La salud de niños y adolescentes tras la pandemia sufre un impacto negativo “desproporcionado”

La OMS ha realizado otro estudio en el que valoran los efectos de la pandemia Covid-19 en la salud infantil, especialmente en la mental

Una abuela y su nieto separados por una ventana en plena pandemia Covid 19 (Foto. Freepik)
Una abuela y su nieto separados por una ventana en plena pandemia Covid 19 (Foto. Freepik)

Aunque todavía hay estudios que catalogan el impacto de la pandemia Covid-19 en la salud y la salud mental de la población como “escaso”, lo cierto es que cada vez más evidencia científica están reflejando que la situación vivida de incertidumbre, miedo, enfermedad desconocida, problemas sociales y económicos, y pérdida de familiares y conocidos ha tenido un impacto en la salud y en el bienestar emocional de las personas, principalmente aquellas más vulnerables: mujeres, mayores, niños y adolescentes.

Los más jóvenes han sido los que más se han visto influidos por los años vividos a raíz de la transmisión del SARS-CoV-2. Algo que ha constatado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un nuevo informe que no deja duda sobre el “impacto desigual”, “negativo” y “desproporcionado” que la pandemia ha tenido en los niños y adolescentes, principalmente aquellos en entornos socioeconómicos más bajos.  

 “Una proporción significativa”, entre el 15 y el 30%, informaron de impactos negativos en salud mental, actividad física y rendimientos escolar

El cierre de las escuelas, que se alargó especialmente en lugares desfavorecidos, supuso un importante impacto en niños y adolescentes que se quedaron sin sus principales apoyos sociales. De media, los colegios estuvieron cerrados unos 138 días en Europa. Cada 100 días, señalan los expertos de otro estudio, se produce un aumento del 74% de probabilidades de experimentar presión escolar que a su vez se traduce en insatisfacción vital y diferentes sintomatologías psicológicas.

El lugar geográfico de cada uno; las medidas sanitarias tomadas, como la distancia social, y el contexto sociopolítico y cultural determinaron el nivel de afectación de los pacientes, según el informe. “Una proporción significativa”, entre el 15 y el 30%, informaron de impactos negativos en salud mental, actividad física y rendimientos escolar. Como indica la Dra. Natasha Azzopardi-Muscat, directora de la División de Políticas y Sistemas Nacionales de Salud de la OMS/Europa, los datos ofrecidos confirman el impacto de la pandemia en los jóvenes y “brindan una base para la acción concreta a medida que nos preparamos mejor para los desafíos que se avecinan”.

DIFERENCIAS “ALARMANTES”

El informe realizado en la Región Europea de la OMS ha medido los impactos negativos reportados por los propios encuestados, la salud mental y el bienestar de los adolescentes en 22 países y regiones. El 30%, un porcentaje importante, reconocen haber tenido un impacto negativo en su salud mental y un 16% insatisfacción con la vida, principalmente aquellas personas con edades comprendidas entre los 13 y 15 años. Aunque sí es cierto que un 37% no sufrió ningún efecto, y el 33% señalaron que fueron positivos, como las mejoras de las relaciones con familiares y amigos.

El desarrollo de secuelas psicológicas y físicas, y de insatisfacción con la vida, se reflejó principalmente en la población académica que empeoró su rendimiento escolar, así como sus relaciones con la familia y los compañeros. “La medida en que los adolescentes se sintieron afectados por la pandemia estuvo estrechamente relacionada con el apoyo que recibieron de la familia, los maestros, los compañeros de clase y sus iguales”, señalan desde la OMS.

Pese a ello, y de manera “alarmante”, los adolescentes de familias menos acomodadas tenían más probabilidades de sufrir impactos negativos de la pandemia en sus vidas, incluso cuando recibían el mismo nivel de apoyo social que los menores de sociedades más ricas. Unos datos sobre los que la organización mundial pone el foco y señala la necesidad “urgente” de dar un “apoyo adicional a las poblaciones vulnerables”.

Dra. Azzopardi-Muscat: “Al prestar atención a estas recomendaciones, los gobiernos, los desarrolladores de políticas y las comunidades pueden crear un entorno de apoyo para los jóvenes, salvaguardando su salud mental"

Entre las medidas que recomiendan en otro informe señalan la necesidad de implementar políticas que desarrollen entornos de apoyo en las escuelas, familias y grupos de pares, para promover y proteger la salud mental de los jóvenes; adapten los programas de apoyo a la salud mental para que sean específicos para adolescentes; den visibilidad al papel que familias y amigos tienen en el desarrollo de actitudes mentales positivas; ayuden a los padres para que mejoren y fortalezcan la relación con sus hijos y a los maestros para dar un apoyo; y, por último, desde la OMS señalan la importancia de ofrecer “apoyo adicional a los adolescentes de familias menos favorecidas, reconociendo su mayor riesgo de experimentar impactos negativos durante las crisis de salud”.

En palabras de la Dra. Azzopardi-Muscat: “Al prestar atención a estas recomendaciones, los gobiernos, los desarrolladores de políticas y las comunidades pueden crear un entorno de apoyo para los jóvenes, salvaguardando su salud mental, educación, y el bienestar general durante y después de la pandemia”.

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