Salud pública y mosquito tigre: “Necesitamos llevar a cabo acciones de control en el ámbito privado”

La colaboración ciudadana es una herramienta clave para la detección de zonas infectadas por mosquito tigre con el objetivo de frenar su expansión por el territorio peninsular

Mosquito tigre en el brazo de una persona (Foto: Freepik)
23 junio 2023 | 17:45 h

En los últimos años, la presencia del mosquito tigre se ha incrementado notablemente en algunas regiones, un hecho preocupante debido a su capacidad para transmitir enfermedades, así como su rápida propagación. Esta especie lleva en España 15 años y sus localizaciones principales son las zonas costeras, concretamente los áreas del mediterráneo. La expansión de este vector ha despertado las alertas en los últimos meses ante un crecimiento significativo y sus posibles consecuencias en materia de salud pública.

“Desde que se detectó por primera vez en Cataluña, en 2004,  se ha ido expandiendo sobre todo por la zona mediterránea, de norte a sur” ha informado Isaac Antonio García Masías, Vector Control Responsable de Rentokil Initial España. Sin embargo, el experto ha asegurado que este insecto puede encontrar limitaciones en lugares con inviernos fríos, es decir, en la temporada invernal de gran parte de la península. En cambio, este hecho no garantiza la protección total y desaparición del vector, ya que el control de plagas y la acción ciudadana influye en la expansión y el comportamiento de estas especies.

El control en las zonas donde aún no está instalado es esencial para limitar la expansión del mosquito tigre a otras zonas

Ante este aumento incontrolado, las técnicas de detección y erradicación son esenciales para limitar, en la medida de lo posible, la aparición acelerada del mosquito tigre. Los procedimientos empleados son, especialmente, “vigilancias entomológicas” ha señalado el experto. Es importante establecer programas de control “especialmente en las zonas donde aún no se ha instalado, diputaciones, autonomías”, con el fin de limitar su expansión a otras zonas donde la presencia del mosquito es nula.

Si el vector ya se encuentra instalado en una zona, “se perfilan y ejecutan planes de control a nivel municipal” para controlar la especie y subsanar los posibles riesgos que pueda emitir en la salud de los ciudadanos. Junto a los sistemas de control de plagas y las técnicas empleadas, los controles ciudadanos son clave en detección y ralentización de la expansión de vectores. “Necesitamos llevar a cabo acciones de control dentro del ámbito privado” ha señalado García.

LA COLABORACIÓN CIUDADANA, UN PASO ESENCIAL

A principios de este mes, el Ministerio de Sanidad emitió una iniciativa para frenar el asentamiento de vectores como el mosquito tigre en la península. Bajo el lema ‘Si te pica, ¡notifica!’, el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad creó un sistema, Mosquito Alert, para analizar la propagación del mosquito tigre más allá de zonas establecidas como el mediterráneo. Frederic Bartumeus, investigador del CEAB-CSIC y codirector de Mosquito Alert incidió en la importancia de este método calificándolo de “un paso adelante para la ciencia ciudadana y para la lucha contra las enfermedades transmitidas por mosquitos”.

“Los ciudadanos tienen que ser conscientes de que ellos pueden realizar una serie de acciones para eliminar la mayor parte de los focos de cría”

A pesar de esta iniciativa, Bartumeus insistió en el papel fundamental que tiene la colaboración ciudadana en el control de estas plagas. Algo que el experto de Rentokil también ha subrayado, asegurando que  “por muchos planes de control que se ejecuten es una especie que ha venido para quedarse. Por tanto, los sistemas de alerta o de notificación se podrían quedar cojos". En línea con las palabras de Bartumeus, García ha recalcado la importancia de la acción ciudadana para la protección de la salud pública “los ciudadanos tienen que ser conscientes de que ellos pueden realizar una serie de acciones para eliminar la mayor parte de los focos de cría".

Otro de los factores clave es el control individual de la expansión y el comportamiento de estas especies en las zonas a las que los miembros de sanidad pública no pueden acceder. Por esto, es necesario concienciar a la población a través de la “concienciación ciudadana, es decir, que ellos adquieran conocimientos para poder eliminar esos focos a través de empresas especializadas de control de plagas que atiendan sus necesidades a nivel particular” asevera García.

UNA TRANSMISIÓN DESCONTROLADA

El problema de estos vectores es la aparición descontrolada, ligada a una peligrosa transmisión de enfermedades infecciosas que pueden derivar en cuadros graves de enfermedad. Este insecto es un vector potencial de “enfermedades como el dengue y el chikungunya”, categorizadas dentro del grupo de infecciosas y transmitidas por mosquitos e insectos derivados.

Este vector se localiza en zonas costeras y da lugar a movimientos descontrolados por toda la península a través de las carreteras. García asegura que el desplazamiento de especies de una zona a otra del país se debe a su introducción en medios de transporte y su posterior asentamiento en zonas de interior. “Cuando llegamos al destino nos han picado durante el viaje y, por tanto, están llenas de sangre. A partir de este momento estaremos diseminando la especie” ha matizado García. 

El experto de Rentokil ha concluido con la importancia de valorar la amenaza humana y de salud pública que conllevan este tipo de plagas. La peligrosidad del mosquito tigre va más allá de su expansión y supone graves “implicaciones para nuestra salud, ya que es un vector de enfermedades que habitualmente no tenemos aquí en España” ha afirmado García. 

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