La necesidad de amputaciones por isquemia de extremidades se triplica por la pandemia

Además, se ha registrado un aumento de la mortalidad de entre un 30 y 40% de estos pacientes a causa de la falta de atención por la Covid

Prótesis (Foto. Freepik)
Prótesis (Foto. Freepik)
Paola de Francisco
1 marzo 2022 | 13:00 h
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La pandemia ha impactado en el resto de las enfermedades no Covid-19 empeorando el acceso de los pacientes crónicos a la atención sanitaria y llevando con ello unas consecuencias que todavía se desconocen. Entre los efectos secundarios que se han evidenciado se encuentran las amputaciones de extremidades en los pacientes con enfermedades con riesgo de pérdida de miembro como puede ser la diabetes u otras enfermedades cardiovasculares.

Hace unas semanas, con referencia a la atención de los pacientes crónicos durante la pandemia, el videpresidente de la Federación Española de Diabetes, Fernando de la Torre, señaló que se habían aumentado las amputaciones del pie diabético. Según señala el Dr. Enrique M. San Norberto García, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y vocal de publicaciones de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascylar (SEACV), los casos de isquemia de extremidades inferiores, un trastorno que no solo afecta a los pacientes con diabetes, sino también a la insuficiencia renal, la hipertensión arterial o incluso está inducido por el tabaquismo, se han multiplicado por cinco con la Covid.

Durante la pandemia por Covid, “el control de los pacientes diabéticos, hipertensos, dislipémicos o insuficientes renales ha sido menos eficiente”

“La necesidad de las amputaciones en estos pacientes se ha llegado a triplicar, además de sufrir un incremento de la mortalidad entre el 30 y el 40%”, destaca a Consalud.es el Dr. San Norberto. Durante la pandemia por Covid, “el control de los pacientes diabéticos, hipertensos, dislipémicos o insuficientes renales ha sido menos eficiente”, manifiesta.

AMPUTACIONES MÁS ALLÁ DE LA COVID-19

Un efecto secundario de la Covid-19 fue la aparición de trombosis como complicación de esta enfermedad. Al principio de la pandemia los pacientes no estaban anticoagulados lo que provocó un aumento de los casos de isquemia. “Según los datos del estudio COVID-VAS de la SEACV de 136 pacientes incluidos en ese registro, 67 pacientes presentaron isquemia aguda de las extremidades y de ellos el 36.2% necesitaron amputación”, explica a este medio el Dr. José A. González Fajardo, director de la revista Angiología de SEACV.

“La mayoría fueron procesos trombóticos (arteriales o venosos) asociados a la enfermedad y que aconteció en pacientes que estaban previamente sanos”. Los hubo que perdieron una pierna o incluso dos. También aquellos que debido a la gravedad de la Covid-19 que presentaban no se les amputó el miembro dañado y recibieron cuidados paliativos hasta que finalmente fallecieron.

Además de los pacientes Covid-19 que por trombosis sufrieron amputaciones, los pacientes crónicos con enfermedades con riesgo de isquemias de extremidades aumentaron su tasa de amputaciones ante la falta de seguimiento. Durante los meses de la pandemia “generalmente se operaron pacientes con isquemias críticas y que presumían pocos cuidados de atención postoperatoria en cuidados intensivos o unidades de reanimación postquirúrgica, ya que estos estaban colapsados. Los aneurismas de aorta e ictus sintomáticos por estenosis carotídeas quedaron relegados durante esos meses”, señala Dr. González.

"En el caso concreto de nuestros pacientes, supondrá un incremento de la incidencia de amputaciones e incluso de mortalidad en los próximos años”, concluye

“El control de estos pacientes ha sido menos eficiente, motivados por la sobrecarga de la atención sanitaria, el agravamiento de otras patologías concomitantes en dichos pacientes o incluso por el miedo a acudir al sistema de salud por un posible riesgo a contagio”, indica el Dr. San Norberto. Y la atención sanitaria, principalmente la Atención Primaria, no se ha restablecido completamente.

¿AUMENTARÁ LA TASA EN EL FUTURO?

Una  atención sanitaria que con retrasos en los diagnósticos y peor seguimiento de los pacientes ya diagnosticados, podría llevar a un empeoramiento de la situación y un aumento de la tasa de amputaciones. Tratado este tema los expertos difieren en si el sistema sanitario ya se habría recuperado o no y cómo afecta a estos pacientes.

 Según el Dr. González la atención médica hospitalaria “está completamente restablecida desde finales de 2020” y que las consultas especializadas de angiología y cirugía vascular estuvieron sólo limitadas en los meses críticos de pandemia (1º-2ª ola). Ante ello considera “que no tiene por qué haber más amputaciones en los próximos años de las que ocurran de media en otros periodos”.

Sin embargo, por su parte el Dr. Norberto, considera que el elevado número de listas de espera y de retrasos en diagnóstico y cirugías está provocando una “prevención deficitaria de las enfermedades". “En el caso concreto de nuestros pacientes, supondrá un incremento de la incidencia de amputaciones e incluso de mortalidad en los próximos años”, concluye.

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