La descarbonización en salud requiere profesionales formados en "eficiencia asistencial y liderazgo"

El cambio climático aparece como uno de los principales retos de la sociedad, y los profesionales sanitarios juegan un papel crucial en la pedagogía de la población y en adoptar modelos asistenciales más sostenibles con el medioambiente

Profesionales sanitarios en un centro hospitalario. (EP)
Profesionales sanitarios en un centro hospitalario. (EP)
Javier Leunda, redactor ConSalud.es
26 marzo 2024 | 00:00 h

La reducción de la huella de carbono y la lucha contra el cambio climático forman parte de una estrategia nacional, en la línea de las iniciativas europeas e internacionales, para paliar la contaminación del planeta. En este contexto, el sector de la salud no es una excepción, y representa un ámbito de actuación muy importante para alcanzar los objetivos marcados. Se estima que la huella climática mundial del espacio de la salud equivale a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de 514 centrales eléctricas de carbón, lo que lo convertiría, de ser un país, en el quinto emisor más grande del planeta.

La Unión Europea se ha puesto manos a la obra pata limitar las emisiones de CO2 en el espacio comunitario. Una nueva ley establecerá un marco de certificación de la UE para las eliminaciones de carbono, destinada a impulsar su absorción y ayudar a lograr la neutralidad climática del continente para 2050. Por el momento, se trata de un marco de certificación con el fin dar un salto adelante en la implementación y mejora de la capacidad para cuantificar, monitorear y verificar la descarbonización de los diferentes países en todos los sectores.

Se ha tomado conciencia de que el propio cambio climático afecta negativamente a las condiciones de salud de las personas. Razón de más, para que el propio sector sea el primero en apostar por las políticas verdes

En este sentido, aparte del importante papel de los responsables políticos (internacionales, nacionales y autonómicos), la industria de la salud y los propios gestores, el peso de los propios profesionales sanitarios para contrarrestar la huella ambiental se presenta como clave en todo este proceso. Las plantillas empleadas en la salud tienen cada día en sus manos la posibilidad de prevenir el despilfarro de recursos y de apostar por el empleo de prácticas más sostenibles para proteger nuestro entorno. Así,se ha tomado conciencia de que el propio cambio climático afecta negativamente a las condiciones de salud de las personas. Razón de más, para que el propio sector sea el primero en apostar por las políticas verdes.

En esta línea, de poco sirve la estrategia impulsada desde lo más alto de la pirámide del sector de la salud, si los principales protagonistas de los servicios sanitarios –médicos y enfermeras- no toman conciencia y aplican las directrices establecidas. Por tanto, para lograr el perseguido cambio hacia la sostenibilidad, se aspira a que los profesionales sean líderes y punta de lanza en la promoción de una salud sostenible que genere modelos de prácticas médicas sustentadas en términos de eficiencia -ambiental y económica- para la sociedad.

SOSTENIBILIDAD: UN DEBER DEONTOLÓGICO

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que en las próximas décadas la mayor amenaza para la salud humana es el cambio climático. Para luchar contra esta realidad, la apuesta que proponen pasa por emplear la medicina preventiva. Tal es así, que la Comisión Central de Deontología lo ha establecido como un deber ético dictando que promover acciones que minimicen las consecuencias del cambio climático y la preservación del medio ambiente es una exigencia ética de primer orden para los sanitarios.

Entre las vías de actuación dirigidas al profesional, el documento señala hacia un nuevo modelo asistencial y trabajadores en salud “eficientes y con liderazgo”

Una línea de pensamiento, recogida en nuestro país por la Alianza Médica contra el Cambio Climático (AMCC), constituida en diciembre de 2021, como un espacio común de los médicos españoles que aglutina al conjunto de los Colegios Oficiales de Médicos de España representados por su Consejo General (CGCOM) y un amplio grupo de sociedades científicas médicas, con la intención de afrontar la crisis climática y la sostenibilidad del planeta desde una posición común. Entre las vías de actuación dirigidas al profesional, el documento señala hacia un nuevo modelo asistencial y trabajadores en salud “eficientes y con liderazgo”.

La AMCC apunta a que los empleados del sector salud – como líderes del proceso- estén formados y capacitados ante los retos del cambio climático. Un entrenamiento que ha de ser dirigido a disminuir la huella de carbono del propio sector sanitario haciéndolo más resiliente. Además, remarca que los profesionales sanitarios son comunicadores de alta credibilidad y tienen el papel de sensibilizar a la sociedad y promover políticas que afronten la crisis climática. Así, los gobiernos y las autoridades sanitarias deben dar todo el soporte posible para sensibilizar a sus profesionales sanitarios y colaborar con ellos para afrontar el desafío climático.

EL LIDERAZGO PROFESIONAL

Disponer en sanidad de equipos profesionales eficientes y con capacidad de liderazgo termina repercutiendo en la eficiencia de todo el sistema. La estandarización de decisiones diagnósticas, mediante evaluación de resultados, no solo mejora la atención médica y el despilfarro económico, sino que se traduce en una notable disminución de las emisiones de CO2. Para ello,  AMCC llama a potenciar o crear agencias nacionales de evaluación tecnológica y procesos asistenciales comunes, que destierren "prácticas ineficientes".

Aunque a la mayoría de los médicos españoles se les supone “una alta sensibilización” ante la amenaza climática –algo más acentuado en las nuevas generaciones-, la inercia asistencial suele generar “reticencias”

Por otra parte, aclara la Alianza Médica contra el Cambio Climático, aunque a la mayoría de los médicos españoles se les supone “una alta sensibilización” ante la amenaza climática –algo más acentuado en las nuevas generaciones-, la inercia asistencial suele generar “reticencias” ante nuevas actitudes diagnósticas y terapéuticas que, a veces, se interpretan como “puramente burocráticas”. Así, los componentes de esta Alianza, llaman a contar con estas reticencias, “afrontarlas y encauzarlas”; para lo cual, las instituciones han crear “órganos con liderazgo” personal, formación y dedicación preferente, que planifiquen y conduzcan hacia los nuevos hábitos, concluyen.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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