Más de un millar de los trabajadores participantes en las labores de rescate han muerto por enfermedades derivadas
Así lo ha probado una investigación del Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva Yorkpublicada en Injury Epidemiology. “Nuestros hallazgos muestran que la exposición intensa en un solo día, el día del desastre, contribuye sustancialmente al desarrollo de enfermedades crónicas”, explica Robert Brackbill, director del estudio. Los investigadores querían evaluar una posible relación entre la exposición a la nube de polvo originada con la caída de los dos mastodónticos edificios y las lesiones físicas sufridas por los supervivientes del atentado y la aparición de enfermedades crónicas entre 10 y 12 años después, entre 2010 y 2012. En el estudio han participado 8.701 supervivientes (7.503 trabajadores de las Torres Gemelas, 249 que colaboraron en el rescate, 131 residentes en el World Trade Center y 818 transeúntes. El 41% había experimentado una exposición intensa a la nube de polvo y humo y el 13% una o más lesiones físicas.
A los diez años del suceso, en ese grupo investigado se habían recogido 327 casos de diabetes, 308 diagnósticos de asma, 297 afectados con enfermedades pulmonares y 92 infartos de miocardio. De estas patologías, los científicos han encontrado una asociación entre lesiones como traumatismos, fracturas o esguinces con un mayor riesgo de ataque cardiaco, un peligro que aumenta en los casos de personas que más de una lesión.
Además, el haber trabajado en las tareas de rescate, sufrido episodios de estrés postraumático o una exposición al polvo y al humo se han relacionado con un mayor riesgo de enfermedad pulmonar no tumoral, al mismo tiempo que los casos de asma son más prevalentes en personas que solo estuvieron expuestas al polvo.
LIMITACIONES
En el estudio han participado 8.701 supervivientes de los atentados del 11-S
El estudio resalta que falta información sobre la gravedad de las lesiones, la localización en el cuerpo, si fue tratada en un servicio de urgencias o en el hospital e incluso las circunstancias que la causaron, por lo que esta variable es aproximada. Sin embargo, insiste el especialista, investigaciones anteriores “han demostrado que más de un tipo de lesión se asocia con mayor mortalidad y estancias hospitalarias más prolongadas”. Por eso, concluye el informe, es evidente que la exposición directa a los atentados del 11 de septiembre de 2011 está asociada con enfermedades crónicas más de una década después del desastre, por lo que “los sanitarios deben ser conscientes del riesgo potencial de patologías crónicas entre los supervivientes de los ataques del World Trade Center”.