Plan de Salud y Medio Ambiente: más protección frente al cambio climático y la contaminación

El plan elaborado por Sanidad y Transición Ecológica contempla actuaciones para proteger la salud frente a los riesgos del clima, las temperaturas extremas o los vectores transmisores de enfermedades.

La ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, y la ministra de Sanidad, Carolina Darias (Foto: Pool Moncloa)

El Gobierno ha presentado esta semana el Plan Estratégico de Salud y Medioambiente, un documento elaborado entre los Ministerios de Sanidad, Transición Ecológica y las comunidades autónomas que contempla la puesta en marcha de 420 acciones entre 2022 y 2026 con las que se espera reducir las consecuencias para la salud que tendrá entre los ciudadanos los efectos del cambio climático o las malas prácticas medioambientales.

Los riesgosasociadosalclima son una de las líneas sobre las que se actuará. Entre las acciones más destacadas que se llevarán a cabo, resaltan un Plan de vigilancia de morbimortalidad asociada al cambio climático, la elaboración de mapas de riesgo o un marco de actuación temprana y preventiva relacionado con el impacto del cambio climático sobre la salud.

Sanidad actualizará el Plan Nacional de actuaciones preventivas de los efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud y se elaborará uno específico sobre bajas temperaturas

Por otra parte, se desarrollarán sistemas de información que integren datos de salud ambiental, animal y humana, se reforzará la Red Centinela de Vigilancia de las enfermedades de transmisión vectorial y se impulsará el Observatorio de Salud y Cambio Climático. También se reforzará la formación dirigida a los profesionales sanitarios y se harán campañas para los medios de comunicación y la ciudadanía.

Otra área temática sobe la que se actuará será la del impacto de las temperaturasextremas. Por ejemplo, se actualizará el Plan Nacional de actuaciones preventivas de los efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud y se elaborará uno específico sobre bajas temperaturas. Además, a los profesionales sanitarios se les formará para “detectar riesgos y vulnerabilidades de forma temprana” y se actualizarán las temperaturas umbrales o temperaturas de disparo de la mortalidad.

CALIDAD DEL AIRE Y DEL AGUA

La tercera línea de acción se enfocará en la observación de la calidad del aire. Para reducir la mortalidad y morbilidad atribuible a la exposición a la contaminación atmosférica se redactará un Plan de Prevención ante situaciones episódicas de esta materia con un protocolo de actuación específico para las autoridades sanitarias. Igualmente, también se incidirá en la formación de profesionales y en programas de concienciación.

Por otra parte, se pondrá en marcha un Plan de Vigilancia Epidemiológico sobre los efectos de la contaminación atmosférica. Con él, se analizarán y cuantificarán “los efectos que tiene, a corto y largo plazo, sobre la salud en España”. Del mismo modo, se determinarán las enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación en la población.

El Gobierno incluirá criterios de salud pública en la gestión integrada de las cuencas hidrográficas y reforzará el control temprano de brotes de enfermedades transmisibles por vectores

Muy parecida será la actuación dirigida a proteger la salud de las personas de los efectos adversos derivados de la contaminación de las aguas. Por ejemplo, se incluirá como “declaración obligatoria” la morbi-mortalidad relacionada con el uso de piscinas y se elaborará una metodología para evaluar y gestionar el riesgo hídrico, para todo tipo de zonas de agua.

Igualmente, se incluirán criterios de salud pública en la gestión integrada de las cuencas hidrográficas, se impulsarán estudios de investigación sobre los riesgos de las nuevas instalaciones que pueden originar legionelosis o se mejorará  la notificación de datos a los sistemas de información sanitarios.

VECTORES TRANSMISORES DE ENFERMEDADES

La implantación de sistemas de prevención y control temprano de brotes de enfermedades transmisibles por vectores será otra línea de acción. Para ello, se reforzará la vigilancia epidemiológica, tanto humana como animal y ambiental y se valorará la pertinencia de la inclusión de algunas enfermedades transmitidas por vectores como enfermedad de declaración obligatoria.

Además, también sobresalen acciones como la estimación de “la población de asintomáticos en periodo de transmisión vírica que no acuden al hospital (quedan fuera de la red RENAVE) pero pueden generar una infraestimación del riesgo”. En otro orden, se colaborará con centros investigadores en enfermedades de países en desarrollo y se realizarán estudios de vectores y sus patógenos a corto, medio y largo plazo, teniendo en cuenta los distintos hábitats.

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