La teleasistencia, el modelo que toma fuerza en la Atención Primaria

La Covid-19 nos ha dejado valiosas lecciones sobre lo que hace falta mejorar en nuestro sistema sanitario y la necesidad de avanzar en teleasistencia y telemedicina ha sido una de ellas.

Los sistemas de teleasistencia se han reforzado durante la pandemia (Foto. Freepik)

La pandemia provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 nos ha dejado numerosos aprendizajes y lecciones que debemos extraer de la difícil situación a la que hemos tenido que hacer frente a lo largo de los últimos meses.

La Covid-19 ha impactado de forma muy significativa en la práctica clínica diaria y ha generado una serie de modificaciones en los circuitos de manejo y atención de los pacientes que presentan otras patologías. Un nuevo escenario en el que todos los profesionales sanitarios han volcado sus esfuerzos contra el coronavirus, siendo su máxima prioridad colaborar y ayudar para paliar las consecuencias de esta crisis sanitaria.

El Estado de Alarma trajo consigo las restricciones a la movilidad y el confinamiento de toda la población salvo en excepciones contadas y debidamente justificadas. Hecho que ha tenido consecuencias directas en la atención sanitaria ya que muchas personas no han podido acudir a los centros hospitalarios quedando estos supeditados prácticamente a la respuesta de una pandemia que puso en algunos momentos al borde del precipicio la capacidad de nuestro sistema de salud pública.

En este este escenario ha cobrado especial relevancia un concepto cuyo desarrollo e implementación avanzaba lentamente pero que se ha acelerado en los últimos meses: la teleasistencia.

“Para mantener la atención de nuestros pacientes hemos tenido que recurrir a otras herramientas, como las visitas con llamadas telefónicas, los mails con los médicos de cabecera, etc. La teleasistencia ha venido para quedarse”, expresa la doctora Angels Vilella, adjunta del Servicio Digestivo del Hospital Universitario Son Llàtzer de Palma de Mallorca en una reciente jornada organizada por Gilead sobre el impacto de la Covid-19 en la práctica clínica.

La teleasistencia tiene mucho aún por decir, especialmente en la atención de los grupos de riesgo o a la hora de prestar servicios sanitarios de calidad en aquellas zonas en las que escasean

La teleasistencia se ha posicionado como uno de los grandes aliados durante la vigencia del Estado de Alarma a la hora de evitar la masificación de los centros hospitalarios y de Atención Primaria en un contexto de transmisión comunitaria. Ahora es el momento de extrapolar las lecciones que nos ha dejado la Covid-19 y trabajar para mejorar el sistema asistencial. Un reto en el que la teleasistencia tiene mucho aún por decir, especialmente en la atención de los grupos de riesgo o a la hora de prestar servicios sanitarios de calidad en aquellas zonas en las que escasean.

EL PAPEL DE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS

Las comunidades autónomas se han visto obligadas a acelerar sus procesos y herramientas de teleasistencia. Una necesidad vital ya que, con la entrada en la “nueva normalidad”, comenzamos a ser conscientes del incremento que han producido estos meses en las listas de espera y la situación de los pacientes crónicos. Es necesario trabajar en nuevas vías que descongestionen tanto los centros de Atención Primaria como los hospitales.

Un ejemplo de esto es el Servicio Andaluz de Teleasistencia que atiende actualmente a más de 230.000 mayores en situación de dependencia o discapacidad. Un servicio que durante la pandemia ha gestionado alrededor de 18.000 llamadas diarias.

“Los servicios basados en el nuevo modelo de teleasistencia tendrán un impacto considerable tanto en la eficiencia como en la efectividad del servicio, con un aumento de la calidad y fiabilidad de las comunicaciones”, explicaba recientemente Rocío Ruiz, consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía.

El consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, ha explicado en sus últimas apariciones que se fomentará y mantendrá la teleasistencia en la región salvo en los casos de pacientes sospechosos de coronavirus o que presenten patologías que requieran la evaluación presencial del profesional médico.

“El objetivo es aumentar la permanencia de las personas usuarios en sus hogares para que puedan seguir realizando su vida dentro de su entorno con total seguridad y con una mayor autonomía, tanto dentro como fuera del hogar, lo que se traducirá en una mejora de su calidad de vida”, añade la consejera.

Otro ejemplo lo encontramos en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) que quiere potenciar la telemedicina mediante la implementación de un sistema de interconsulta que permita la conexión de los ciudadanos desde los centros de salud con el ámbito hospitalario. Un mecanismo con el que evitar que los centros de Atención Primaria se conviertan en focos de contagio, garantizando así no solo la salud de los pacientes sino también de los profesionales sanitarios.

Potenciar la telemedicina mediante la implementación de un sistema de interconsulta que permita la conexión de los ciudadanos desde los centros de salud con el ámbito hospitalario

Lo cierto es que estos dos ejemplos son el espejo en el que se están mirando el resto de Consejerías de Sanidad autonómicas. Estas han comenzado a apostar en Atención Primaria por mantener las consultas telefónicas habilitadas durante el Estado de Alarma o reforzar y mejorar las que ya existían previamente.

En la Comunidad de Madrid, tal y como ha informado recientemente la Gerencia Asistencia de Atención Primaria, se ha puesto en marcha la consulta telefónica con el médico de familia, pediatra y enfermera en los centros de salud que podrán gestionar los pacientes mediante cita previa. Hasta la fecha este proceso se realizaba a través de la indicación del profesional médico una vez que valoraba al paciente por teléfono.

El pasado mes de mayo el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, anunciaba un plan de extensión de la telemedicina en la región. Este contará en un principio con la instalación de 2.000 puntos de teleasistencia en los centros valencianos de Atención Primaria. El principal objetivo que se persigue con esta inversión es que estos centros cuenten con capacidad suficiente para la realización de videollamadas y que el personal sanitario pueda ejercer su labor con la mayor solvencia.

El pasado mes de mayo el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, anunciaba un plan de extensión de la telemedicina en la región

La teleasistencia también se mantendrá de forma preferente en Aragón según lo anunciado por su consejera de Sanidad, Sira Repollés y Galicia la contempla de forma temporal en su “Plan de Reactivación Asistencial en Atención Primaria en relación con la infección por el virus SARS-CoV-2”.

La pandemia ha acelerado de forma significativa los campos de la teleasistencia y la telemedicina. Dos conceptos que han llegado para quedarse tras los aprendido estos meses y que requieren de un refuerzo y concienciación de su necesidad y eficiencia no solo de cara a la ciudadanía sino también entre el colectivo de los profesionales médicos.

Desde el punto de vista del profesional de Atención Primaria, las lecciones de la Covid-19 nos llevan a una redefinición de las tareas a las que actualmente dedican su tiempo, y que podría asumir personal de enfermería o administrativo. En este nuevo contexto, y en el ámbito de la teleasistencia, el médico de Atención Primaria pasará a ser la persona de enlace entre el médico especialista y los pacientes, evitando el desplazamiento de estos a los centros hospitalarios.

 

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