Desde 2002, la utilización del amianto en España está prohibida en cualquiera de sus formas y para cualquier aplicación. Dadas sus óptimas propiedades para la industria, su abundancia y su bajo coste, ha sido utilizado en gran variedad de industrias durante años.
Las enfermedades derivadas de la exposición al amianto son la asbestosis, afecciones fibrosantes de la pleura y pericardio, la neoplasia maligna de bronquio y de pulmón, el mesotelioma pleural , el mesotelioma peritoneal, y, en diciembre, se aprobaba en Consejo de Ministros la inclusión del cáncer de laringe por inhalación de polvo de amianto.
Se calcula que entre 140.000 y 150.000 trabajadores han podio estar expuestos al amianto en España, de los que cerca de 40.000 están en el Programa Integral de Vigilancia de la Salud de los Trabajadores Expuestos a Amianto (PIVISTEA). Concretamente, se han registrado 2.474 empresas que realizan o han realizado actividad laboral con amianto, y 38.642 trabajadores que manipulan o en su día manipularon fibras de amianto en su actividad laboral. “Estas cifras corresponden a las 15 CC.AA. que han remitidos sus datos. No hay información oficial de Cantabria y de País Vasco todavía, ya que la incorporación al PIVISTEA ha sido escalonada en el tiempo.No obstante, sabemos que estas dos comunidades autónomas están tratando, grosso modo, a unas 6.000 personas entre las dos”, explica Rodríguez Valdés.
De esas 15 autonomías, la que más casos detectaron fueron Galicia, con 1.649; Andalucía, con 455 casos y Comunidad Valenciana, con 336. Respecto a las patologías, las placas pleurales fueron las más diagnosticadas, seguidas de las asbestosis.
Pese a que el desarrollo del Programa de Vigilancia está permitiendo establecer un registro de afectados y de diagnosticados, todavía queda mucho por hacer. La latencia de estas enfermedades, que tardan años en manifestarse, entorpece y dificulta el reconocimiento por parte del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), lo que lleva a que gran número de los afectados por amianto no sean indemnizados. “Una cosa son las enfermedades ya diagnosticadas y, otras, las que están reconocidas por el sistema. Y aquí hay un verdadero problema, no de falta de registro, ya que las patologías están reconocidas y diagnosticadas, sino documental, lo que provoca una falta de reconocimiento por parte del INSS. De hecho, sólo el 2% de todos los diagnosticados, está reconocidos por la Seguridad Social”, explica Rodríguez. Es decir, "el 98% de esos trabajadores no tienen reconocida por el INSS la enfermedad profesional", matiza el experto en amianto de Comisiones Obreras.
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