Pues ahora, investigadores del grupo NeurObesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), dependiente del Instituto de Salud Carlos III, han hallado un mecanismo molecular por el que a través del aumento de una proteína en el hipotálamo, se logra reducir el peso de ratas obesas sin la necesidad de abandonar la alimentación, al tiempo que consigue disminuir la diabetes tipo 2 asociada.
Los resultados del estudio evidencian que se logra pasar de la acumulación de grasas a la quema de las mismas para producir calor
Según el estudio, dirigido por la investigadora Cristina Contreras Jiménez, se demuestra que incrementando la presencia de la proteína chaperona GRP78, también conocida como BiP, en el hipotálamo de ratas obesas se produce un fenómeno conocido como browning, consistente en la transformación de la grasa blanca en parda, y que consigue reducir el peso de estos roedores.En palabras de Contreras la “inactivación del tejido adiposo pardo durante la obesidad dificulta la quema de grasas y la disipación de calor, por lo que al conseguir cambiar la grasa mala, la blanca, por la buena, estaremos en disposición de revertir la obesidad”.
CONTROL DESDE EL HIPOTÁLAMO
En animales obesos y diabéticos, se produce un mal plegamiento en el hipotálamo en el proceso de las proteínas y como consecuencia se desactiva la grasa parda. De los resultados del estudio se extrae que se disminuye “el estrés del retículo endoplásmico en el hipotálamo de ratas obesas, observando que no sólo se reactiva el tejido adiposo pardo sino que además la grasa mala se convierte en buen, pasando de acumular grasa a quemarla para producir calor”, explica Cristina Contreras.
Uno de los aspectos más interesantes, según indica la investigadora Contreras, es la reversión lograda con la manipulación genética de una proteína que se encarga de replegar las proteínas mal plegadas. El resultado fue que “los animales obesos consiguieron adelgazar sin comer menos, además de corregir su diabetes, únicamente mediante la reactivación de la grasa parda y, lo que es completamente novedoso, la conversión de los reservorios de energía –grasa branca- en estufas que “queman” más grasa para producir calor.
La implicación inmediata de estos nuevos hallazgos “permitirá identificar nuevas dianas terapéuticas para el tratamiento de la obesidad y el síndrome metabólico, que actualmente están alcanzando proporciones pandémicas en las sociedades occidentalizadas”, adelanta la doctora Contreras.
El nuevo mecanismo descrito por el equipo comparte similitudes con los mecanismos de acción de otras hormonas como las tiroideas, los estrógenos y el BMP8B, o incluso con la nicotina, la uroguanilina e o liraglutide.
Se trata de una investigación financiada por el programa Starting Grant del European Research Council, por la Xunta de Galicia y el Instituto de Salud Carlos III. Además, se ha publicado en la revista Diabetes.
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