Vacunación a lo largo de toda la vida: el reto global ante una población cada vez más envejecida

La vacunación se erige como una de las intervenciones en materia de salud pública fundamentales a lo largo de nuestra historia y, el principal desafíos, es extender la comprensión de sus beneficios más allá de la edad pediátrica.

Profesional sanitario administrando una vacuna (Foto. Freepik)
Profesional sanitario administrando una vacuna (Foto. Freepik)

La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha puesto de relieve el papel crucial que desempeñan las vacunas no solo como garante de la salud pública, sino también como pilar fundamental para el buen funcionamiento de nuestros sistemas sanitarios y, por ende, del conjunto de nuestras sociedades.

Uno de los principales retos a los que se enfrenta la vacunación es que, históricamente, se asocia con la edad pediátrica. Un gran error ya que la vacunación es un proceso que debe mantenerse a lo largo de toda la vida no solo para prevenir las enfermedades específicas contra las que nos debemos inmunizar, sino también para evitar sus consecuencias y entrenar nuestro sistema inmunitario en un contexto demográfico global de progresivo envejecimiento.

Este ha sido el punto de partida del encuentro con expertos organizado por GSK este 23 de marzo donde se ha puesto de manifiesto el papel crucial que desempeña la vacunación a lo largo de toda nuestra vida.

La vacunación evita alrededor de 2,5 millones de muertes cada año a nivel global por lo que se erigen como una de las intervenciones en materia de salud más importantes. Se espera que para 2050, las personas mayores de 60 años sean el segmento de población con mayor crecimiento. Cada vez vivimos más con un mayor número de años vividos de calidad, pero no debemos olvidar que el sistema inmune tiene a debilitarse con el paso de los años. Un proceso conocido como “inmunosenescencia”.

El principal problema al que nos enfrentamos es que la gente es poco consciente de que muchas patologías, como la varicela-zóster, tienen importantes implicaciones a largo plazo. Este virus es portado por la mayor parte de la población tras cursar la enfermedad en la edad pediátrica y alrededor de un tercio de la población adulta padecerá herpes zóster como consecuencia, incidiendo de múltiples y negativas formas en su salud. El riesgo vascular aumenta a partir de los 40 años, lo mismo que sucede, por ejemplo, con la influenza. Dos problemas que reducen su incidencia y riesgo gracias a la vacunación.

REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD Y VACUNACIÓN

La asociación entre el curso de una enfermedad y sus consecuencias puede diseminarse en un periodo más largo ya que los efectos no son inmediatos. La jornada ha puesto el enfoque en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Una patología en la que las infecciones son el principal desencadenante de las exacerbaciones, siendo las infecciones virales las responsables del 64%. Si hablamos de las infecciones provocadas por bacterias, estas se encuentran detrás de entre el 26-81% de las exacerbaciones. En este sentido desde GSK destacan que la vacunación contra la influenza previene gran parte de las exacerbaciones que pueden producirse en pacientes con EPOC.

"Cuando te vacunas, obtienes protección concreta frente a una enfermedad específica. Pero también entrenamos nuestro sistema inmunitario para luchar contra otros patógenos que nos encontraremos a  largo de la vida"

Los datos ofrecidos muestran que, por ejemplo, la vacunación contra la influenza ha reducido en Reino Unido la mortalidad por todas las causas en un 41%. Una cifra que se eleva hasta el 70% cuando se combina con la inmunización frente al neumococo. En el caso de Japón la mortalidad en mayores de 65 años se redujo entre un 8-16% gracias a la vacunación frente a la influenza, mientras que en Taiwán descendió la mortalidad por todas las causas un 44% y un 45% en mayores de 65 años gracias a la inmunización contra la influenza.

Una fotografía ante la que la educación de las personas en materia de vacunación, así como comprensión y acceso, son claves para aumentar las tasas de cobertura vacunal en los adultos a lo largo de toda la vida. En este sentido los profesionales médicos se erigen como el punto de referencia en términos de confianza para avanzar hacia esa meta educativa para el 83% de la encuesta realizada entre pacientes por GSK.

LAS VACUNAS NO SON SOLAMENTE PARA LOS NIÑOS

“Cuando una persona tiene una cultura de vacunación durante toda la vida no solo impide una enfermedad en concreto, sino que reduce las posibles consecuencias frente a otras muchas enfermedades, como la prevención de la cronicidad derivada de ciertas enfermedades. Cuando te vacunas, obtienes protección concreta frente a una enfermedad específica. Pero también entrenamos nuestro sistema inmunitario para luchar contra otros patógenos que nos encontraremos a  largo de la vida”, ha comenzado la discusión Rodrigo Scharage Lins, presidente de la Society of Infectious Diseases of the State of Río de Janeiro.

La vacunación en todas las etapas de la vida es clave para el desarrollo y entrenamiento del sistema inmunológico. A medida que la gente envejece este se debilita, al igual que sucede con muchas funciones, órganos y sistemas de nuestro organismo. Un proceso en el que la inmunización mediante la vacunación desempeña un papel fundamental. 

"Podríamos combinar las vacunas con otras terapias como los anticuerpos monoclonales. Un enfoque interesante desde el punto de vista de la inmunización en la edad adulta"

“La pandemia ha cambiado múltiples cosas a nivel individual y colectivo”, ha manifestado Yan Sergerie, GSK global medical affairs lead. “El principal aprendizaje es que la Covid-19 ha puesto de relieve la necesidad de la vacunación a lo largo de toda la vida. La sociedad se ha dado cuenta de que la vacunación no es algo solo para los niños y personas con sistemas inmunocomprometidos, sino que nos protege a todos porque todos estamos en riesgo de contraer en algún momento una enfermedad infecciosas”, ha aseverado destacando la necesidad de “aumentar los esfuerzos e inversión para aumentar las tasas de vacunación en los adultos”.

Por su parte Dominique Descamps, vicepresidenta de GSK Vaccines R&D Belgium, ha puesto el foco en cómo lograr este objetivo. “Es muy importante desarrollar vacunas que se adapten a la población adulta”. En términos de investigación ha indicado que los adyuvantes y el desarrollo de sueros que aumenten la cantidad de anticuerpos generados a través de la respuesta inmune inducida son dos factores a tener en cuenta.

“Las tecnologías que están surgiendo como la de ARNm son muy útiles como hemos visto en la pandemia. Habrá que seguir investigando en el desarrollo de vacunas para los adultos”, añade enfatizando no solo en la colaboración entre las distintas industrias farmacéuticas sino también con el mundo académico y compañías de tecnología. “No solo se trata de colaboración para el desarrollo de vacunas, sino también para acelerar estos procesos”, ha remachado poniendo en valor el reto mayúsculo que en esta labor representa el creciente problema de salud pública que supone la resistencia antimicrobiana.

“Hay muchas oportunidades para desarrollar otras vacunas. Lo primero es identificar el patógeno al que nos dirigimos y analizar el tipo de respuesta inmune que queremos desarrollar focalizándonos en el antígeno”, ha apostillado Descamps.

“Hay vacunas con las que todavía no contamos frente a enfermedades que afectan a la población adulta. Podríamos también combinar las vacunas con otras terapias como los anticuerpos monoclonales. Un enfoque interesante desde el punto de vista de la inmunización en la edad adulta”, ha señalado recordando que las vacunas son una herramienta muy importante, pero se cuenta con otras opciones sobre las que es necesario avanzar.

“La prevención de las patologías infecciosas es mucho más importante que esperar a que estás sucedan y tengamos que hacer frente a sus consecuencias”

Los expertos han coincidido en que debemos aprovechar el impulso que la vacunación en todas las etapas de la vida está viviendo como consecuencia de la pandemia. “La Covid-19 ha tenido un enorme impacto en el funcionamiento de los sistemas hospitalarios a nivel global”, expresa el doctor Lins. Muchos profesionales de la salud enfermaron, quedando comprometido el correcto desarrollo de la asistencia sanitaria. “Pienso que empresas que trabajan en el desarrollo de vacunas pueden desempeñar un papel muy importante”, ha advertido poniendo el foco en el término acuñado por la Organización Mundial de la Salud (OMS): “infodemia”. Un problema sobre el que la industria podría contribuir notablemente haciendo accesible a toda la población la información médica. “Es crucial para que las personas participen en la vacunación y otras intervenciones de salud.

MIRADA A LA SALUD A LARGO PLAZO

“Requiere preparación a nivel hospitalario a nivel de los profesionales y atención de los pacientes, así como un mejor reparto de los recursos atendiendo a los desafíos planteados por la pandemia”, ha argumentado el doctor Lins. Una labor que no podrá alcanzarse sin un compromiso real de los gobiernos.

“Debemos generar conversaciones sobre la vacunación no solo en la edad pediátrica. La prevención de las patologías infecciosas es mucho más importante que esperar a que estás sucedan y tengamos que hacer frente a sus consecuencias”, ha concluido su intervención el doctor Lins.

En términos asistenciales, la vacunación alivia significativamente la presión que puede ejercerse en los sistemas hospitalarios como ha quedado patente con la Covid-19. “Actualmente la demografía global tiende al envejecimiento lo que es en sí una presión para los sistemas de salud”, ha indicado Yan Sergerie.

En este sentido GSK trabaja en varias áreas centradas en ofrecer información fiable a los adultos para que puedan tomar decisiones informadas sobre la vacunación a lo largo de toda la vida, se trabaja para mejorar el acceso a las vacunas y posicionar al profesional médico como fuente primaria de todo el proceso. “Queremos asegurarnos de que este debate se genere y se traduzca en una realidad”, ha remachado Sergerie como vías para aliviar los sistemas de salud no solo ante la Covid-19 sino ante otras posibles amenazas sanitarias de cara al futuro.

Ante estas metas las empresas farmacéuticas deben monitorizar las amenazas que pueden surgir y ser conscientes de las enfermedades emergentes que puedan provocar crisis sanitarias. “Es fundamental contar con un stock de tecnologías que pueden ponerse a disposición en un corto espacio de tiempo”, asegura Descamps. “La preparación tiene que ver con la velocidad” ha concluido.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído