La temporada de gripe podría adelantarse este año y actuar con mayor virulencia

La presencia de la gripe ha sido mínima desde marzo de 2020, lo que se traduce en una “reducida inmunidad entre la población”, que ahora podría derivar “en una temporada de gripe más temprana y, posiblemente, más grave”.

Una paciente se vacuna de la gripe (Foto: Glòria Sánchez - Europa Press)
Una paciente se vacuna de la gripe (Foto: Glòria Sánchez - Europa Press)
CS
14 septiembre 2021 | 13:00 h

El pasado invierno, como consecuencia de las medidas y restricciones adoptadas por la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, apenas se registraron casos de gripe en nuestro país. Una situación que, en el contexto actual, podría tener graves consecuencias de acuerdo a dos estudios (pre-impresos y a la espera de ser revisados por pares) realizados por investigadores de la Universidad de Pittsburgh.

Las referidas investigaciones advierten de que la presencia del virus de la gripe ha sido mínima desde marzo de 2020, mes en el que la pandemia estalló a nivel global. Hecho que se traduce en una “reducida inmunidad entre la población”, que ahora, tras la relajación de medidas y restricciones podría derivar “en una temporada de gripe más temprana y, posiblemente, más grave”.

“Gran parte de la inmunidad que tenemos entre la población se debe a que las personas contrajeron influenza el año pasado. Si tenemos una cepa similar circulando este año, contarán con inmunidad”, pero la situación cambia si la cepa varía notablemente alertaba recientemente en una conferencia de prensa el doctor Mark Roberts, director del Laboratorio de Dinámica de Salud Pública de la Escuela de Graduados de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh. En resumen, sus temores apuntan a que la drástica disminución de casos experimentada en el año y medio de pandemia vivida tiene el potencial de aumentar preocupantemente los casos en el contexto de relajación de medidas actual.

Mediante la utilización de modelos matemáticos Roberts y su equipo han elaborado dos estudios destinados a predecir las hospitalizaciones durante la temporada de gripe que está por empezar. Los datos ofrecidos por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) revelan que cada año, alrededor de 200.000 personas son ingresadas en hospitales estadounidenses como consecuencia de la gripe. Un dato más que preocupante en plena pandemia y con los sistemas sanitarios todavía tensionados debido a la atención de pacientes con COVID-19.

“Gran parte de la inmunidad que tenemos entre la población se debe a que las personas contrajeron influenza el año pasado. Si tenemos una cepa similar circulando este año, contarán con inmunidad”, pero la situación cambia si la cepa varía notablemente

Partiendo de estos datos y su modelado matemático el equipo de científicos plantea varios escenarios. El peor de ellos pronostica más de 600.000 personas hospitalizadas por gripe. Una fotografía que se materializaría si se expandiese una cepa extremadamente contagiosa combinada con bajas coberturas de vacunación. El doctor William Schaffner, experto en Enfermedades Infecciosas del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt tranquiliza en relación a esta apocalíptica previsión informando de que, por el momento, no se prevén variantes del virus de la gripe nuevas o que generen preocupación.

Si tomamos como referencia este escenario los modelos sugieren que alrededor del 75% de los estadounidenses debería vacunarse contra la gripe para minimizar el riesgo de hospitalización. De forma general, el promedio anual de vacunación frente a la gripe en Estados Unidos es del 50%.

En la temporada 2019-2020 se registraron más de 600.000 casos de gripe, 28.000 hospitalizaciones y 1.800 ingresos en UCI. Los expertos defienden que la vacunación contra la gripe evitó ese año un 37% de decesos

Motivo por el que los estudios recomiendan encarecidamente aumentar las tasas de vacunación ya que si no se han producido contagios masivos de gripe como era habitual antes de la pandemia, la población no ha generado inmunidad. Los autores indican que si el virus de la gripe se redujo el pasado año en un 15%, este año podría experimentar un incremento que oscila entre el 19,5 y el 37,7%.

Uno de los estudios va un paso más allá y toma como punto de partida la cepa del año anterior y la de este sea o no distinta. Su conclusión es clara: los niños pueden erigirse como el grupo poblacional más vulnerable. En España solo se vacuna a los niños contra la gripe si presentan enfermedades respiratorias y/o cardiovasculares. Cabe señalar que, de forma general, los casos de gripe en menores y en gran parte de la población se cursan de forma leve y no requieren hospitalización.

Más allá de los cálculos matemáticos el mejor indicador de cómo será la temporada de gripe en el hemisferio norte es su evolución en el hemisferio sur. En este la actividad ha sido baja ya que la mayoría de los países continúan con medidas y restricciones orientadas al control de la pandemia. Las vacunas contra la gripe son fundamentales aunque su efectividad no es tan elevada como la reportada por las vacunas frente a la COVID-19. De media. Su efectividad fue solo del 29% en la temporada 2018-2019, aunque la media general ronda el 50% de acuerdo a los datos recogidos en los referidos estudios.  

Antes de la aparición del SARS-CoV-2  la gripe provocaba en nuestro país 6.000 fallecidos de media. En la temporada 2019-2020 se registraron más de 600.000 casos de gripe,28.000 hospitalizaciones y 1.800 ingresos en UCI. Los expertos defienden que la vacunación contra la gripe evitó ese año un 37% de decesos.

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