Barbacid: “En España tenemos un enorme déficit de divulgación científica”

Mariano Barbacid concede a ConSalud.es una entrevista con motivo de la presentación del documental dedicado a su carrera profesional ‘El camino inverso’

Mariano Barbacid (Foto. Universidad de Barcelona)
9 agosto 2023 | 17:45 h

El camino inverso es una de las estrategias que tiene la ciencia para alcanzar sus metas. Con este complejo sistema experimental, los científicos consiguen llevar los resultados de una investigación al mundo real. Es mucho más difícil que procesos como el reduccionista, e incluso puede llegar a ser imposible. Uno de los pasos más complejos de la carrera científica que se ha utilizado como base de partida del documental homónimo que condensa la profusa carrera científica de Mariano Barbacid.

Descubridor del primer oncogén humano y de otros que han servido para desarrollar tratamientos eficaces frente a diferentes tumores, y uno de los bioquímicos más internacionales que ha dado España, Barbacid ha dedicado el último medio siglo a la investigación científica y a la lucha contra el cáncer en la que ha cosechado grandes méritos. Honoris causa de la UNED y Medalla Echegaray, la más alta distinción de la Academia de Ciencas son, entre otros, los galardones que ha recibido a lo largo de este tiempo.

"Cada vez son más los cánceres que no se pueden tratar sin conocer sus bases moleculares"

La investigación científica, punto central del documental que le propuso la Fundación Hermanos Álvarez Quirós, ha sido el área en el que ha desarrollado su actividad profesional y su objeto de defensa a lo largo de estos años en España. Su carrera profesional se ha visto unida a la divulgación que en el país adolece “de un enorme déficit”, como declara el mismo Barbacid a ConSalud.es.

Por esa razón se animó a hacer este documental con el que visibilizar la ciencia a partir de su propia experiencia y en el que llama a mayor inversión, a fomentar vocaciones y al apoyo social al mundo científico. “Creo que en general, España es un país culto en temas de humanidades y cultura general, pero muy poco informado sobre temas científicos”. Campo en el que se han hecho importantes avances como desgrana en la película que hasta noviembre será emitida en distintas partes del mundo. Progresos especialmente notorios en cáncer.

¿Considera usted que en los últimos años hemos vivido un punto de inflexión en la investigación oncológica?

Los últimos 25 años han sido testigos de importantísimos avances en los tratamientos oncológicos. En 1998, se aprobó el primer fármaco dirigido contra una diana implicada en el proceso tumoral, la Herceptina, un anticuerpo monoclonal contra un subtipo de cáncer de mama. Desde entonces, se han aprobado docenas de fármacos selectivos contra dianas moleculares, lo que hoy en día conocemos como terapias personalizadas o más pomposamente como medicina de precisión.

A partir de 2011 se aprueban los anticuerpos contra los “inmune check points” más generalmente conocidos como inmunoterapia, unos tratamientos que han tendido un importantísimo impacto no solo en melanoma y cáncer de pulmón, sino en muchos otros tipos de cáncer. Y por último en la última década se han estandarizado los tratamientos con las células “CAR-T” que a pesar de las dificultades de su generación, en realidad son más bien un procedimiento que un fármaco, han cambiado por completo el tratamiento de muchos tumores de la sangre, y eso a pesar también de su elevadísimo coste. Todo ello, sin contar con muchísimas otras mejoras en el diagnóstico tumoral como son las biopsias liquidas o en el campo de la radioterapia como es la protonterapia. Nunca antes en la historia de la humanidad se había avanzado tanto en el tratamiento del cáncer como en los últimos 25 años.

Todos estos avances parten del momento en que usted descubrió el primer gen humano responsable de causar cáncer. Con todo lo que sabemos actualmente ¿qué supuso ese primer hito?

Creo que, con la perspectiva que nos dan cuatro décadas, podemos decir que supuso el comienzo de la oncología molecular, es decir, de que el conocimiento de los procesos moleculares responsables del desarrollo tumoral sean una parte muy importante del diagnóstico y el tratamiento de los pacientes de cáncer. Cada vez son más los cánceres que no se pueden tratar sin conocer sus bases moleculares.

"Siempre me queda la satisfacción de haber podido fundar y poner en marcha un centro de investigación como el CNIO"

Además, el descubrimiento de que este primer oncogén humano fuera un miembro de la familia RAS de oncogenes retrovíricos sirvió para demostrar que la ciencia básica es esencial para el avance no solo científico sino de la medicina propiamente dicha. Este hallazgo permitió poder aplicar al conocimiento del cáncer humano miles de trabajos llevados  a cabo estudiando tumores de aves y roedores inducidos por estos virus. Demostrando de esta forma que los científicos no estábamos “perdiendo el tiempo” estudiando estos tumores experimentales como pensaban nuestros colegas clínicos en aquella época, sino que se estaban empezando a sentar las bases moleculares para entender como son los cánceres que podemos padecer los seres humanos.

