Histoplasmosis: infección respiratoria por inhalar esporas contenidas en los excrementos de aves

Los excrementos de algunas aves y murciélagos contienen un hongo que es altamente perjudicial para la salud humana. Su contagio es ambiental e incluye una variedad de síntomas respiratorios que pueden resultar en un daño irreversible.

Hombre tosiendo (Foto. Freepik)
Hombre tosiendo (Foto. Freepik)

La histoplasmosis es una infección causada por la inhalación de las esporas de un hongo que se encuentra en los excrementos de algunos animales como pájaros y murciélagos. Normalmente, las personas pueden contraerla al respirar las esporas. Para algunas personas, especialmente aquellas con el sistema inmune debilitado, puede resultar especialmente peligrosa. Mientras que, otros son asintomáticos.

Existen varias formas de histoplasmosis, la pulmonar y la diseminada, por otro lado, se encuentran la forma crónica y progresiva. La forma más común de esta enfermedad es la pulmonar, e implica una importante infección para los pulmones. No obstante, la gravedad de la enfermedad y su tratamiento dependen de la salud general de la persona y la cantidad de esporas que se hayan inhalado.

Las personas que trabajan en construcción, jardinería o agricultura son las más expuestas

El origen de esta enfermedad está en la inhalación de las esporas Histoplasma capsulatum, un tipo de bacteria que se encuentra en los excrementos de aves y murciélagos. Habitualmente, el hongo se encuentra en el suelo, lo que hace que las personas que trabajan en ciertos oficios, como la agricultura, la construcción y la jardinería, sean especialmente susceptibles a la infección. En ese sentido, las personas que viven o viajan a áreas endémicas donde el hongo es común, como el Valle del Río Mississippi y el Valle de Ohio en Estados Unidos, están en mayor riesgo.  América Central y del Sur, África, Asia y Australia son zonas con una alta presencia de este hongo.

Cuando las esporas entran en el sistema respiratorio, afecta a la actividad de los pulmones, causando histoplasmosis pulmonar, una variante de esta afección que puede desembocar en otras tipologías más graves si no se trata adecuadamente.

TIPOS Y SÍNTOMAS

Entre la sintomatología de la histoplasmosis pulmonar se asemeja a una neumonía regular, lo que dificulta su detección. Sin embargo, incluye fiebre, tos, dolor en el pecho y dificultad para respirar, pérdida de peso y anemia. Esta forma de infección puede causar un daño irreversible en el pulmonar si no se trata a tiempo.

 En casos más severos, la enfermedad puede diseminarse a otras partes del cuerpo, como el hígado, el bazo y la médula ósea, causando la histoplasmosis diseminada. La variante diseminada puede afectar a varios órganos y tejidos de todo el organismo, resultando en una infección potencialmente mortal, especialmente en sistemas inmunológicos débiles, como aquellos con VIH, SIDA o que están recibiendo tratamientos de quimioterapia

En ese sentido, la histoplasmosis crónica es la forma más peligrosa de esta enfermedad que puede persistir durante meses o años. Los síntomas pueden variar desde fatiga y pérdida de peso hasta fiebre y sudores nocturnos. Mientras que la enfermedad se desarrolla lentamente y afecta a multitud de órganos.

Finalmente, la forma progresiva incluye síntomas parecidos a la histoplasmosis crónica, pero a menudo son más severos y pueden incluir confusión, desorientación y pérdida de la coordinación.

TRATAMIENTO

Para poner fin a esta infección, el diagnostico temprano es clave. No obstante, puede suponer un reto debido a los síntomas y su ambigua naturaleza. Es por ello que, las pruebas de laboratorio son necesarias para confirmar la presencia de este hongo en nuestro sistema.

Las pruebas pueden incluir desde análisis de sangre, pruebas cutáneas y radiografías de tórax, entre otras. En los casos más graves, puede ser necesaria una biopsia del tejido para determinar la gravedad, su alcance y comenzar un tratamiento temprano.

Para evitar posible complicaciones, una vez confirmado el diagnóstico, la administración de antifúngicos como el itraconazol o el fluconazol, suelen ser la primera línea de tratamiento. En casos de histoplasmosis diseminada, donde la infección se ha extendido a otras partes del cuerpo, se puede requerir un tratamiento más intensivo como la administración por vía intravenosa o la hospitalización. Sin embargo, la mejor medida es la prevención. Por eso, es recomendable el uso de ropa protectora y mascarillas al limpiar estas áreas para evitar la inhalación de esporas del hongo, sobretodo en personas con un sistema inmunológico debilitado, bebés o personas mayores.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído