La unidad multidisciplinar, clave en el tratamiento de la incontinencia fecal

El Hospital Universitario Dexeus-Quirónsalud de Barcelona es el único centro privado con una unidad multidisciplinar especializada en este tipo de incapacidad.

CS
31 mayo 2017 | 10:00 h
La unidad multidisciplinar, clave en el tratamiento de la incontinencia fecal
La unidad multidisciplinar, clave en el tratamiento de la incontinencia fecal
Se conoce por incontinencia fecal a la incapacidad de controlar voluntariamente la liberación del contenido fecal y posponer la defecación hasta el momento oportuno. Se trata de un síntoma de gran trascendencia social y que representa una incapacidad importante para la persona que lo padece. Es una afección poco conocida, tanto entre los profesionales sanitarios como entre los mismos pacientes. Así, se estima que una de cada tres personas mayores de cincuenta años sufren esta patología en diferentes grados, lo que supone hasta un 7% de la población. Todo ello ha favorecido la autorreclusión de los pacientes y que incluso estos sean reticentes a consultar acerca de su problema.

Se estima que una de cada tres personas mayores de cincuenta años sufren incontinencia fecal en diferentes grados
Ante esta coyuntura, el Hospital Universitario Dexeus-Quirónsalud (Barcelona) ha consolidado un programa transversal y multidisciplinar que inició en 2016 para el abordaje y tratamiento de la incontinencia fecal. A mediados de 2017, la unidad hace balance de esta experiencia, que ha contado con la participación de los doctores Carlos Hernandez-Ballesteros y Enric Vidal Gispert de la Unidad de Motilidad Digestiva (Gastrodex), de expertos en Ginecología y Neurología, y de los especialistas en Cirugía y Proctología del Grupo Quirúrgica, coordinados por la doctora Laura Lázaro. En concreto, Son más de un centenar los pacientes tratados por este programa.

La incidencia de la incontinencia fecal no se conoce con exactitud, por lo que el hecho de que sea un tema tabú contribuye a su infradiagnóstico. Se han descrito prevalencias del 2,2-17% en la población general, y del 10-39% en pacientes institucionalizados. Es un trastorno oculto e invisible a los ojos de la sociedad, ya que muchas veces el paciente mismo no lo consulta con su médico, y también es habitual que haya una escasa respuesta y participación de los profesionales ante este cuadro clínico por el desconocimiento de las opciones terapéuticas reales.

UNA PATOLOGÍA INVISIBLE

No todas las incontinencias son iguales, ni tienen el mismo tratamiento. De aquí la importancia del abordaje multidisciplinar, transversal, coordinado, multicéntrico e hiperespecializado. "Esta afectación es un problema que se puede tratar y solucionar. Por eso es tan importante dar visibilidad a esta patología que el paciente no suele compartir, y hacerle llegar el mensaje de que hay opciones terapéuticas que se pueden explorar", comenta el doctor Joan Torralba, jefe de Servicio de la Unidad de Cirugía General del Hospital Universitario Dexeus.

"La neuroestimulación es uno de los tratamientos más agradecidos y menos invasivos de los que disponemos actualmente para las incontinencias"
Para un buen diagnóstico, es necesario realizar un estudio de antecedentes y hábitos, así como algunas pruebas sencillas que permitirán determinar la causa específica de la incontinencia fecal y aportar el tratamiento más adecuado, que va desde la rehabilitación funcional de los esfínteres a la cirugía. "Esta valoración del paciente la realizan los digestólogos, los cirujanos o los ginecólogos a quienes el paciente llega consultando. Posteriormente trabajaremos de forma coordinada para poder realizar todo el estudio y las pruebas detalladas, hasta llegar al diagnóstico exacto de la causa de su incontinencia", señala el doctor Enric Vidal.

Los tratamientos pueden variar entre el biofeedback que realiza el mismo digestólogo, la rehabilitación del suelo pélvico digestivo-fecal o genitourinario que realiza el fisioterapeuta, tratamientos farmacológicos, implante de biomateriales, reparación o creación del esfínter o, actualmente, la neuroestimulación. "La neuroestimulación es uno de los tratamientos más agradecidos y menos invasivos de los que disponemos actualmente para las incontinencias en que fracasa el tratamiento médico y en las que no está indicada la cirugía reparadora. Puede realizarse de forma periférica mediante la estimulación del nervio tibial posterior en sesiones periódicas o mediante la implantación de un pequeño dispositivo en las raíces sacras, como si fuera un marcapasos, de modo que se emiten impulsos eléctricos y se rehabilitan los mecanismos que intervienen en la defecación", prosigue la doctora Laura Lázaro.

En las unidades del aparato digestivo tanto médicas como quirúrgicas, un 70% de las visitas son visitas proctológicas y alrededor de un 30% tienen que ver con algún grado de incontinencia fecal. Las lesiones que se diagnostican y tratan más frecuentemente son hemorroides, fístulas, fisuras y papilomas anales (una lesión premaligna que se debe tratar quirúrgicamente según su grado). Algunas de estas cirugías, junto con otros factores de riesgo, pueden contribuir a la aparición de la incontinencia con el paso del tiempo. Como indica el doctor Vidal "las causas orgánicas más frecuentes de incontinencia fecal son las traumáticas (en las mujeres, las de origen obstétrico) y las neurológicas, y la diarrea es el factor de riesgo más importante". El propio Vidal apunta que "otras causas, más frecuentes en los hombres, son la cirugía de próstata o la de recto, donde hay una alteración anatómica y neurológica del suelo pélvico".


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