Tras este hallazgo encontró otros genes que han permitido desarrollar medicamentos eficaces contra algunos tipos de tumores, ¿cómo ha vivido usted esa relación entre la investigación y el aumento exponencial de la supervivencia y la mejora de la calidad de vida en cáncer?

Mi grupo de investigación se limitó a descubrir, o co-descubrir, seis oncogenes humanos. La implantación de las técnicas de secuenciación masiva es el instrumento que nos ha permitido conocer todas (o casi todas) las mutaciones que en mayor o menor medida son responsables del desarrollo de todos los tipos de cáncer que conocemos hoy en día.

Además de KRAS, uno de los oncogenes que más incidencia tiene en el cáncer humano pues está presente en casi la cuarta parte de todos los tumores, incluyendo algunos de los más malignos como páncreas y pulmón o de los más frecuentes (pulmón y colón), también ha tenido importancia en la clínica el descubrimiento de los oncogenes TRK, ya que ahora son el paradigma más representativo de los tumores agnósticos.

Sus investigaciones también han demostrado el importante papel de la genética en cáncer. Ahora que la Genética se está poniendo en valor no solo en el campo oncológico, sino también en otras enfermedades, ¿cómo lo valora?

En los cánceres hereditarios también se ha avanzado de forma muy considerable si bien todavía quedan por identificar ciertos genes responsables de tumores hereditarios tanto en cáncer de mama como en cáncer colorrectal. Por supuesto en aquellos casos en los que los genes mutados ya hayan sido identificados, como BRCA1 o BRCA2, los procedimientos ya están muy estandarizados.

La investigación es fundamental para el avance médico, como bien refleja en el documenta El camino inverso. Sin embargo, en España el apoyo a este proceso es escaso, ¿cómo vivió su etapa en Estados Unidos y cómo fue el regreso a nuestro país?

Contestar a su pregunta equivaldría a hacer una semblanza biográfica. Evidentemente si regresé a España fue por mi condición de español y por la necesidad que existía entonces de fundar un centro de investigaciones oncológicas. Si bien no dispongo de los medios que tenía en EEUU, he podido seguir una trayectoria suficientemente competitiva. Y siempre me queda la satisfacción de haber podido fundar y poner en marcha un centro de investigación como el CNIO.

"Gracias al bien ganado prestigio de España, hoy en día, los grandes hospitales de nuestro país tienen acceso prioritario a los nuevos tratamientos anti-tumorales generados por la industria"

¿Se han vivido avances en cuanto al valor, la consideración y los resultados de la investigación española?

Esta es una pregunta difícil de contestar pues siempre es complicado generalizar en temas tan complejos. En estos momentos, España se ha convertido en uno de los países punteros en ensayos clínicos en el campo de la oncología. Gracias a su bien ganado prestigio, hoy en día, los grandes hospitales de nuestro país tienen acceso prioritario a los nuevos tratamientos anti-tumorales generados por la industria.

Desgraciadamente, la investigación pre-clínica no goza de esa ventaja y sufre los mismos problemas que el resto de la investigación biomédica. Sin duda hay buenos grupos competitivos, pero son muy pocos, considerando el potencial económico de nuestro país y que somos 48 millones de habitantes. Y le puedo asegurar que para poder seguir siguiendo competitivos a nivel internacional estos grupos de investigación tienen que hacer grandes esfuerzos para poder conseguir la financiación necesaria que les permitamantenerse en primera línea del panorama internacional.

En este sentido, ¿qué medidas son importantes implementar para mejorar la investigación en nuestro país?

Como medida “sine quanon” es imprescindible aumentar la financiación. Si no aumenta la financiación de forma considerable, no a base de pequeños incrementos, España seguirá descendiendo en el ranking de las naciones como ha sucedido hace poco que ya nos han sobrepasado países como Corea del Sur o Australia. Para que se haga una pequeña idea, en este momento la media de los proyectos de investigación biomédica financiados por el Ministerio (Plan RETOS) es de 50.000 euros al año. Pretender ser competitivos con estas cantidades es absurdo. Sería como pretender ganar la Champions un club con un presupuesto de 5 millones de euros.

Con todo lo dicho, ¿cómo valora el futuro de la investigación en España?

Soy muy pesimista. Supongo que será usted consciente de que en toda esta larga campaña electoral la investigación científica no ha gozado ni de un solo minuto de “prime time”. Eso quiere decir, y los últimos 15 años son buena prueba de ello, que la investigación no interesa a la clase política. Y si la clase política no tiene interés por la ciencia, ¿qué futuro nos espera?

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