Objetivo 95-95-95, lejos de conseguirse: Europa y Asia central ralentizadas contra el VIH

El ECDC denuncia la gran desigualdad entre regiones en la lucha frente al VIH, a dos años de alcanzar los objetivos ONUSIDA para 2025

Prueba del VIH (Foto: OMS/EuropaPress)
Prueba del VIH (Foto: OMS/EuropaPress)
Paola de Francisco
21 septiembre 2023 | 00:00 h
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El objetivo de la lucha contra el VIH, el virus de la inmunodeficiencia humana causante del sida, es claro: para 2025 hay que conseguir que el 95% de todas las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico, el 95% de los pacientes que saben su estado estén recibiendo tratamiento y el 95% con tratamiento tengan supresión viral. La realidad, según el nuevo informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en ingles) está muy alejado.

Según los datos recabados, a dos años de cumplirse esta meta de ONUSIDA, la realidad es que en Europa y Asia Central existe una importante variabilidad en el progreso y la consecución de alcanzar el fin de la epidemia, estimado por la Organización de Naciones Unidas para 2030. En muchas regiones se está comenzando ahora a utilizar la PrEP (Profilaxis de Preexposición al VIH). En otros todavía no están implantados o regulados los métodos diagnósticos más modernos, como pueden ser las pruebas que uno mismo se puede hacer en su casa. Y en algunas regiones europeas y asiáticas, el acceso a los tratamientos no está facilitado.

Como resultado, según los datos del informe del ECDC, en las regiones de Europa y Asia central (desde Islandia hasta Kazajistán), el 83% de todas las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico, el 85% de las personas que conocen su estado están recibiendo tratamiento y el 93% de las personas en tratamiento tienen supresión viral.

El 83% de todas las personas que viven con el VIH conocen su estado serológico, el 85% de las personas que conocen su estado están recibiendo tratamiento y el 93% de las personas en tratamiento tienen supresión viral

Pese a las cifras, lo cierto es que se ha avanzado en los últimos años en el diagnóstico y el tratamiento de las personas con la infección por este microorganismo, principalmente en la última década cuando hablamos de las zonas centrales y orientales de Europa y la zona de Asia central. La tasa de incidencia de VIH ha caído en todas las regiones, significativamente en la zona este, habiéndose mantenido sin apenas variación en la zona de centro Europa

Sin embargo, las diferencias son abismales. Mientras las coberturas en prevención, diagnóstico o tratamiento son muy altas en países como Alemania, Suiza o Alemania, es mucho menor en otros como Malta, Rumanía o Armenia, como recoge el informe del ECDC.  Las diferencias son especialmente notables en el porcentaje de personas en tratamiento antirretroviral, con prácticamente un 100% en países como Mónaco, Reino Unido o Francia, y aproximadamente un 60% en países como Malta o Uzbekistán.

Desde el ECDC señalan ante estos datos que es necesario “ampliar los servicios de pruebas y tratamiento” y que los países “consideren implementar y ampliar intervenciones de pruebas innovadoras, como servicios comunitarios y de autotest”. La actual realidad es que en muchos países persisten barreras legales y regulatorias a las pruebas del VIH, lo que afecta desproporcionadamente a ciertas poblaciones.

LA BARRERA DEL ESTIGMA Y MÁS

La estigmatización del VIH sigue siendo un importante problema en la lucha contra esta infección de transmisión sexual. Supone un tabú del que apenas se habla y, por tanto, en muchos casos no se detecta. Según el informe Evolución de las Creencias y Actitudes de la Población Española hacia las Personas con VIH desde 2008 hasta 2021, el 13% de las personas con infección desconocen que la tienen porque no quieren exponerse a la exclusión social, la discriminación o el autorrechazo.

Aunque el estigma social cada vez es más reducido, el de los propios pacientes es alto. Según los datos del ECDC, el 59% de las personas que contestaron a la encuesta sobre el estigma consideran difícil contar a los demás su infección, el 29% tienen una autoestima baja por su estado y el 30% se avergüenzan de tener VIH. 

17 países penalizan la transmisión, exposición y no información del VIH y 18 estados no tienen leyes específicas, pero si cuentan con procesamientos penales basados en leyes generales

A esto se suma que en los centros de atención sanitaria el rechazo a veces es alto y en muchos países sigue habiendo leyes o procedimientos contra el VIH. En este sentido, 17 países penalizan la transmisión, exposición y no información del VIH, un 40% de la región analizada por el organismo europeo y 18 estados, un 42%, no tienen leyes específicas, pero si cuentan con procesamientos penales basados en leyes generales en los casos de exposición o transmisión, países como España. De esta forma solo ocho gobiernos han eliminado todas las leyes penales relacionadas con el VIH.

El acceso a los métodos diagnósticos y tratamientos no está regulado en todas partes. En algunos países, de hecho, se restringe el acceso a pruebas como el test a migrantes indocumentados, caso de Alemania, Islandia o Noruega, o a prisioneros, caso de Dinamarca y Croacia. Las pruebas del VIH, señalan desde el ECDC en otro informe publicado, no están en todas las regiones vinculadas a normas claras y vías de derivación para la atención del VIH. “Solo 43 de 55 países de Europa y Asia Central tienen recomendaciones de vinculación a la atención y solo 23 países pudieron proporcionar datos sobre la proporción de personas vinculadas rápidamente a la atención, con tasas que oscilan entre el 76% y el 100%”, recogen.

Ante esta situación, desde el ECDC llaman a incorporar directrices para las nuevas intervenciones en domicilio, desarrollar recomendaciones sobre la frecuencia de las pruebas, actualizar las normas anteriores a 2018, ampliar la oferta de pruebas en comunidades o en domicilio, eliminar las barreras legales y reglamentarias en el acceso e incrementar el seguimiento de aquellos que dan positivo. Solo de esta forma, inciden, se podrá eliminar en 2030 la emergencia sanitaria del VIH.

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