El retraso de diagnóstico en los cientos de presos con cáncer: "Podríamos haberlo evitado"

El último informe anual de Instituciones penitenciarias revela que el número de consultas oncológicas ascendió a 576, de las cuales 573 se realizaron en el exterior.

Paciente con médico (Foto: Freepik)
Paciente con médico (Foto: Freepik)
Blanca Mas
16 enero 2023 | 13:00 h

El último informe anual de Instituciones Penitenciarias, referido al año 2021, revela que la población reclusa en España dependiente de la Administración General del Estado (algunas Comunidades tienen competencias transferidas) rozan las 46.000 personas, de las cuales únicamente 3.300 son mujeres. Si ahondamos en los datos, el número de consultas oncológicas ascendió a 576, de las cuales 573 se realizaron en el exterior. Ciertamente, las labores que se realizan en la sanidad penitenciaria son las mismas que se establecen en Atención Primaria, a excepción de algunas peculiaridades, como es el caso de ser diagnosticado de cáncer.

“Lo que sucede cuando hay un diagnóstico de cáncer de una persona que está presa o interna es la derivación al servicio correspondiente. Normalmente es oncología, pero puede ser neumología o cualquier otra área que vaya a llevar el cáncer. El tratamiento también lo dirigen en el hospital. Es un proceso exactamente igual que lo llevaría una persona que está en la calle”, explica el Dr. Joaquín Antón Basanta, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP).

Sin embargo, la sanidad penitenciaria, pese a ser “preciosa, satisfactoria, importante, necesaria para la salud pública y que ha sido de referencia y ejemplo a nivel mundial”, se encuentra en un momento en el que está “muy deteriorada”. “Cada vez estamos más viejos y se van jubilando profesionales. Dentro de nada, no habrá facultativos que puedan dar una asistencia de mínima calidad, porque buena ya no es, desgraciadamente”, lamenta el experto.

"Hay patologías que no se siguen adecuadamente porque no hay una atención primaria que dar y esto lleva a un deterioro de la calidad de la asistencia sanitaria muy importante"

Esto es un de los motivos por lo que los retrasos en el diagnóstico también existen entre las paredes de las cárceles. “Ahora mismo no hay médicos. El problema de esta falta de médicos a los que más van a afectar va a ser a los enfermos de cáncer, porque siempre tienen un cuidado más especial. Hay muchas patologías que necesitan un seguimiento que no se puede hacer y hay veces que hay un retraso de diagnóstico y quizás con un diagnóstico previo podríamos haber evitado”.

“Es el problema que ocurre también con las patologías crónicas, que no se siguen adecuadamente porque no hay una atención primaria que dar y esto lleva a un deterioro de la calidad de la asistencia sanitaria muy importante. Hoy desgraciadamente la asistencia sanitaria que se está dando en las prisiones es de peor calidad que la que se está dando a la población general. Este problema es muy grave”, sigue contando el experto.

Pese a este gran problema, los médicos de las prisiones ponen todo su empeño en que estas deficiencias no se noten con la intención de restablecer la salud y de identificar, diagnosticar y curar el cáncer. Tal y como explica el Dr. Antón, cualquier persona con cáncer no va a tener ninguna falta de asistencia dentro de la prisión porque la patología tiene la suficiente importancia para que sea adecuadamente vigilada y va a tener su atención hospitalaria. "Hay veces que las medicaciones son hospitalarias y esas se las proporcionan en el hospital. Pero la medicación domiciliaria se la proporcionamos y se la damos nosotros, así como los cuidados que requiera de alguien que está con quimioterapia”, asegura. 

CON MÁS TRASLADOS A LOS HOSPITALES

Estos últimos días el caso del expresidente andaluz, José Antonio Griñán ha estado en boca de todos. El principal motivo es que podría no ingresar en prisión debido al cáncer de próstata que padece. Griñán estaría condenado a seis años y dos días de cárcel por malversación en el caso de los ERE. Tal y como ha manifestado el informe forense, los posibles efectos secundarios en el tratamiento de este cáncer son una de las razones de la no conveniencia del ingreso en prisión.

Cuando un cáncer está en fase terminal o la previsión es de mala respuesta, generalmente son los médicos los que valoran si una persona se puede exculpar de la prisión, al igual que ocurre con un ciudadano que ya está cumpliendo condena, según el artículo 104.4 RD 190/1996, de 9 de febrero. “Es la excarcelación por motivos de salud incurable. El médico realiza un pronóstico del paciente y luego es el juez, revisando la sentencia, el que decide si excarcelarle o no por motivos humanitarios. Dentro de la cárcel, yo no conozco a nadie que se lo hayan denegado”, explica el médico. En cuanto a la atención de los “cientos de pacientes que hay en la prisión por cáncer”, si no hay ningún riesgo inminente de que corra peligro, seguirán tratándose en la cárcel, pero “si hay peligro de vida, se solicita la excarcelación”.

Para acabar, el Dr. Antón reconoce que el cáncer es un gran problema de salud, al igual que muchas otras patologías y la falta de personal cada vez es más notable. “Hay prisiones en las cuales están atendiendo enfermeros. Cada vez hay más trasladados a hospitales para patologías que se pueden resolver dentro de la prisión y esto es porque no hay médicos. A nadie le importa la sanidad penitenciaria, solo interesa cuando una persona con cierto nombre tiene un problema. Asistimos a un grueso de la población que pasa siempre por un problema de marginalidad y de recursos sociales y esto parece que no tiene ninguna importancia porque con ellos nunca van los problemas, y sin embargo, son los que están sufriendo de verdad”.

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