En busca de tratamientos más eficaces: "La investigación es la kryptonita de la obesidad"

La investigación básica en este ámbito ampliará los conocimientos de los mecanismos moleculares de la obesidad y que sentarán las bases para identificar nuevas y mejores opciones terapéuticas

Báscula (Foto: Freepik)
Báscula (Foto: Freepik)

El sobrepeso y la obesidad se erigen como uno de los grandes problemas de salud pública cuya prevalencia aumenta de forma alarmante a nivel global. A pesar de que en los últimos tiempos la premisa expuesta ha sido ampliamente reconocida, tanto la sociedad como la comunidad médico-científica han tardado, quizás, demasiado tiempo en observar el sobrepeso y la obesidad como un problema complejo y multifactorial.

Muchas personas consideran que este problema de salud responde al control personal de cada individuo, pero es necesario tener en cuenta que nos enfrentamos a un prisma formado por múltiples aristas. Es más, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en España el 25% de los hombres y el 23% de las mujeres viven con obesidad, lo que se corresponde con un 9,7% del gasto total en salud. No es muy diferente la situación entre la población infantil; en niños de 6 a 9 años, la prevalencia de sobrepeso es del 23,3% y la de obesidad del 17,3%.

Ante esto, la obesidad es una se ha convertido en una pandemia y la que  se tiene que enfrentar a retos, entre ellos la investigación. “La investigación es la kryptonita de la obesidad. Debemos de hacer hincapié en la investigación más básica”, explica la Dra. Gema Medina, miembro de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y es Profesora Titular de Universidad de la URJC.

"La obesidad debería considerarse como cualquier otra enfermedad, como el cáncer"

En la actualidad hay varias líneas de investigación para reducir las cifras de obesidad. “Principalmente va todo encaminado a estudiar la señalización de hormonas y moléculas. Por ejemplo, ahora han surgido tratamientos que están basados en la investigación que se ha realizado en previos momentos con GLP-1, unas hormonas secretadas en el intestino. En este caso se, esta línea de investigación sigue estando abierta porque se ha visto que no solo ayuda a los fármacos para la diabetes, también para la obesidad”, comenta la especialista.

“Hay otras líneas de estudio que se centran en la microbiota. Ahora estamos insistiendo en la señalización que lleva la activación del tejido adiposo marrón (un órgano endocrino que secreta factores señalizadores que activan el metabolismo de las grasas y los carbohidratos) y que, en un primer momento se estudiaba solo en los recién nacidos y se ha visto que en los adultos también hay tejido adiposo marrón, lo que pasa es que está menos activado. Una forma de poder activar este tejido sería estudiando las moléculas que produce este tejido o incluso las hormonas que trabajan en el tejido para poder activarlo y llevarlo a otros estudios y buscar posibles fármacos futuros”.

Se trata por tanto, de unos avances significativos que pueden dan lugar afármacos más efectivos, mejores y más seguros. La investigación básica en este ámbito ampliará los conocimientos de los mecanismos moleculares de la obesidad y que sentarán las bases para identificar nuevas y mejores opciones terapéuticas.

OBESIDAD Y ESTIGMA SOCIAL

La Dra. Medina también ha hecho referencia al estigma social que suponen el sobrepeso y la obesidad. En las sociedades modernas el sobrepeso y la obesidad están rodeados por un halo de estigmatización construido sobre las falsas creencias de que las personas que padecen estos problemas son más débiles, irresponsables y que carecen de autodisciplina o fuerza de voluntad. Unos estigmas ampliamente difundidos en todos los estadios sociales: desde los medios de comunicación al ámbito sanitario, pasando por los centros educativos o empresas.

En España el 25% de los hombres y el 23% de las mujeres viven con obesidad, lo que se corresponde con un 9,7% del gasto total en salud

Esta percepción sólidamente asentada en el imaginario popular se reduce a sesgos que limitan el problema del sobrepeso y la obesidad a actitudes y creencias negativas que se traducen en prejuicios y discriminación. De acuerdo con los datos expuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMD) la discriminación por razones de peso ha aumentado dos tercios entre los años 2000 y 2010. “Es una creciente preocupación”, advierte la OMS.

“La obesidad no está considerada como una enfermedad. Se tiene mucho estigma con el paciente que presenta obesidad. Se les culpabiliza porque se considera que es problema suyo y eso no es así. La obesidad debería considerarse como cualquier otra enfermedad, como el cáncer”, termina la especialista de la SEEDO.

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