El tejido graso, clave para reducir las dolencias de la vejez

Nuestro tejido adiposo pierde función a medida que envejecemos, lo que puede provocar diabetes tipo 2, obesidad, cáncer y otras dolencias

El tejido graso, clave para reducir las dolencias de la vejez
El tejido graso, clave para reducir las dolencias de la vejez
Lorena García - Redactora
18 febrero 2022 | 10:55 h

El tejido graso juega un papel importante en la salud humana. Sin embargo, nuestro tejido adiposo pierde función a medida que envejecemos, lo que puede provocar diabetes tipo 2, obesidad, cáncer y otras dolencias. 

Altos niveles de ejercicio de por vida parecen contrarrestar este deterioro. Así lo revela una investigación de la Universidad de Copenhague, donde los biólogos estudiaron el vínculo entre el envejecimiento, el ejercicio y la función del tejido adiposo en los hombres daneses.

La investigación sugiere que la función de nuestro tejido adiposo es fundamental para que nuestros cuerpos se deterioren con la edad, y está fuertemente relacionado con enfermedades humanas como la diabetes 2, el cáncer, ya que la obesidad a menudo se desarrolla y las células grasas experimentan cambios funcionales a medida que envejecemos.

Nuestro tejido adiposo pierde función a medida que envejecemos, lo que puede provocar diabetes tipo 2, obesidad, cáncer y otras dolencias

Por lo tanto, la salud en general no solo está influenciada por la cantidad de grasa que tenemos, sino por qué tan bien funciona nuestro tejido graso. Por ello, este nuevo estudio demuestra que, aunque nuestro tejido graso pierde una función importante con la edad, un alto volumen de ejercicio puede tener un impacto significativo para mejorar.

"La salud general está estrechamente relacionada con el funcionamiento de nuestro tejido graso. En el pasado, considerábamos la grasa como un depósito de energía. De hecho, la grasa es un órgano que interactúa con otros órganos y puede optimizar la función metabólica. Entre otras cosas, el tejido graso libera sustancias que afectan el metabolismo muscular y cerebral cuando sentimos hambre y mucho más. Por lo tanto, es importante que el tejido graso funcione como debe", han explicado.

LA FUNCIÓN DE LAS CÉLULAS GRASAS EMPEORA CON LA EDAD

Los investigadores han investigado el papel de la edad y el entrenamiento físico en el mantenimiento de la función del tejido adiposo. Específicamente, estudiaron las mitocondrias, las diminutas plantas de energía dentro de las células grasas. Las mitocondrias convierten las calorías de los alimentos para suministrar energía a las células. Para mantener los procesos vitales dentro de las células, es necesario que funcionen de manera óptima.  

Los investigadores compararon el rendimiento mitocondrial en una variedad de hombres daneses jóvenes y mayores no entrenados, moderadamente entrenados y altamente entrenados en ejercicio.

Los resultados demuestran que la capacidad de las mitocondrias para respirar, es decir, producir energía, disminuye con la edad, independientemente de cuánto ejercicio haga una persona.

Sin embargo, “aunque la función mitocondrial disminuye con la edad, podemos ver que un alto nivel de ejercicio durante toda la vida ejerce un poderoso efecto compensatorio. En el grupo de hombres mayores bien entrenados, las células grasas pueden respirar más del doble que en hombres mayores sin entrenamiento”, han explicado.

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