La prensa británica ha informado de que los ensayos que actualmente se están realizando en seres humanos con la vacuna candidata contra la Covid-19 desarrollada por la Universidad de Oxford ha mostrado “resultados prometedores”.
La fase de pruebas en seres humanos se inició el pasado mes de abril y cuenta con la participación de alrededor 1.000 personas voluntarias y sanas. En base a las pruebas que se están realizando los científicos responsables han conseguido detectar la generación de anticuerpos y células T que podrían ser la clave para desarrollar una respuesta inmune contra la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Ahora la labor de los investigadores se centra en demostrar si esta respuesta inmune combinada puede ser suficiente para evitar la infección. A pesar de esto han querido recalcar que los resultados logrados hasta el momento son muy positivos.
La labor de los investigadores se centra en demostrar si esta respuesta inmune combinada puede ser suficiente para evitar la infección
"Nadie puede poner fechas finales... las cosas podrían salir mal, pero la realidad es que, al trabajar con una gran compañía farmacéutica, esa vacuna podría estar bastante disponible en septiembre y ese es el tipo de objetivo en el que se está trabajando”, ha expresado David Carpenter, presidente del Comité de Ética de Investigación de Berkshire y responsable de la aprobación del ensayo de la vacuna candidata de Oxford.
Carpenter continúa además trabajando con el grupo de científicos que la están desarrollando y probando y ha afirmado con rotundidad que están “absolutamente encaminados” para lograr la vacuna contra la Covid-19. La empresa farmacéutica con la que está trabajando la universidad británica es AstraZeneca.
"Todos estamos trabajando para lograr el mejor de los escenarios, todos estamos dando a AstraZeneca y al equipo de Oxford y del Imperial College London todo el apoyo posible. También estamos trabajando en otras vacunas potenciales en todo el mundo, incluida América, Alemania y los Países Bajos", ha afirmado por su parte el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock.