Los trastornos del sueño en la enfermedad de Parkinson: La importancia de la calidad del sueño

Los trastornos del sueño tienen un gran impacto en la autonomía y en la calidad de vida tanto del paciente como del cuidador

Enfermo de párkinson. (Freepik)
Enfermo de párkinson. (Freepik)
Itziar Pintado
25 enero 2024 | 10:00 h

En las últimas décadas, la incidencia de la enfermedad de Parkinson (EP) ha aumentado de manera significativa. En España, esta patología afecta a unas 160.000 personas, según el estudio Paradise, de las cuales un 38% la presentan en estado avanzado. A consecuencia de la enfermedad de Parkinson, las personas pueden experimentar una serie de síntomas motores como son el temblor en reposo o la rigidez muscular y otros no motores como alteraciones del sueño, problemas digestivos o cambios emocionales y cognitivos.

La calidad del sueño desempeña un papel crucial en la calidad de vida de los pacientes con párkinson. Se estima que la mayoría experimenta alteraciones del sueño, llegando a tener una prevalencia de hasta el 98% y, además, estas alteraciones se encuentran entre los primeros síntomas experimentados en la enfermedad de Parkinson. Entre los trastornos del sueño se incluyen algunos como: somnolencia diurna excesiva, insomnio o trastorno de conducta durante el sueño REM (TCSR). Por este motivo, los especialistas insisten en la importancia de identificar los síntomas relacionados con los trastornos del sueño. “Cada vez damos más importancia a estos síntomas no motores puesto que muy a menudo tienen un gran impacto en la autonomía y en la calidad de vida tanto del paciente como del cuidador”, explica en una entrevista a ConSalud.es la doctora Marta Ruíz, neuróloga del Hospital Universitario de Cruces.

“Entre todos estos síntomas no motores, los más frecuentes son los trastornos del sueño, que habitualmente se incrementan a medida que avanza la enfermedad y aumenta la discapacidad de los pacientes”, continúa la experta.

"Los pacientes con EP son más que conscientes de estos problemas, sin embargo, no todos ellos los relacionan con la enfermedad"

Identificar este conjunto de síntomas es esencial para un correcto abordaje de la patología. Para mejorar el paradigma de la enfermedad, la doctora insiste en la importancia de la comunicación entre facultativo y paciente. “Los pacientes con EP son más que conscientes de estos problemas, sin embargo, no todos ellos los relacionan con la enfermedad y, en ocasiones, si no interrogas de forma dirigida pueden pasar desapercibidos”, asegura. Además, continúa la neuróloga, “mejorarlos supone un gran avance en su día a día por lo que no deben de ser olvidados”.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO

De lo expuesto, se desprende que es necesario analizar en detalle el tipo de insomnio que cada paciente presenta y los factores relacionados con el mismo para poder establecer la estrategia terapéutica más adecuada.

Para abordar los trastornos del sueño, es necesario analizar y valorar la casuística de cada paciente y los factores implicados para determinar las estrategias farmacológicas y no farmacológicas. La gestión del estrés, la creación de rutinas de sueño regulares y la mejora del ambiente de descanso son parte integral del enfoque no farmacológico. Para el abordaje de los trastornos del sueño, la especialista recuerda la importancia de un tratamiento dirigido. El descanso adecuado y el control de los síntomas motores serán esenciales en este proceso.

"Los síntomas no motores pueden aparecer años antes del inicio de los síntomas motores"

Estos trastornos, también están siendo estudiados para mejorar el diagnóstico del párkinson. Este conjunto de síntomas no motores “puede aparecer años antes del inicio de los síntomas motores”, motivo por el cual está siendo estudiado como biomarcador presintomático de la enfermedad. Este avance, señala la doctora Ruíz, podría ser de “gran utilidad en el desarrollo de terapias modificadoras en la EP puesto que lo ideal sería identificar e iniciar tratamiento modificador en aquellos pacientes donde la degeneración nigroestriatal no está tan avanzada como para producir síntomas motores”, matiza la neuróloga.

DESAFÍOS EN EL ABORDAJE DEL PÁRKINSON

La enfermedad de Parkinson es el trastorno del movimiento más frecuente, presentando un alto impacto en la calidad de vida de las personas afectadas, sus familiares y personas cuidadoras. Para lograr una mejoría en la calidad de vida, es preciso proporcionar una atención integral al paciente y un abordaje individualizado y específico.

Por este motivo, la comunicación con el paciente está estrechamente relacionada con un correcto tratamiento de la patología y en concreto con el abordaje de los problemas del sueño. “En nuestra Unidad de Trastornos del Movimiento en el Hospital de Cruces preguntamos de forma sistemática y directa sobre los síntomas o problemas durante el sueño”, reconoce la doctora. “Consideramos la identificación de estos síntomas y su abordaje como algo esencial para el manejo integral del paciente”, añade.

En primer lugar, la comunicación con el paciente permitirá identificar la causa que provoca el trastorno del sueño. “Debemos interrogar sobre el sueño nocturno”, afirma Ruíz. Asimismo, el control de las medicaciones, considerando aquellos fármacos sedantes, también puede mejorar el pronóstico de la enfermedad.

“El alivio de dichos síntomas mejora de forma significativa la calidad de vida de los pacientes”

Además, la identificación de los trastornos del sueño y la reducción de los síntomas es esencial para mejorar la EP. “El alivio de dichos síntomas mejora de forma significativa la calidad de vida de los pacientes”, asevera la neuróloga. En esta línea, “el diagnóstico de un trastorno de la conducta del sueño en fase REM puede servirnos como un biomarcador diagnóstico y pronóstico de la enfermedad”, puntualiza.

Mejorar la calidad del sueño en estos pacientes favorecerá su calidad de vida de manera significativa. La especialista reconoce que, la mejora de la calidad de vida, “ha de ser el objetivo principal y prioritario tanto en nuestra práctica clínica diaria como a nivel de investigación”. “Por ello, sin duda creo que continuarán surgiendo intervenciones para mejorar estos síntomas y conocer la fisiopatología subyacente que dé explicación a la aparición de estos”, concluye.

“Con la colaboración de AbbVie”

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