Fascitis plantar: cómo evitarla y solucionarla

La fascitis plantar es una de las causas más comunes de dolor en el talón y que ocurre frecuentemente en verano. Desde COFICAM adelantan consejos para prevernila y tratarla

Imagen Fascitis plantar (Foto. Coficam)
Imagen Fascitis plantar (Foto. Coficam)
CS
22 julio 2021 | 17:25 h

Durante el verano se tiende a ir descalzo, o llevar chanclas o sandalias con una suela fina. Los pies pasan mucho menos tiempo cubiertos que en invierno, y el calzado que se utiliza tiende a tener una menor amortiguación. Todo ello puede provocar la aparición de la fascitis plantar, una patología que consiste en la inflamación de la fascia plantar, una banda gruesa de tejido que atraviesa la planta del pie y conexta los dedos de los pies con el hueso del talón.

El dolor que produce esta inflamación puede manifestarse mientras caminamos, y llegar a causar un dolor crónico en el talón. “El dolor puede generar una impotencia funcional. Normalmente se genera al levantarse por la mañana y disminuye gradualmente al caminar, pero empeora durante los primeros pasos después de periodos de reposo prolongados o con el aumento de la intensidad de la actividad: al subir escaleras, poniéndose de puntillas, al caminar descalzo y con la flexión dorsal del tobillo y de los dedos”, señalaMarta García Landete, vocal II Albacete de Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha (Coficam).

Se recomienda el uso de un calzado ancho y con un tacón de 2 a 5 centímetro, y evitar aquellos calzados con poca suela, estrechos o que no tengan un agarre 

Con ejercicios de estiramiento, descanso, un buen calzado o incluso plantillas ortopédicas y algún analgésico, la fascitis plantar suele curarse, aunque en algunos casos en los que no funcionan estos tratamientos se puede necesitar una cirugía en el pie. Aun así los fisioterapeutas recuerdan que la mejor manera es prevenirlo.

Para la prevención se recomienda el uso de un calzado ancho, cuya horma se ajuste correctamente a nuestro pie, y con un tacón de 2 a 5 centímetro, y evitar aquellos calzados con poca suela, estrechos o que no tengan un agarre al tobillo o al talón y obliguen a llevar los dedos de los pies en forma de garra para no perder el zapato, como ocurre con las chanclas.

Desde Coficam recuerdan que es necesario llevar siempre el calzado adecuado a cada actividad y cambiarlo de forma regular. Además, "haz estiramientos de todo el miembro inferior, haciendo hincapié en la cadena posterior de la pierna y la fascia plantar, y ponte crema hidratante mediante un pequeño masaje y haz rodar una botella en el suelo", señalan.

Si después la patología aparece y persiste avisan de que "lo más recomendable es acudir a un fisioterapeuta colegiado".

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