En este primer esbozo, Rajoy ha anunciado que la previsión del Ejecutivo que lidera es que el PIB vuelva a niveles anteriores a la crisis a lo largo del primer semestre de 2017. Aún así, los números relacionados con los ingresos no han sido tan halagüeños ya que ha indicado que la recaudación continúa en estos momentos unos 20.000 millones de euros por debajo de los que hubo en el año 2007, fecha en la que se inició la crisis económica.
Según Mariano Rajoy, el gasto social que se está aplicando desde Moncloa supera el 70% del presupuesto general. Por áreas, el 28,3% del gasto social se dedica a pensiones, con un aumento de 40.000 millones; un 14,2% a sanidad; un 9,3% a educación, un 4,4% a desempleo, y un 4,5% a otros gastos.
A pesar de poner sobre la mesa el reto de “preservar el Estado del Bienestar y si es posible, mejorarlo”, el líder del Ejecutivo ha indicado que los objetivos son “mantener la senda de consolidación fiscal, crecer y crear empleo e incrementar la recaudación a los niveles previos a la crisis”.
PRIMERAS REACCIONES
A la espera de que se conozcan los primeros acuerdos, representantes regionales como Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, han comunicado su defensa de la cuestión sanitaria. Herrera califica la sanidad como “la mayor perjudicada por las deficiencias del modelo”, por lo que cree que merece “un capítulo aparte en la reforma del sistema”, en relación a los ingresos y a los gastos”.
Otros líderes autonómicos, aunque de distinto color político, han coincidido en revisar la financiación para que sea “justa y acorde a los servicios públicos que se prestan”, en palabras de Manuel Jiménez Barrios, consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía. Por su parte, Pilar Blanco-Morales, consejera de Hacienda de Extremadura, ha centrado la prioridad de su comunidad en avanzar hacia una “armonización fiscal” para financiar el gasto sanitario y la dependencia.
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