La madre de un bebé de 9 meses con sarampión busca concienciar sobre la importancia de las vacunas

La madre de un bebé de 9 meses con sarampión ha explicado la situación por la que está pasando su hijo y ha destacado la importancia de la vacunación

JUDITH ARRILLAGA
19 mayo 2019 | 00:00 h

Los niños menores de un año no pueden recibir la vacuna del sarampión. A pesar de no estar inmunoprotegidos, sus vidas no corren peligro debido a que el resto de población si ha recibido las dosis.

Esta es la teoría, sin embargo, la práctica está empezando a fallar. La proliferación de grupos y colectivos antivacunas está provocando importantes brotes de sarampión en todo el mundo. Como por ejemplo el que vive Estados Unidos, que tenía erradicada la enfermedad desde hace años.

El rechazo de algunos padres a vacunar a sus hijos ha provocado que un bebé de nueve meses contraiga el sarampión

Las consecuencias de este brote las conoce bien Emily Jane, la madre de un bebé de nueve meses que contrajo el sarampión el pasado 22 de octubre. Como todavía no ha cumplido el primer año de edad no había sido vacunado.

Jane ha querido contar su situación a través de las redes sociales. Dando a conocer su caso busca concienciar a los padres de la importancia de las vacunas ya que no solo protegen a los niños vacunados, sino a toda la población en general. “Los niños de menos de un año confían en todos los demás que han tomado la decisión de vacunar para detener enfermedades”, explica en un comunicado.

En los seis meses que su hijo lleva enfermo, ha visito cerca de diez médicos diferentes, ha estado ingresado en dos ocasiones y ha tenido que convivir con fuertes dolores casi a diario. Además, el sarampión le ha provocado una fuerte infección en los oídos que ha tenido que ser tratada con tres tipos de antibióticos diferentes. Para Jane, estas situaciones se “podrían haber prevenido”.

El virus del sarampión es muy contagioso y se transmite de una persona a otra por inhalación del agente contenido en las gotitas que se expulsan al hablar, toser o estornudar, o por contacto directo con secreciones nasofaríngeas o superficies contaminadas. El sarampión infecta la conjuntiva, las vías respiratorias, el aparato urinario, pequeños vasos sanguíneos, el sistema linfático y el sistema nervioso central.

Estudios demuestran que contraer el sarampión tiene graves consecuencias a largo plazo, llegando incluso a provocar la muerte. Esta patología infecciosa puede afectar al sistema de defensa del organismo, dejándolo dañado por un largo periodo de tiempo.

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