Un hongo intestinal, posible biomarcador de riesgo cardiovascular

Los investigadores constataron que cuando los sujetos pierden peso, el tipo específico de hongo Mucor racemosus aumenta en abundancia, lo que también abre la puerta al tratamiento de la obesidad mediante la manipulación de este microorganismo.

Agencia EFE
12 diciembre 2017 | 10:50 h
José Manuel Fernández-Real, investigador del Ciberobn e IdIBGi y firmante del trabajo que indica que el hongo intestinal podría ser un biomarcador de riesgo cardiovascular.
José Manuel Fernández-Real, investigador del Ciberobn e IdIBGi y firmante del trabajo que indica que el hongo intestinal podría ser un biomarcador de riesgo cardiovascular.

Los resultados de un estudio han determinado que la especie "Mucor racemosus" puede ser útil como biomarcador de riesgo cardiovascular. Así que, este trabajo, liderado por el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn), Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) e Instituto de Investigación Biomédica de Girona Doctor Josep Trueta (IdIBGi), refuerza la posibilidad de que la manipulación de la microbiota intestinal ayude a prevenir enfermedades cardiovasculares. 

El intestino humano posee una gran variedad de microorganismos (bacterias, hongos, parásitos, etc.) que forman un ecosistema natural. Las bacterias son los componentes más abundantes de esta microbiota y se sabe que su calidad y composición están relacionadas con enfermedades como la obesidad y diabetes. Por contra, la diversidad fúngica (micobiota, no confundir con microbiota) representa entre el 0,03 y el 0,2 por ciento de la microbiota intestinal y ha sido menos explorada. Pues precisamente, es en ésta en la que se han centrado el equipo de investigadores del estudio.

Para la elaboración del trabajo, los científicos eligieron una cohorte de 52 individuos. Entre ellos, había obesos con riesgo cardiovascular -hipertensos, con colesterol y triglicéridos y glucemia con niveles altos-, obesos pero con los citados parámetros en niveles saludables y otro subgrupo de sujetos de peso óptimo, ha relatado a Efe el científico José Manuel Fernández-Real, del Ciberobn e IdIBGi y firmante del trabajo.

La manipulación de este microorganismo abre la puerta al tratamiento de la obesidad

"Lo que vimos es que los individuos obesos metabólicamente sanos tenían un perfil de hongos muy parecido a los sujetos delgados, mientras que los obesos con riesgo cardiovascular incrementado albergaban un perfil de hongos completamente distinto", resume Fernández-Real.

En concreto, los científicos vieron que la especie "Mucor racemosus" puede ser un biomarcador relevante de riesgo cardiovascular, lo que refuerza, según Fernández-Real, la posibilidad de que la manipulación de la micobiota intestinal puede ser útil en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Y es que, por ejemplo, hay componentes de este género Mucor que producen sustancias como el ácido gamma-linolénico, un ácido graso poliinsaturado con propiedades antiaterogénicas -evita que se obstruyan las arterias-.

El objetivo sería manipular esa micobiota bien con fármacos, bien con hongos que produjeran, en este caso, esta sustancia, "lo cual abogaría por un papel potencialmente beneficioso del uso de este hongo como probiótico en la prevención de riesgos cardiovasculares". Además, los investigadores constataron que cuando los sujetos pierden peso, este tipo específico de hongo (Mucor racemosus) aumenta en abundancia, lo que también abre la puerta al tratamiento de la obesidad mediante la manipulación de este microorganismo. 

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