La piedra artificial a debate: Australia estudia eliminarla para evitar los casos de silicosis

Australia está estudiando la prohibición del trabajo de la piedra artificial para evitar los casos de silicosis, mientras en España se ha creado la primera mesa permanente de trabajo para abordar este problema sanitario

Trabajador de una empresa de construcción (Foto. Freepik)
Trabajador de una empresa de construcción (Foto. Freepik)
Paola de Francisco
5 noviembre 2023 | 00:00 h

A finales de este año se estima que se debatirá la prohibición australiana de la piedra artificial y la manipulación de encimeras existentes. Una decisión que se toma tras la publicación la semana pasada del informe ‘Safe Work Australia’ en el que se recoge un “aumento dramático” de los casos de silicosis y enfermedades relacionadas con la sílice en el país austral en los últimos años y las medidas que se pueden realizar: la prohibición del uso de toda piedra artificial, la prohibición del uso de piedra artificial que contenga 40% o más de sílice cristalina o esto mismo pero con un esquema de licencia adjunto para profesionales que trabajan con piedra artificial que contenga menos del 40% de sílice cristalina.

Desde que en 2015 Australia detectara su primer caso de silicosis asociada a las piedras artificiales, el país ha trabajado en diferentes medidas para reducir las cifras, como la exigencia de que todo empresario, diseñador, importador y fabricante elimine o minimice los riesgos para los trabajadores y otras personas derivados de la sílice cristalina respirable. Sin embargo, todavía estas medidas no han permitido reducir el número de pacientes que, al contrario, va creciendo.

En este contexto la nueva iniciativa constituye “la única manera de garantizar que otra generación de trabajadores australianos no contraiga silicosis”, recoge el informe. Una medida que, por ejemplo, en España no se plantea. “Aquí lo primero sería asegurar que las medidas de protección se cumplen”, señala por teléfono Francisco Torrico, presidente de la Asociación de Perjudicados por la Silicosis de Andalucía (Apsa).

Cada año se diagnostican entre 200 y 300 casos de silicosis en este ámbito laboral en España

Solo en Andalucía ya se supera el millar de casos de silicosis, una tasa mayor de la australiana de una enfermedad altamente mortal que se encuentra infradiagnosticada. Esta enfermedad laboral es una de las más antiguas del mundo, asociada a trabajos de minería, siderometalurgia o papelería. En el siglo XIX se le puso el nombre y ahora con el trabajo de la piedra artificial, mucho más dañino que el de la piedra natural, se ha puesto en el foco por el aumento de los casos.

Según recoge el portal Basequim, perteneciente al Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, el mármol contiene un porcentaje de sílice cristalina menor de 10% en su composición, el granito de 30-45%, la pizarra de 25-40%, y el porcelánico menor de 25%. El principal problema se establece en los aglomerados de cuarzo, estos tienen un porcentaje de este material que puede alcanzar el 95%. Ese polvo puede liberarse cuando se trabaja el material, su inhalación se ha relacionado con procesos inflamatorios y cancerígenos. De hecho, diferentes estudios han documentado la relación causal entre la sílice cristalina y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc), el cáncer de pulmón, cardiopatías, insuficiencia renal y enfermedades autoinmunes, además de la citada silicosis.

Actualmente la silicosis de aglomerado de cuarzo está en aumento, principalmente en España, primer país de producción y distribución de este material. Según un estudio del Hospital Galdakao de Bilbao, en 2010 existía una prevalencia de silicosis del 54,5% en trabajadores con conglomerados de cuarzo. Cada año se diagnostican entre 200 y 300 casos de silicosis en este ámbito laboral en el país. Unas cifras para la que se precisan medidas que a veces no terminan de llegar.

LAS MEDIDAS NECESARIAS EN ESPAÑA

Para Francisco Torrico, a modo personal, eliminar la manipulación y fabricación de esta sustancia  resulta una medida demasiado radical. “Es como si elimináramos productos como el uranio o la lejía porque trabajarlos sin protección daña al ser humano. Las encimeras que se ponen en las casas son después inocuas para los habitantes”.

Es por ello que tanto él como la asociación que representan defienden más una serie de medidas que deberían ser de obligado cumplimiento. Estas son: que aquellos que trabajen el producto cuenten con licencias específicas, que todos los profesionales cuenten con los materiales de protección y los espacios estén bien ventilados, y que se visibilice y sensibilice la necesidad de tomar precauciones en este ámbito. “También hay que ir más allá de la producción, que haya empresas que reciclen el material que ya no se use, y que a los pacientes se les aseguren los cuidados y la atención de las secuelas derivadas de esta enfermedad laboral”, recuerda.

En septiembre se creo una mesa de trabajo permanente en Andalucía impulsada por Apsa

Actualmente está resultando complicado que las marmolerías vayan adaptando estas medidas, faltan principalmente recursos. También, denuncia la asociación, se observa poco esfuerzo político para cambiar la situación. Esta realidad puede estar empezando a revertirse con la creación en septiembre de una mesa de trabajo permanente, impulsada por Apsa y en la que están invitados el Instituto Nacional de la Seguridad Social, las Consejerías de Salud y Consumo, y la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo. “También los sindicatos CC.OO. y UGT, pero estos no han acudido a nuestra llamada”, indica Torrico.

Además de APSA también están incluidas la Asociación de Afectados y Enfermos de Silicosis (ANAES), la Asociación de Marmolistas de Andalucía (A.M.A.), la asociación mundial de la industria de la piedra artificial (Engineered Stone Manufacturers Association-A.S.T.A.), un neumólogo especialista en silicosis, un investigador sobre la silicosis por aglomerados de cuarzo, dos psicólogas, abogados y miembros de partidos políticos con representación en el Parlamento de Andalucía.

Un primer paso que abre la esperanza, “si ahora ponemos medidas en unos años disminuirán los casos. Nunca habrá un nivel de cero peligro, pero llegará un momento en el que sea muy bajo”, indica. Una idea que se apoya, recuerda, en que “lo que estamos viendo ahora son aquellos que trabajaron con este material desde finales del siglo XX cuando aparecieron hasta que se pusieron medidas de protección. Ese es el origen del gran boom actual. En unos años veremos que esta cifra baja con los trabajadores que han hecho su labor a partir de 2010 con las medidas de protección correctas”.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído