Trasplante capilar FUE: "Entrar al quirófano con alopecia y salir con el pelo largo puesto"

Gracias a una novedosa técnica de trasplante capilar, el FUE de pelo largo, los pacientes no sólo no tienen que ser rasurados, sino que se van a casa con el cabello ya crecido

Técnica FUE. (Foto: Hospital Ruber Internacional)
Técnica FUE. (Foto: Hospital Ruber Internacional)
CS
6 febrero 2024 | 10:40 h

A partir de los 25 años, uno de cada cuatro hombres comienza a sufrir de calvicie, con más de 50 años el 50% de los hombres es calvo, y en la vejez la cifra aumenta hasta un 98%. La alopecia o calvicie es la pérdida anormal de pelo y puede afectar tanto al cuero cabelludo como a otras zonas del cuerpo en las que hay pelo, ya sean las axilas, la barba o las cejas. Existen dos formas de alopecia. Por un lado, la cicatricial, en la que el folículo piloso queda destruido, por lo que es irreversible, y, por otro, la no cicatricial, que puede tener solución.

Dentro del segundo grupo, la alopecia más frecuente es la androgénica, también conocida como calvicie común, y es que se da en un 95 % de los casos de alopecia, siendo más frecuente en hombres que en mujeres. Para abordar esta enfermedad de la piel, existe el trasplante de pelo. “Hasta ahora, la alopecia androgénica se trataba con medicación o con medicación más cirugía, en algunos pacientes”, destaca el doctor Francisco Javier Jiménez Acosta, especialista en dermatología, jefe de la Unidad de Trasplante Capilar de la Clínica Dermatológica Internacional (CDI) y del Hospital Ruber Internacional, y expresidente de la Sociedad Internacional de Cirugía de Restauración Capilar (ISHRS).

Tal y como explica, el trasplante de pelo con la técnica FUE (extracción de unidades foliculares) consiste en extraer folículos de la zona donante del paciente, es decir, de la zona occipital o trasera, e implantarlos en la calvicie. “Una vez que el folículo prende, digamos, el pelo va creciendo”. Hasta hace unos cuatro o cinco años, en todos los trasplantes con FUE, primero se rasuraba la zona donante del paciente y, después, le extraían los folículos.

Según el experto, el rasurado “es un problema para mucha gente, sobre todo para las personas cuya imagen es importante, para aquellas que tienen que parar su actividad social durante mucho tiempo, hasta que les vuelva a crecer el pelo rasurado; o para algunas mujeres”. En ese sentido, a las mujeres se les rasuraba una pequeña zona de la cabeza y se cubría con el pelo largo, algo que, “en el hombre, no es posible”, subraya el Dr. Jiménez Acosta.

En la actualidad, se ha desarrollado una nueva técnica de FUE con pelo largo que consiste en extraer el folículo de la parte donante, pero ya largo, es decir, sin necesidad de rasurar: “Ahora contamos con un material nuevo de punches quirúrgicos que permite sacar el folículo sin cortar el pelo, por lo que extraemos e implantamos el pelo largo”, señala. Según el cirujano, “el procedimiento es muy novedoso. Nosotros empezamos a hacerlo hace un año, aproximadamente. Creo que será el futuro de la técnica porque, en cuanto se mejore el material quirúrgico de extracción actual, la mayoría de la gente optará por esta técnica”.

“El paciente entra al quirófano con alopecia y sale con el pelo largo puesto”

La primera ventaja, por lo tanto, es que muchos de los pacientes que anteriormente eran muy sensibles al rasurado, ahora pueden optar por este novedoso procedimiento. La segunda es que, al trasplantar el pelo largo, el paciente sabe cómo le va a quedar a los seis meses o un año porque sale de la operación con la zona cubierta de pelo. Tal y como puntualiza el Dr. Jiménez Acosta, “antes salían con la zona cubierta de injerto, es decir, del folículo rasurado, así que, hasta que no les empezaba a crecer el pelo al cabo de los tres o cuatro meses, no se hacían una idea de cómo iba a ser el resultado. Ahora, “el paciente entra al quirófano con alopecia y sale con el pelo largo puesto”.

Según el especialista, el primer motivo por el que, hasta ahora, no se hacía el procedimiento actual es, fundamentalmente, porque no había instrumental perfeccionado. El segundo motivo es que, para el cirujano, es una técnica más laboriosa, “es decir, cuando extraemos los folículos de la zona donante con el pelo rasurado, se ve el campo limpio y lo sacas muy rápidamente. Sin embargo, cuando lo extraes con el pelo largo, tienes que ir pelo por pelo, separando uno de otro… Se tarda como el doble que en una cirugía convencional”.

En ese sentido, la cirugía habitual puede durar unas cinco o seis horas y, el nuevo procedimiento, en torno a ocho-diez, “dependiendo de la cantidad de pelos que extraigas de la zona de atrás. Por ese motivo, a día de hoy todavía hay pocos profesionales que dominen la técnica”, sostiene el cirujano, y añade que se puede realizar tanto en hombres como en mujeres con alopecia androgenética. “Las indicaciones de trasplante son las mismas que con el tratamiento estándar. Lo que cambia, principalmente, es si el paciente quiere rasurarse o no”.

Por otro lado, señala, al ser una técnica más laboriosa, el coste económico del nuevo procedimiento es mayor. “Normalmente, a los pacientes les damos las dos opciones y, el hecho de que esta técnica sea más laboriosa y, por tanto, más cara, influye en ellos a la hora de tomar la decisión”. Sin embargo, “lo bueno es que, la persona, cuando sale del quirófano y se mira al espejo, se queda alucinada”, concluye.

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