El Infanta Elena pone en marcha un programa para preservar la autonomía de los pacientes

El Hospital Universitario Infanta Elena ha dispuesto el Programa del Paciente Frágil con el objetivo de mejorar la autonomía de los pacientes mayores ingresados.

El plan del hospital permite que los ingresados tengan el menor deterioro funcional
El plan del hospital permite que los ingresados tengan el menor deterioro funcional
CS
1 marzo 2018 | 13:35 h
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El Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, ha puesto en marcha el Programa del Paciente Frágil para conseguir que los pacientes mayores ingresados tengan el menor deterioro funcional posible durante su estancia hospitalaria por una enfermedad o problema de salud.El programa está basado en tres pilares.

El primero es la identificación precoz de los pacientes que más riesgo tienen de presentar deterioro. Algunos factores pueden ayudar a decidir su inclusión en el programa, como sufrir pérdida de peso, disminución de la velocidad de marcha o sarcopenia, además de superar los 75 años.

A todos los pacientes que cumplen los criterios se les ha suministrado una pulsera de actividad que registra los pasos diarios que realizan

El segundo pilar se centra en la aplicación de un programa específico para evitar el deterioro funcional en el paciente, con medidas como la realización de ejercicio físico durante el ingreso, cuyo eje central es la deambulación diaria y supervisada. Para ello, a todos los pacientes que cumplen los criterios se les ha suministrado una pulsera de actividad que registra los pasos diarios que realizan. Junto a estas medidas, se implementan otras para promover los autocuidados.

Finalmente, también se desarrolla una estrategia multidisciplinar para prevención del delirium hospitalario en la que se intenta disminuir el riesgo de cuadro confusional en los pacientes. Con este objetivo, se han creado protocolos que intentan respetar sus horas de sueño y descanso aplicando cambios en los horarios de administración de la medicación y de extracción de analíticas, se fomenta la presencia de objetos personales y se ha dotado a las habitaciones de relojes y calendarios para orientar a los pacientes.

LA FRAGILIDAD, UN PROBLEMA DE SALUD RELEVANTE

El envejecimiento de la población, que implica una serie de cambios fisiológicos en el individuo, a menudo acompañados de una merma en la propia capacidad para solventarlos, y la mejora de la asistencia sanitaria han generado nuevos problemas en el entorno hospitalario entre los que destaca el deterioro funcional asociado al ingreso. Los pacientes de mayor edad corren el peligro de perder su autonomía personal tras una hospitalización por un evento agudo que, en muchos casos, conduce a pérdida de masa muscular y a debilidad general.

Afecta a entre el 8,5% y el 20,4% de la población española mayor de 70 años, y que se sitúa como potente predictor de discapacidad

Además, sus efectos pueden prolongarse más allá del ingreso, siendo mayor el riesgo de caídas incluso dos semanas después de alta hospitalaria. La fragilidad cada vez protagoniza más congresos y citas científicas de la especialidad geriátrica, asegurándose por parte de los expertos que nos encontramos ante un problema de salud relevante que afecta a entre el 8,5% y el 20,4% de la población española mayor de 70 años, y que se sitúa como potente predictor de discapacidad.

CAMBIO DE PARADIGMA

En este escenario, el método clínico habitual no es suficiente para abordar todos los problemas del paciente. En esta línea, el Hospital Universitario Infanta Elena puso en marcha en otoño este plan. Desde entonces más de 200 pacientes han sido incluidos en él, de los cuales, el 80% recibió el alta hospitalaria sin haber experimentado ninguna pérdida funcional. El programa implica principalmente a los servicios de Geriatría, Medicina Interna, Neumología y Traumatología. Así, en el marco de esta iniciativa, se han agrupado los ingresos de los pacientes incluidos en ella en la misma planta del hospital, con el fin de unificar el trabajo. El principal objetivo es no es otro que el paciente se vaya de alta sin haber perdido actividades básicas de su vida diaria, como la deambulación, la continencia, etc, lo que hará que sea menos derivado a residencias y que tenga menos reingresos e índice de depresión.

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