Desde AEP advierten: "Las bebidas energéticas no deben consumirse en edad pediátrica"

El abuso de estos productos en los más pequeños pueden conllevar adicciones y "consecuencias negativas para la salud"

Menor de edad frente a diferentes bebidas energéticas en el supermercado. (EP)
Menor de edad frente a diferentes bebidas energéticas en el supermercado. (EP)

El Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (CNYLM-AEP) se ha referido a la actual preocupación surgida acerca del abuso de bebidas energéticas que viene produciéndose entre los menores de edad. Al respecto, ha advertido de que estos productos "no deben consumirse en edad pediátrica", dado que implican "consecuencias negativas para la salud", además de promover la adicción a otras sustancias tóxicas como el alcohol.

Esta misma semana, desde la Consejería de Sanidad de Galicia se anunció la puesta en marcha de un proyecto de ley para limitar el consumo y publicidad de las bebidas energéticas en menores de edad, los pediatras han avisado de que, "su consumo se asocia a irritabilidad, insomnio, cefaleas, ansiedad, falta de concentración y patologías metabólicas y cardiovasculares, como taquicardia o aumento de la presión arterial. Y, además de generar tolerancia con su consumo continuado, pueden producir adicción". Además, muchas de estas bebidas "se venden en envases de medio litro y la cantidad de cafeína que contienen equivale a más de dos cafés expresos, además de implicar un elevadísimo aporte de azúcares simples".

"Además de azúcares, aportan cafeína, cuyo consumo no es recomendable en ningún caso en la edad pediátrica"

Asimismo, la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), integrada en la AEP, ha recordado que el consumo de estas bebidas abre la puerta a la ingesta de otras sustancias tóxicas y a la promoción de adicciones, ya que es habitual que los adolescentes mezclen las bebidas energéticas con alcohol. "La bebida por excelencia para el niño y el adolescente es el agua. Las bebidas azucaradas se deben evitar, forman parte del vértice de la pirámide alimentaria y, por tanto, se deben consumir en cantidades muy pequeñas y esporádicamente. En el caso de las bebidas energéticas, además de azúcares, aportan cafeína, cuyo consumo no es recomendable en ningún caso en la edad pediátrica", han asegurado los pediatras. Por otro lado, han incidido en que "es de vital importancia que exista un adecuado etiquetado nutricional para que las familias puedan hacer la elección más saludable en lo que respecta al consumo de alimentos y bebidas de sus hijos".

SANIDAD, A FAVOR DE LAS LIMITACIONES

Por su parte, el Ministerio de Sanidad se ha mostrado "a favor de limitar el acceso y el consumo de los menores a las bebidas energéticas", tal y como ya propuso en el documento de recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), según han señalado fuentes ministeriales, consultadas tras conocerse que, en cuestión de meses, Galicia lo prohibirá por ley.

No obstante, desde Sanidad han recordado que la "competencia" la tiene la AESAN, que depende del Ministerio de Consumo. Así, su último documento publicado con recomendaciones sobre el consumo de bebidas energéticas, que data de febrero de 2022, advierte de que la ingesta de estas bebidas con elevada cafeína en adolescentes de entre 11 a 17 años puede provocar alteraciones en el sueño, efectos psicológicos, alteraciones de comportamiento y trastornos cardiovasculares.

"El consumo de alcohol mezclado o en combinación con bebidas energéticas conduce a estados subjetivos alterados"

Concretamente, el consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años, es decir, unos 200 mililitros de bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml, puede provocar alteraciones del sueño. Y, a partir de 160 miligramos de cafeína, es decir, 500 mililitros de una bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml, pueden tener efectos adversos generales para la salud. Por este motivo, "no se recomienda su consumo en niños ni mujeres embarazadas o en período de lactancia".

Además, el documento resalta que este tipo de bebidas "no deben combinarse con bebidas alcohólicas" ya que "el consumo de alcohol mezclado o en combinación con bebidas energéticas conduce a estados subjetivos alterados que, entre otros efectos, incluyen una disminución de la percepción de intoxicación etílica".

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