Objetivos RAM: reducir hasta un 50% el uso de antimicrobianos en el sistema agroalimentario

La Tercera Conferencia Ministerial Mundial de Alto Nivel sobre Resistencia a los antimicrobianos ha discutido por primera vez los objetivos para abordar este desafío mundial

Conferencia sobre resistencia a los antimicrobianos celebrada en Mascate, capital de Omán (Foto. OMS)
Conferencia sobre resistencia a los antimicrobianos celebrada en Mascate, capital de Omán (Foto. OMS)

Han sido años de visibilización de la problemática, de implantación de estrategias nacionales o de estimaciones apocalípticas sobre el futuro, pero finalmente la asociación cuatripartita, es decir, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), se ha sentado a debatir sobre el futuro que presenta la resistencia a los antibióticos (RAM). La Tercera Conferencia Ministerial Mundial de Alto Nivel sobre Resistencia a los Antimicrobianos, celebrada el pasado 25 de noviembre en la capital de Omán, Mascate, ha establecido por primera vez tres objetivos globales que allanan el camino de los compromisos políticos para luchar contra la RAM, una problemática en aumento.

En 2019, las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos mataron a 1,27 millones de personas. Solo en Europa provocan el fallecimiento de 133.000 persona al año. Unas cifras que equiparan este problema de salud pública al conjunto de la gripe, la tuberculosis y el VIH. Y va en aumento. Las previsiones realizadas por la ONU indican que para el año 2050 cerca de 10 millones de personas fallecerán en todo el mundo como consecuencia de la resistencia a los antibióticos, esto supondrá el fallecimiento de 30 personas cada 90 segundos.

La finalidad de los objetivos establecidos es proteger la eficacia de los antimicrobianos y frenar el desarrollo de la RAM en todo el mundo, reducir la contaminación ambiental y la propagación de la RAM

Ante esta realidad, la adopción de medidas para luchar contra esta problemática es una urgencia global. Disminuir el uso excesivo o inadecuado de los antibióticos, desarrollar nuevos antibióticos que no tengan niveles de resistencia o controlar la propagación de estos patógenos son algunas de las medidas que se van tomando a nivel nacional. Ahora a nivel mundial, la asociación cuatripartita ha establecido unos objetivos numéricos para preparar los compromisos políticos que se debatirán en la próxima Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre RAM en 2024.

OBJETIVOS DESDE EL CONCEPTO ‘ONE HEALTH’

La finalidad de los objetivos establecidos es proteger la eficacia de los antimicrobianos y frenar el desarrollo de la RAM en todo el mundo, reducir la contaminación ambiental y la propagación de la RAM. Para ello, el Manifiesto Ministerial de Mascate, establece unas metas para 2030 establecidas dentro del marco ‘One Health’: una salud que aúna la humana, la animal y la medioambiental. “Los autoinformes de los países indican que un tercio de los planes de acción nacionales sobre la resistencia a los antimicrobianos no incluyen el medio ambiente. Esto señala la importancia crítica de apoyar a los países para impulsar acciones para prevenir y reducir la contaminación ambiental. La carga de RAM puede reducirse si nos enfocamos en todas sus dimensiones y trabajamos juntos”, señaló la secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas y Directora Ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.

El documento recoge tres objetivos a conseguir para 2030. El primero es reducir el uso de antimicrobianos en los productos alimenticios al menos un 30-50% para dentro de los próximos ocho años. Una medida que países como Holanda, China, Reino Unido o Tailandia ya han llevado a cabo en distintos periodos. Por ejemplo, Holanda redujo un 50% el uso de antibióticos en el ámbito agroalimentario en cinco años; China, un 57% entre 2014 y 2018; Reino Unido, un 44% entre 2012 y 2015; y Tailandia, un 49% entre 2017 y 2019.

Entre 2015 y 2018, el uso de antimicrobianos en animales se redujo entre un 27 y un 34%

La segunda meta establecida es preservar los antimicrobianos de importancia crítica para la medicina humana. Para ello una de las principales estrategias es poner fin al uso en animales sanos cuyo objetivo era promover su crecimiento. Entre 2015 y 2018, el uso de antimicrobianos en animales se redujo entre un 27 y un 34%. También disminuyó el uso en el desarrollo de los animales, una práctica que ya no realiza un 70% de los países cuyos datos recoge la OMSA.

La tercera meta para 2030 establecida en Mascate es que los antibióticos de acceso universal, seguros y efectivos representen al menos el 60% del consumo total de antimicrobianos en humanos. Una medida que incluye también facilitar el acceso a las medicinas y las vacunas actuales. “Muchos  países no tienen establecido un sistema de monitorización del uso y consumo de antibióticos, animales y plantas, esto es esencial para conocer la situación y revisar las regulaciones y las cadenas de suministro para reducir el consumo”, señala el manifiesto.

"La RAM es uno de los desafíos más urgentes y complejos de nuestro tiempo y, sin embargo, tal vez porque no es tan dramática como una pandemia, una guerra o una emergencia humanitaria, no atrae la misma atención", indicó el director General de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. "Tengo la firme esperanza de que esta reunión allane el camino hacia compromisos políticos audaces y concretos en la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU de 2024 sobre RAM", concluyó en la presentación del manifiesto Tedros Adhanom.

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