o morir. 

¿POR QUÉ NO PODEMOS TRATAR LA COVID-19 COMO UNA GRIPE?

A simple vista, las descripciones anteriormente expuestas podrían llevarnos a pensar que las diferencias entre ambas infecciones son reducidas. Nada más lejos de la realidad. Dejando a un lado el riesgo de complicaciones que tanto la gripe como la Covid-19 pueden suponer para los grupos de riesgo, el peligro es mucho mayor para la población general si hablamos del coronavirus.

La gripe es un virus que afecta, principalmente, a las vías respiratorias. Este se adhiere a las células epiteliales que se encuentran en nuestra nariz, garganta y pulmones, mientas que el SARS-CoV-2 cuenta con receptores en células que están presentes en muchos de nuestros órganos y sistemas. A pesar de que la Covid-19 es un virus respiratorio la evidencia científica ha confirmado que el daño que puede provocar en, por ejemplo, nuestro cerebro, sistema circulatorio o aparato digestivo por citar algunos. Hecho que se traduce en una variedad mucho más amplia de síntomas.

Se suma el peligro de desarrollar lo que se ha calificado como “Covid prolongado”. Síntomas y secuelas persistentes de la enfermedad durante semanas o meses que dificultan la vida de quienes lo padecen una vez se ha superado la infección. The Lancet Infectious Diseases publicaba un artículo en el que se recogían más de 200 síntomas persistentes provocados por la Covid-19.

"No es el momento de considerar la Covid-19 como una enfermedad endémica y tratarla como la gripe"

En las últimas semanas la evidencia científica que se ha ido recopilando sobre la variante Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) indica que provoca una enfermedad más leve. Una premisa que requiere de algunas matizaciones. En primer lugar, los riesgos se reducen para las personas completamente vacunadas y, en segundo, no podemos olvidar la convivencia con otras variantes

“Personalmente, creo que no es el momento de considerar la Covid-19 como una enfermedad endémica y tratarla como la gripe”, explica en ConSalud.esÓscar de la Calle, inmunólogo miembro de la Asociación Española de Inmunología (SEI). “Si observamos unos datos muy sencillos vemos que las UCI actualmente están llenas, no solo de pacientes con Covid-19, pero en el caso de mi hospital más del 50% de las camas de UCI están ocupadas por pacientes con Covid-19 y, sin embargo de gripe no tenemos”, explica.

“Hay que dejar claro que este virus (en relación al SARS-CoV-2) no es el virus de la gripe. Es posible que en el futuro se convierta en un virus más manejable. Hay un Instituto Nacional de Vigilancia de la Gripe, con un sistema que se dedica a seguir la incidencia que no es el que utilizamos con la Covid-19 intentando diagnosticar a todos los infectados. Esto se tendría que empezar a implementar ahora, pero de momento no tenemos ni fondos ni una red de centros pilotos para hacer este tipo de estudios, por lo que a corto plazo, personalmente no lo veo como ningún miembro de la Sociedad Española de Inmunología”, argumenta.

“Sí que hay que prepararlo ya que requiere personal, centros, equipamientos y un sistema de información en red que actualmente no tenemos”, asevera. “Podemos aprovechar el de la gripe, pero se necesita uno específico para la Covid-19, para otras enfermedades respiratorias y todas aquellas que van a seguir viniendo como zoonosis y otras infecciones que van a aparecer o reaparecer”, concluye.

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