Un plan específico de práctica deportiva y nutrición mejora el pronóstico de pacientes oncológicos

El II Simposio de Ejercicio, Cáncer y Alimentación organizado por Educa-Med y Bristol Myers Squibb ha reunido a médicos, investigadores, dietistas nutricionistas, preparadores físicos y fisioterapeutas.

Actividad física (Foto. Freepik)
Actividad física (Foto. Freepik)
CS
15 noviembre 2022 | 16:15 h

La mitad de los diagnósticos de cáncer se atribuyen a factores ambientales y al estilo de vida, según la International Agency for Research on Cancer (IARC). La prevención es por tanto una herramienta poderosa para disminuir la incidencia del cáncer en la población. ¿Pero qué ocurre cuando la enfermedad ya se ha desarrollado? ¿Cambiar el estilo de vida puede mejorar los resultados de los tratamientos oncológicos? Este es el reto que tienen por delante los veinte expertos y los más de 150 asistentes presenciales y más de 1.900 conectados online que han participado en el II Simposio de Ejercicio, Cáncer y Alimentación organizado por Educa-Med y patrocinado por Bristol Myers Squibb.

Diversos estudios científicos han analizado los efectos positivos que supone la actividad física en los pacientes oncológicos. Incluso, algunas investigaciones contemplan la práctica deportiva como un posible tratamiento coadyuvante en el abordaje del cáncer. De hecho, datos limitados y no concluyentes demuestran una asociación entre la realización de actividad física y una reducción del 27% de la incidencia de cáncer de pulmón entre personas fumadoras o una reducción del 12% en el cáncer de riñón.  En España, SEOM cuenta con un grupo de trabajo específico para estudiar la influencia de la actividad física en tres fases: la prevención, durante el tratamiento, y como herramienta para prevenir recaídas.

"Es evidente que necesitamos seguir formando en estas prácticas como parte de los tratamientos porque, aunque esto esté demostrado, no está totalmente implementado dentro de la comunidad oncológica"

En base a ello, según señala Javier de Castro, jefe de sección de oncología médica del Hospital Universitario La Paz y coordinador del Simposio: "Sí la prevalencia al cáncer en España es de algo más de 2,26 millones de personas y de ellas sólo un 30% realizan programas específicos de ejercicio físico, es evidente que necesitamos seguir formando en estas prácticas como parte de los tratamientos porque, aunque esto esté demostrado, no está totalmente implementado dentro de la comunidad oncológica".

Por su parte, Alfredo Alonso, director de la Unidad de Oncología de Bristol Myers Squibb señala que "la misión de BMS es mejorar y prolongar la vida de los pacientes. Por eso creemos en un abordaje integral de las patologías, que tenga en cuenta aspectos más allá del tratamiento y que repercuta en mayor bienestar y calidad de vida". "Por ello son tan importantes los foros multidisciplinares como el Simposio de Ejercicio, Cáncer y Alimentación que apoyamos desde BMS. En ellos, profesionales de todas las disciplinas implicadas ponen en común conocimientos y planifican estrategias frente al cáncer", añade Alfredo.

Para sustentar el reto que supone el fomento de la actividad física y la nutrición en el abordaje del cáncer, existe una extensa literatura científica nacional e internacional que avala la necesidad de implementar este aspecto. Según ASCO y la guía 'Ejercicio, dieta y control de peso durante el tratamiento del cáncer', el impacto de una vida saludable en pacientes oncológicos se traduce en beneficios, además, esta incluye una serie de recomendaciones a los profesionales clínicos para introducir este tipo de prácticas en el tratamiento del cáncer.

SUPERAR EL MIEDO A LA RECAÍDA

Otro de los aspectos abordados durante el simposio y que requiere especial atención para los pacientes que han superado un cáncer es abordar los beneficios que supone una dieta y práctica deportiva controlada. En este sentido, específicamente, la Sociedad Americana del Cáncer recomienda que los pacientes que han superado un cáncer realicen 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física vigorosa semanalmente y la ingesta de al menos cinco porciones de frutas y verduras cada día.  Además, el estudio ‘¿Pueden la actividad física y la dieta saludables ayudar a los supervivientes de cáncer a largo plazo a controlar su miedo a la recaída?’ demuestra que el control de la salud a través de la nutrición y la práctica deportiva es un factor determinante a la hora de reducir las recaídas.

"Se precisan lugares especializados con personal preparado para trabajar con estos pacientes durante el tiempo que haga falta y necesitamos empezar a trabajar en protocolos de coordinación"

Para Soraya Casla, ponente del simposio y especialista en ejercicio físico oncológico, poner el foco en este reto dentro del entorno clínico es muy relevante, según sus palabras: "La dieta y el ejercicio se han convertido en elementos imprescindibles del tratamiento. Se precisan lugares especializados con personal preparado para trabajar con estos pacientes durante el tiempo que haga falta y necesitamos empezar a trabajar en protocolos de coordinación".

La cita presencial de este Simposio ha contado con 150 participantes y ha tenido lugar en la Universidad Europea de Madrid (campus de Alcobendas). Los interesados en el contenido de la jornada pueden registrarse en la plataforma online del evento y acceder a todas las ponencias del Simposio.

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